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Una situación que no ha sido atendida en la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ), y que cada vez cobra más relevancia, es el tema de la contaminación auditiva, generada por el tránsito de vehículos automotores, principalmente por las unidades de carga, transporte público y las motocicletas, señaló el Observatorio Ciudadano de Movilidad Querétaro.
El vocero del organismo, Sergio Olvera León, refirió que “el ruido” es calificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la segunda mayor amenaza a la salud global, detrás de la mala calidad del aire, “la contaminación auditiva es altamente dañina para personas, animales y vegetación”.
Los altos niveles de ruido, explicó, son causantes en las personas de trastornos del sueño, estrés, enfermedades cardiovasculares, incremento en la presión arterial así como problemas sicológicos y mentales.
La exposición prolongada al ruido, agregó, provoca daños fisiológicos y sicosomáticos, alteraciones en la memoria, la atención y la conducta. Además, en otros seres vivos, dijo, trastocan de manera importante sus procesos biológicos.
Agregó que en la zona metropolitana de Querétaro, el ruido tiene su origen principal en el parque vehicular.
De acuerdo a la norma “NOM-081-SEMARNAT-1994”, expuso, el máximo de decibeles (dB) permitidos es de 55 en zonas residenciales y áreas habitacionales. También de 55 en áreas de juego, jardines, parques y entornos escolares.
La OMS, dijo, califica cualquier ruido por encima de los 65 dB como contaminación acústica, y una exposición continúa y prolongada encima de los 70 dB como causa potencial de un daño permanente e irreversible en cualquier ser vivo.
“Conforme a nuestras mediciones realizadas en diversos puntos de la ZMQ, el promedio es de 66 decibeles. En cualquier vialidad donde haya tránsito de vehículos de carga o de transporte público, medimos ruido que alcanzó los 75 dB. La medición de las motocicletas, alcanzaron de 65 a 70 dB en promedio”, destacó.
Resaltó que la zona de hospitales que tienen en sus inmediaciones la confluencia de la carretera a Celaya y la 5 de Febrero, el ruido alcanza en horas pico los 75 dB, que no contribuye a la recuperación de los enfermos.
“Hacemos un llamado a la autoridad municipal y estatal a revisar este asunto, instalar sonómetros en diversos puntos de la ciudad y crear mapas de ruido, así como establecer las medidas necesarias para la reducción de la contaminación acústica, con especial atención en escuelas, hospitales y zonas habitacionales, espacios recreativos y el urgente establecimiento de zonas de silencio”, expresó.