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Son los primeros días de la reingeniería de rutas del transporte público colectivo Qrobús, en el tramo de Corregidora a El Mirador, en la Zona Metropolitana de Querétaro; la confusión y las dudas sobre su funcionamiento es reiterado entre los usuarios.
Al exterior del fraccionamiento El Mirador, poco antes de la estación que lleva el mismo nombre, usuarios esperan.
David Muñoz está a la expectativa de los cambios que anunció el Instituto Queretano del Transporte (IQT) y que se implementaron desde el sábado 8 de octubre, esta es la primera ocasión que el joven subirá a las nuevas rutas.
“Esta va a ser mi primera vez, para ver si hay algún cambio. Por lo que estuve leyendo me parece que es un poco más complejo de cómo lo plantearon, que se hagan más transbordos a los que se estaban haciendo, para ir a un mismo sitio.
“Creo que a mucha gente no le facilita en los tiempos de traslado al trabajo, para ir a la escuela, entonces siento que tocará probar a ver si es funcional, pero por como lo plantearon y como se ve realmente, no le veo una gran solución a la problemática que hay”, menciona.
El tiempo para esperar el autobús, comparte David, varía constantemente, pues señala que en ocasiones tarda de 10 a 15 minutos, pero también le ha tocado esperar hasta una hora.
Se avecina una unidad, que en un extremo anuncia la ruta que era anteriormente y, del otro, la actual; esta dualidad genera confusión entre las personas que están por abordar. En el sistema anterior por esta vía pasaban las rutas 69, 69B y Eje 1.
El joven espera la unidad y sube con dudas sobre a dónde se dirigirá, pues desconoce si llegará a su destino, en la Universidad Cuauhtémoc.
Entre las personas que esperan para subir, una mujer busca confirmar si la ruta se dirigirá a La Alameda Hidalgo, como habitualmente lo hacía, pero el chofer es claro: “Te dejo aquí en El Mirador nada más”, es decir, a apenas unos pasos de donde han tomado el autobús, este cambio es parte de la reestructura del servicio, pues anteriormente todas las rutas que circulaban al exterior de la zona habitacional coincidían en bajar hacia el centro de la capital.
Ante la sorpresa de quienes acaban de subir a la unidad, el camión llega a la parada El Mirador, le da la vuelta a esta estación, y abre las puertas para que el pasaje descienda, entonces David sólo exclama: “imagínate ahí otro transbordo y a esperar otro bus”. El viaje ha durado apenas unos segundos.
David hace un llamado a las autoridades para que mejore la eficiencia del servicio, entre ellos los tiempos de espera, pero también pide que no haya tantos transbordos para poder llegar a su destino.
Entre las peticiones del joven, están que mejore la calidad de los camiones, debido a que en menos de dos meses en seis ocasiones lo han dejado varado, toda vez que la unidad no logra pasar la subida que esta previa al fraccionamiento El Mirador.
“Lo que pediría es que sea más eficiente en los tiempos, que no haya tantos transbordos, que sean más directos y también la calidad de los camiones porque más de seis veces en menos de dos meses, se paran aquí en la subida, se queman, ya no sirven y toca bajarnos o esperar otro camión”.
Mientras, en la estación El Mirador se observa una inusual afluencia de pasajeros, la mayoría trata de tener claridad sobre cuál es la ruta que deberá tomar; entonces, una trabajadora con chaleco del IQT grita que el camión que se parará en la Puerta 2 bajará hacia el centro.
Conforme suben los viajeros, a algunos les entregan diversos panfletos, todos con motivos diversos, pero todos relacionados con el nuevo sistema.
El camión queda prácticamente lleno al pasar por la estación de Carretas. Una mujer se asoma hacia la unidad y antes de subir por completo, pregunta al chofer “¿pasa por La Alameda?”, ante un “sí” como respuesta, sube con confianza.
Fernanda López acaba de descender en la estación La Alameda, está a la espera de un camión para transbordar.
Este es el primer día que usa el transporte público, tras los cambios anunciados por el IQT; y aunque previamente investigó qué ajustes implicaría en su movilidad diaria, refiere que le ha resultado confuso.
La joven acostumbra utilizar el servicio para trasladarse de su casa a su universidad, que está sobre avenida 5 de
Febrero, un trayecto que suele tardar hasta una hora con 30 minutos.
“La verdad se me hizo muy confuso, estuve buscando cuáles rutas todavía seguían pasando por mi casa y pues descubrí que como tres de las cuatro rutas que yo usaba ya no pasan por ahí, ahora tengo que esperar más, todo eso se me hizo muy confuso, es más conflicto para llegar hasta allá en tiempo y ahora con una ruta que nada más pasa por mi casa”, señala Fernanda.
Previo al ajuste, esperaba hasta 30 minutos a que llegara el autobús; sin embargo, con el reacomodo de las rutas, teme que el tiempo de espera sea mayor. Aunque en esta ocasión la unidad tardó menos en pasar, refiere que le es complicado entender el nuevo sistema.
“Pues siento que deberían explicar mejor lo que quieren hacer, porque me puse a leer en la página y hay comentarios de la gente preguntando sobre sus rutas y tenían como comentarios predeterminados, no te explicaban cómo estaban haciendo las cosas ni nada.
“Yo diría que mejor lo explicaran en vivo o en lo que sea, para que tengan una sesión de preguntas y las contesten directamente”, agrega Fernanda.
Yolanda Gómez solía usar la ruta antes llamada Eje 1, que se desplazaba por el Eje Constitución de 1917, a su parecer el nuevo sistema está funcionando, sin embargo, refiere que falta participación ciudadana para organizarse al subir y bajar de las unidades.