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Como cada año, el vivero municipal de Querétaro cultiva miles de flores de cempasúchil para pintar de naranja las jardineras y camellones de la ciudad.
A través de redes sociales, el área de Servicios Públicos Municipales publicó fotografías de las flores que ya están listas para ser trasplantadas en diversos puntos de la capital:
"En nuestro #ViveroMunicipal nos estamos preparando para llenar de flores las calles de #LaCiudadQueQueremos y recibir una de las tradiciones más emblemáticas", se lee en Facebook.
En los últimos años, el cambio de vegetación se ha convertido en un espectáculo para locales y turistas que visitan la capital, pues todo el Centro Histórico se adorna con la flor de cempasúchil en diversas tonalidades, desde un amarillo canario hasta naranja.
Para la temporada de octubre-noviembre, el vivero municipal cultiva más de 50 mil flores de cempasúchil, las cuales comienca a cuidar con cuatro meses de anticipación.
La leyenda de la flor del Día de Muertos
La flor de cempasúchil es un ícono del Día de Muertos, pues se considera la flor de los difuntos; nombre significa ‘flor de 20 pétalos’. El uso se remonta a la época prehispánica.
La leyenda de la flor cempasúchil habla de una bella mujer llamada Xóchitl. Su belleza era tal que Tonatiuh, Dios del Sol, quedó enamorado de la joven. Tonatiuh decidió adquirir forma humana para acercarse a su amada; entonces se cubrió con ropa y un sombrero para acercarse a la joven y ver juntos el atardecer.
Después de 20 días de amor y felicidad, Xóchitl quiso saber el origen de su amado, así que una noche, después de despedirse de él, lo siguió.
Cuando el Dios Sol llegó a una colina, se despojó de sus ropajes y emergió con todo su brillo. El resplandor de Tonatiuh cegó a Xóchitl, quien huyó asustada, tropezó y cayó a un barranco, donde perdió la vida.
La tristeza del dios provocó que derramara una lágrima, la cual al tocar el cuerpo de Xóchitl la transformó en una hermosa flor de pétalos amarillos y anaranjados. La flor que conocemos como cempasúchil.