Yuri observa a los elementos de la Dirección de Inspección mientras dice que las autoridades les darían un lugar digno para vender sus artesanías. En lugar de eso, en la madrugada y mañana del miércoles fueron desalojados del andador 5 de Mayo, donde permanecieron desde noviembre pasado.
El personal de esa dependencia municipal permanece en el lugar, atento al regreso de las artesanas, en su mayoría son mujeres que venden sus creaciones a queretanos y turistas que caminan por las calles del primer cuadro queretano.
Los artesanos desalojados comienzan a regresar poco a poco a sus lugares. Aunque con miedo, se vuelven a instalar en el sitio. Peor es no comer por no salir a ganarse un dinero para sus necesidades básicas.
Yuri explica que ella vende artesanías de barro, que el miércoles no ofrece, por temor a que durante un operativo de las autoridades pudieran rompérselo. Opta por ofrecer bisutería.
La joven artesana carga en sus brazos a Diego, su hijo de cuatro meses de edad. Originario de las inmediaciones de Taxco, Guerrero, sonríe cuando le dicen que su bebé ya es queretano. “Podrá ser algún día gobernador de Querétaro”.
“Ahorita la verdad sí está feo. Nos quieren quitar. Hace un mes algunos compañeros se quedaban a dormir aquí [en el Andador 5 de Mayo] (...) Nosotros defendemos esto, de esto vivimos, vendemos para sacar lo del gasto.
“Ahorita no sabemos qué va a pasar. Ahorita todavía siguen aquí los inspectores. Es lo que estamos viendo. Quién sabe qué va a pasar. Nosotros no nos queremos salir. No es justo que nos hagan esto”, subraya.
Apunta que para ella es muy cansado caminar durante todo el día por las calles de la ciudad de Querétaro. Por eso se instala en un lugar fijo. “Imagínese cargar con la mercancía y un bebé”, enfatiza, al tiempo que “echa un ojo a Diego”, quien dormita en los brazos de su madre.
Por la mañana, el municipio de Querétaro informó que, en coordinación con autoridades estatales y tras varias mesas de trabajo con representantes de cuatro grupos de comerciantes indígenas que ocupan el Andador 5 de Mayo, los artesanos se comprometieron a liberar el espacio que ocupan desde hace algunos meses, bajo el compromiso de avanzar en mesas de trabajo que apoyen su actividad.
En el comunicado de la autoridad municipal, el secretario de Gobierno municipal, Tonatiuh Cervantes Curiel, informó que entre los principales acuerdos se encuentra el continuar con las mesas de trabajo para recibir y revisar algunos proyectos que permitan a los artesanos indígenas la posibilidad de seguir comercializando sus productos, pero con respeto a los lineamientos establecidos.
Los grupos de artesanos impulsan un proyecto de Plaza Artesanal en el que además de la exposición y venta de sus artículos se puedan exhibir talleres de producción artesanal y muestras culturales, así como un espacio lúdico para la atención de sus niños, precisó la autoridad local.
El municipio manifestó su compromiso de brindar el mayor apoyo posible a los auténticos artesanos indígenas, por lo que se generará un padrón de beneficiarios de las acciones que se lleven a cabo.
Sin embargo, una de las comerciantes indígenas, quien omite su nombre por temor a represalias, señala que es mentira que llegaran a un acuerdo con el municipio de Querétaro.
Explica que los citaron el martes, pasado el mediodía, para decirles que tenían unas propuestas para instalarse en otro lugar de manera fija. Ellos respondieron que lo iban a analizar entre todos, por lo que pidieron el documento y reunirse ayer a las 11 de la mañana.
Asimismo, la autoridad municipal pidió a los vendedores que, mientras mostraban la propuesta a todos los comerciantes, levantaran sus puestos, a lo que se negaron, hasta llegar a un acuerdo entre todos.
“Pero cuál fue la sorpresa que nos estamos llevando. Anoche llegó Ledezma en una forma muy altanera, muy grosera y dijo que nos daba 10 minutos para desalojar porque iban a lavar. Esa es la estrategia que siempre usan para cerrar y ya no dejarnos entrar.
“Les dijimos que teníamos voluntad de cooperar con ellos. Vamos a movernos de aquel lado en lo que ustedes lavan. Pero nos dijo que no, que quería que nos salieramos”, asevera.
La vendedora precisa que el funcionario público le dio un papel para que lo firmara, pero no lo hizo, porque no sabe leer, y presentía que la iba a perjudicar.
“Nosotros vamos al día. Aquí tenemos niños, tenemos ancianos. Si les llega a pasar algo, sobre quién vamos a ir. Sobre ellos [el municipio] porque nos está ofreciendo una mesa de diálogo, pero no una solución. No nos da alternativas. Aquí nos vamos a quedar, no nos vamos a mover”, asegura la mujer.
Agrega que a los artesanos les preocupa que los desalojos pudieran ser más violentos. “Lo único que queremos es trabajar. No somos delincuentes. Lo único que queremos es que nos dejen trabajar”, expresa.
Los puestos de los comerciantes indígenas poco a poco regresan al Andador 5 de Mayo. Los artesanos observan atentos los movimientos que hay a su alrededor. Miran con recelo a los hombres con chalecos azules y a quienes portan playeras grises. Son los empleados municipales, que se reúnen en pequeños grupos alrededor del andador. La calma es tensa.