Cumplieron con la tradición, como hace más de un siglo. Apenas comienza a despuntar el día, se preparan para iniciar el recorrido hasta la Basílica de Guadalupe, para ver a la Guadalupana.
Fueron alrededor de mil 200 hombres los que salieron de Neblinas, en el municipio de Landa de Matamoros, luego de escuchar la eucaristía, la misa del buen viaje.
Fue la primera jornada de caminata de los hombres. Este año la peregrinación cumple 129 años.
Los hermanos que salieron de Neblinas provienen de todos los municipios del estado. No sólo de Landa y de los municipios serranos. Provienen incluso de la capital del estado, de donde llegan para comenzar su peregrinar desde una de las comunidades más distantes de la entidad.
Caminaron desde el centro del valle donde está la comunidad, cuyas calles siempre huelen a café. El aromático es uno de los cultivos principales, que en ocasiones ofrecen las bolsas de café molido en las calles de la comunidad.
Inician la marcha en medio del bosque, con los cerros flanqueando su paso. Los acompañan personal de Salud y de Seguridad del estado y del municipio.
Llevan en mochilas sus tenis extra, ropa, plásticos para soportar la humedad, pues por las fechas las lluvias están presentes.
El primer día, el sábado, caminan hasta la comunidad de Agua Zarca. Entre Neblinas y esa población son 28 kilómetros, aproximadamente, distancia que caminaron haciendo pausas en ciertos sitios, para la eucaristía, para comer y descansar en ciertos lugares ya determinados por los organizadores.
Las columnas de peregrinos avanzan en grupos más compactos, formados por familiares, amigos o vecinos de la comunidad o la colonia, de donde provengan, aunque no se vean durante todo el año, en estas dos semanas serán hermanos, se cuidarán unos a otros, velarán por sus compañeros de fe.
En los próximos días recorrerán los caminos serranos para llegar a San Juan del Río, y emprender el camino al Tepeyac por la carretera México-Querétaro.
Durante el camino habrá fechas especiales, como cuando hacen las primeras comuniones, y las misas que oficia el obispo Faustino Armendáriz.
Las mujeres salieron un día antes que los hombres. En el camino se alcanzarán y llegarán casi juntos hasta el santuario Guadalupano, junto con los ciclistas que salen apenas días antes de que los caminantes lleguen al Tepeyac.
En el camino se les unirán fieles de otros municipios, cuya fe y devoción, transmitida de generación en generación, los impulsa a tomar el camino y andarlo.