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El Instituto Nacional de Antropología e Historia garantiza que no se tiene ningún riesgo en la Calzada de los Arcos por los desgajamientos detectados en la zona donde se Construye el Proyecto Santiago, informó en rueda de prensa Rosa Estela Reyes, delegada del INAH Querétaro.
“No hemos encontrado ningún dato por el que tengamos que detener la construcción, hemos revisado todo lo que en materia de protección del patrimonio nos compete, usos de suelo, proyecto general y particular, y hasta ahora no hemos encontrado ningún dato que nos alarme, por eso la construcción sigue. No hay ni la pálida sospecha de que el INAH se preste a un acto de corruptela”, puntualizó.
Reiteró que en la zona se realizan monitoreos constantes para garantizar la protección del acueducto como monumento histórico, y detalló que en la zona de excavaciones se encontraron nuevos vestigios arqueológicos, que también son protegidos. Señaló que los empresarios del Proyecto Santiago dejaron ante el INAH una garantía de 7 millones de pesos y que son ellos los que pagan los costos del monitoreo realizado por profesionales de distintas áreas.
Aseguró que trabajan en equipo con el Colegio de Ingenieros, lo que garantiza que especialistas en la materia están revisando toda la información sobre el proyecto de construcción y también sobre el estado de los arcos.
Por su parte, Viridiana Nava Rodríguez, presidenta del Colegio de Ingenieros reiteró que los profesionales del colegio analizan más de 5 mil carpetas de información entregadas por el INAH, y llevan más de 80% de la información revisada.
“Nos entregaron una carpeta donde vienen las topografías y la verticalidad de los arcos, estamos analizando ese punto, si hubiera algún desplazamiento debería reflejarse ahí, aunque en los monitoreos no se ha detectado ninguna situación de ese tipo. Como colegio trabajaremos lo más rápido posible para terminar de revisar estas carpetas que contienen información de más de cinco años”, dijo.
Manuel Villareal, director de Licencias en el INAH, refirió que antes de otorgar los permisos, se aseguraron de que ninguna de las construcciones tuviera una altura mayor a la del acueducto.