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La rosca de Reyes es un pan dulce en forma de aro, decorado con frutos secos y azúcar, que tiene escondido en su interior una pequeña figura de plástico en representación del Niño Jesús.
La rosca se acostumbra servir y compartir en familia cada 6 de enero, Día de Reyes, como parte de la última festividad religiosa decembrina y como lo simboliza la epifanía de cuando los Reyes Magos lograron conseguir y conocer al Niño Jesús, guiados por la estrella de Belén.
En sus inicios, la Iglesia católica tildaba esta tradición como pagana, pero más allá de eso, se mantuvo y se expandió en varios países en los que sigue presente hasta la fecha.
La manera en que se pica y reparten las porciones de la rosca de Reyes varía según el país. En este caso, el cuchillo representa el peligro que enfrentó el Niño Jesús de ser encontrado por el ejército de Herodes. Sin embargo, por lo general, suele ser un momento familiar en el que un afortunado logra obtener el muñeco de la rosca entre su porción de pan dulce.
En México, la tradición es que quien se saca el muñeco tiene la obligación de pagar los tamales el 2 de febrero, fecha que marca los 40 días desde el nacimiento del Niño Jesús en Navidad.
La tradición dice que el 2 de febrero es el día en que los “padrinos” llevan la figura del niño a vestirlo al mercado o en un puesto dedicado a la fabricación de ropita para la ocasión. Después se ofrece un convivio, dando fin definitivo a la temporada navideña con una merienda de tamales y atole, chocolate caliente o café de olla.