Las nuevas paradas de Qrobús en avenida Zaragoza, así como en Pasteur ya están en funcionamiento y poco a poco los usuarios se acostumbran a utilizarlas, familiarizándose con la forma en que las diferentes rutas se detienen para subir y bajar a los usuarios.

Sin embargo, a los taxistas este nuevo sistema les ha traído problemas, pues no pueden subir o bajar pasaje en estas zonas exclusivas para los camiones y son multados si así lo hacen.

Un taxista intenta ingresar al carril confinado de las nuevas paradas para el transporte público en avenida Zaragoza. Sin embargo, una agente de Movilidad, junto con empleados de la AMEQ se lo impiden.

La escena se repite, y genera molestia entre los trabajadores del volante, pues consideran que no los tomaron en cuenta al construir esta infraestructura, además de afectar a los usuarios que no pueden abordar un taxi si su camión no pasa y tienen prisa para movilizarse.

Otro taxi intenta ingresar al carril, pero la agente de Movilidad le hace una seña para que no entre en la vía. El conductor hace caso y evita la infracción.

Caso contrario el de un conductor de un vehículo por aplicación que entra al carril a subir a un cliente. La agente saca su teléfono celular y le toma una fotografía, para mostrar la evidencia de la infracción que ha cometido el conductor.

“Se va haciendo un registro de los taxis y los coches. En el estado sólo tienen permiso Uber y Didi. Cuando hace parada o descienden pasaje en el carril confinado, porque eso es, les tenemos una foto, para mostrar la infracción y no digan que no es cierto”, explica la agente.

Con el paso de los días los taxistas comprenden poco a poco que no pueden ingresar al carril. Los automovilistas particulares también entienden que no pueden invadir el espacio que fue diseñado exclusivamente para los autobuses de ruta.

Para los usuarios, las paradas son prácticas y funcionales. Tienen bancas para poder descansar mientras pasan las unidades de las diferentes rutas, están techadas y cuentan con iluminación para la noche. Para la mayoría, es una buena idea de las autoridades el haberlas instalado en esta vía tan importante y concurrida.

Sin embargo, una de las situaciones que se han presentado con estas paradas y que son detalles que deben “pulir” las autoridades, son algunas esquinas, donde la circulación es a la derecha y los autobuses salen del carril.

Tal es el caso de la intersección de la calle Vergara y avenida Zaragoza, donde los autos que buscan incorporarse a la calle tienen que cruzar frente a los autobuses que salen de su carril exclusivo, lo cual podría traer problemas en el flujo vehicular y las rutas de camiones.

Los operadores de las unidades de transporte público, en ocasiones, salen de prisa o varias unidades a la vez, lo que provoca que los autos que quieren incorporarse a Vergara tengan que esperar el momento, entorpeciendo la circulación en Zaragoza.

“Parece que la AMEQ está en contra de los taxis amarillos”, dice Jaime Sosa, conductor de una de estas unidades.

“Desde que pusieron las estaciones en la Alameda y Zaragoza ya no podemos cargar, ya no podemos entrar a la bahía, lo que ocasiona problemas a la gente. Si no pasa el camión la gente quiere tomar taxi, entonces tiene que bajarse de la bahía, cruzarla y que el taxi, nosotros, carguemos en el carril de en medio, algo que también tenemos prohibido como taxistas”, explica al respecto Jaime Sosa.

En ese caso, la persona tiene que salir de la zona de la bahía y caminar toda la cuadra, hasta el otro extremo, para tomar un taxi, lo cual es complicado para las personas y sobre todo para los taxistas para poder abordar su pasaje.

“Es un tema complicado porque todos tienen necesidad, pero el proyecto (de la AMEQ) dejó fuera a los taxis”, subraya.

Agrega que es consciente que debe de haber un compromiso fuerte con los camiones, pero se expone a los usuarios con estas mismas medidas. Ello, enfatiza, sin tomar en cuenta la constante amenaza de los agentes de Movilidad que sacan fotografías a los taxistas que se acercan a las bahías, ingresan a las mismas o suben o bajan a pasaje.

Asevera que para muchos usuarios, como adultos mayores, caminar hasta la esquina de la parada para esperar un taxi porque el autobús que esperan no pasa, es una molestia mayor, pues no pueden moverse con facilidad o cuando el clima es adverso, como cuando llueve, representa también un riesgo.

“Antes, si no había camión te podías meter a la bahía, te ibas despacito, para ver si alguien quería taxi. Sino, te salías. Ahora te metes y te toman la foto y te reportan en la Agencia de Movilidad. Es un hostigamiento con la foto. Si un usuario te hace la parada no pueden meterte a la bahía, cuando es un derecho del usuario abordar el taxi de manera segura”, señala.

Además, los taxistas resienten la caída en el pasaje. Jaime pone como ejemplo el caso de los taxis colectivos que van al fraccionamiento La Pradera, en el municipio de El Marqués, que antes subían y descendían pasaje a un costado de la Alameda Hidalgo, y que ahora lo deben hacer del lado de San Francisquito, lo que para muchos usuarios es una molestia. Por ello, muchos usuarios desisten de abordar una de estas unidades colectivas, ante el inesperado cambio en sus rutas.

Precisa que la petición sería que los agentes de Movilidad dejen de tomarles fotografías a los taxistas, así como generar los espacios seguros para que la gente que estaba esperando el camión y que por la demora quiere tomar taxi, pueda abordarlo en estas paradas. Siempre con el objetivo de que lo hagan de manera segura, o diseñar una zona donde los taxistas puedan dar su servicio sin ser infraccionados.

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