Querétaro enfrenta en este año su peor sequía de la última década, situación que se ha ido agravando con los años, lo que ha orillado a que muchos de los productores y ejidatarios opten por dejar de trabajar su tierra y busquen oportunidades fuera de su comunidad.

Francisco Perrusquía Nieves, presidente del Frente por Querétaro, organismo que integra a 11 agrupaciones de distintos ramos en la producción, calificó la situación como “muy grave”, ante la falta de alimento y agua para el ganado, lo que ha orillado a que los productores decidan venderlo por debajo del precio de mercado, sumado a quienes optaron por salir del campo.

“Y se van ellos [los productores] a las fábricas porque aunque el salario no es mucho, es seguro y algunas prestaciones que les dan. Entonces sí estamos teniendo este problema en Querétaro, hay mucha gente que se está yendo a la industria y desatendiendo acá las parcelas de los ejidos”, comentó. 

Sin embargo, para quienes se mantienen en la producción, la situación se ha tornado tan complicada, que han comenzado a vender su ganado a precios muy bajos, lo que está disminuyendo el hato ganadero y, de no frenar esta situación, a futuro, pondrá en aprietos la producción local.

“Lo venden barato, porque el ganado ahorita no tiene los kilos que debe tener cuando se venden, por la falta de alimento, inclusive algunos ya racionando el agua, empiezan a bajar de peso, así los venden, barato. Necesitamos apoyo de forraje y agua, para las asociaciones sí, pero sobre todo para quienes no están en estas asociaciones”, advirtió. 

Por su parte, Eulalia Eva Hernández Olvera, presidenta de la Liga de Comunidades Agrarias en el estado de Querétaro, coincidió en que este año ha sido atípico, y en materia de sequía el peor que se ha vivido, pues no sólo es el desabasto de agua, sino que el forraje —necesario para alimentar los animales— ha subido entre 20% y 50% su precio del año pasado a la fecha.

Como consecuencia, dijo, los productos se irán encareciendo “haciendo prácticamente imposible en las clases medias y bajas, adquirir el producto”.

El titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario en la entidad, Rosendo Anaya, explicó que la cantidad de agua que cayó durante el año pasado ha sido menor que la de los últimos años, pues “en promedio, de 2013 a 2016, venía lloviendo alrededor de 650 mililitros por metro cuadrado, en un promedio por año, y hoy encontramos que inclusive, el año anterior, 2022, alcanzó apenas a superar los 400, entonces es una cantidad que ha venido disminuyendo de manera muy importante”.

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