Metrópoli

Músicos en defensa de San Francisquito

Buscan rescatar tradiciones indígenas y afroamericanas

Foto: Demian Chávez
13/10/2019 |07:41
Domingo Valdez
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Caminan por las calles de San Francisquito. Son una docena de músicos que junto a la Asamblea del Barrio salen a la calle en defensa de las tradiciones indígenas y afroamericanas.

La cita fue a las 16:30 horas del 12 de octubre en la Pila de los Dolores, en el centro de San Francisquito. Los músicos convocados para la batucada, muchos del colectivo Música Contra la Paz, llegan con tambores, los integrantes de la Asamblea del Barrio de San Francisquito lo hacen con cacerolas. El propósito es hacer ruido.

Quetzalcóatl Madrigal Orduña, músico de profesión, dice que se convoca a esta movilización a los habitantes del barrio de San Panchito en apoyo a la asamblea del barrio, y en general a todos los músicos a través de redes sociales, así como a grupos musicales en apoyo a los vecinos de barrio.

“La intención en primera instancia era celebrar el 12 de octubre, que más allá del Día de la Raza, celebramos la resistencia indígena y la rebelión afromestiza, viéndolo como una celebración”, dice.

Indica que la iniciativa no es de una sola persona, es de muchos músicos que se ven identificados con la influencia afromestiza en la música y durante muchos lo habían planeado, sólo que lo celebraban en otras fechas.

Los músicos y los vecinos se agrupan y caminan hacia el templo del barrio. Mientras caminan sobre la calle 21 de Marzo van tocando sus tambores y cacerolas.

Una joven lleva caracoles en los tobillos. Esta misma joven, cuando llega al frente de la iglesia da un breve discurso, donde explica que este 12 de octubre es importante visibilizar a la raza y darle otro giro, porque ésta ha sido vista de manera despectiva históricamente. “A nosotros nos gustaría reivindicar esa parte de la lucha, de la resistencia. De que este barrio sigue aquí, sigue siendo conchero, y que la cultura sigue bien viva, y que estamos dispuestos a defender con todo este barrio, es por este proceso de resistencia”, indica.

Rosa Sánchez Silva, habitante de segunda generación de San Francisquito, está también presente. Toda su vida ha vivido en el barrio, lo ha visto cambiar. Dice que la situación es preocupante, pues prácticamente el barrio quedó en el centro de la ciudad, “entonces sí estamos preocupados porque sabemos que hay proyecto para desaparecer el barrio, pero sabemos que no lo van a desaparecer de un día para otro”.