Los cantos de los peregrinos guadalupanos resuenan con los ecos que provocan las montañas serranas.
Ayer comenzaron su andar por los sinuosos caminos entre el verde valle para visitar, como cada año, a su madre la Virgen de Guadalupe, en su casa, la Basílica en el cerro del Tepeyac, ubicada en la Ciudad de México.
La comunidad de Neblinas, la última de la cabecera municipal de Landa de Matamoros y de las más alejadas de Querétaro, año con año se llena durante unos días por de cientos de peregrinos que esperan el día de salida.
Hombres y mujeres que se preparan con meses de anticipación para cumplir con entrega y fe un largo recorrido con el que agradecen a la guadalupana alguna ayuda recibida, alguna manda y otros también por el simple hecho de ser fieles religiosos.
Los habitantes de la comunidad de Neblinas se convierten en inigualables anfitriones. Brindan sin distinción techo y comida a quienes arriban al lugar, las noches previas al arranque del caminar de la romería.
Tras la salida de las mujeres el viernes por la mañana, ese mismo día por la noche y durante la madrugada del sábado (algunos incluso desde la noche del jueves) se registra la llegada de los hombres peregrinos, que al igual que la romería femenil, impera la diversidad de edades, desde niños pequeños hasta adultos mayores, que caminan juntos con una sola intención, mostrar su veneración hacia la Virgen de Guadalupe.
Adoración a la guadalupana como la que profesa don José Ramírez Mejía, quien a sus 75 años de edad, ha participado en 53 peregrinaciones al Tepeyac, 33 de ellas, con salida desde Neblinas y el resto desde Cadereyta.
“Ya serían 56 las veces que he participado pero tres años me fui a trabajar a Estados Unidos y fueron años en los que no asistí", contó orgulloso el peregrino antes de la primera caminata de Neblinas hacia Agua Zarca.
Fue a los 12 años cuando su tío lo llevó por primera vez a una peregrinación, que para él se traduce como un momento familiar, pues así fue como le inculcaron la fe guadalupana, la cual se ha encargado de extender entre sus hijos y nietos.
Sus ojos y su voz no mienten cuando se le pregunta el significado de realizar un largo andar hasta los pies de la Virgen de Guadalupe.
“Es para agradecer el trabajo que tenemos, nuestra familia y hay que decirle a todos los peregrinos que no dejen esta tradición porque para mí ha sido lo más lindo de mi vida y por eso andamos aquí y damos gracias por todo lo que nos ha dado", comentó entre lágrimas y la voz entrecortada.
En 53 años, don José puede decir que en la peregrinación se hacen amigos, que con el paso de los años y los kilómetros andados, estrechan lazos tan sólo por la experiencia de caminar durante 16 días con un fin en común.
“Es muy bonita la convivencia y lo mejor es que cada año llegan más peregrinos para salir desde Neblinas, pero además también es bonito cómo te reciben en las comunidades donde te brindan techo y comida, es una convivencia muy bonita con todos los que participan”, afirmó.
El señor Ramírez Mejía, con satisfacción, reconoció que todos los integrantes de su familia son peregrinos. “Las mujeres ya salieron y aquí nos repartimos los hombres, todos con la intención de llegar a la Basílica”. dijo.
Originario de la comunidad de Villa Guerrero, en el municipio de Cadereyta, don José platicó que se prepara anualmente para salir desde Neblinas, “guardando dinero en el cochinito y caminando mucho para reforzar la condición física porque la edad ya pesa, si llegamos a Agua Zarca quiere decir que sí la haremos toda la peregrinación, le haremos la lucha sino ahí está la Cruz Roja”, agregó con humor.
Con tanta experiencia como peregrino, don José resaltó áreas de oportunidad para un mejor camino hacia la Ciudad de México.
“En la Sierra es donde se vive lo más bello, ya de San Juan del Río para adelante no respetamos a los compañeros de orden y seguridad, de los estandartes debemos ir atrás y muchos después de San Juan del Río van adelante, hace falta un poco de más orden y respeto, porque el monumento debe ir adelante y los peregrinos atrás, creo que las personas mayores como yo y que van delante no lo deben hacer, los niños tampoco pero ellos van con sus papás, pero deberían enseñarles a caminar con el grupo y no adelante del contingente”, resaltó el devoto guadalupano, al tiempo que señaló que la visita de alguien tan importante como Franco Coppola, nuncio apostólico del Vaticano en México, quien los acompañó en sus primeros pasos hacia la Basílica, sirve para que conozca de primera mano la fe de los queretanos y pueda hacerla evidente con el Papa Francisco.
El dicho se cumple
Entre los dichos de los peregrinos, hay uno que reza: “Con una vez que salgas de Neblinas es suficiente para querer volver todos los años posteriores”. No es mentira. La mayoría de los peregrinos que llegan a esta comunidad mencionan la frase y la cumplen desde hace varios años, aunque también se han sumado nuevos caminantes que se han enamorado de la experiencia de partir con rumbo a la Basílica de Guadalupe, desde la Sierra queretana.
Es el caso de Cliserio Juárez Meléndez, quien tiene poco más de 50 años, platicó que es el segundo año que inicia su caminar desde Neblinas, pero desde hace unos 15 años participa en la peregrinación saliendo desde Querétaro.
“Son varios años los que he salido desde Querétaro, pero el año pasado me invitaron para salir de Neblinas y no había podido salir por el trabajo, pero ahora que soy pensionado ya me puedo dar el gusto de salir desde la Sierra”, platicó a EL UNIVERSAL Querétaro.
Maestro de profesión y jubilado desde hace dos años, Cliserio contó que nació en Tlaxcala, pero la falta de empleo derivó en la búsqueda de nuevos rumbos.
“En Querétaro había más oportunidades de trabajo, en Tlaxcala desde 1980 se redujo el empleo allá y pues me vi en la necesidad de buscar y llegué a Querétaro donde encontré mejores oportunidades de desarrollo”, indicó.
Actualmente vive en el municipio de Pedro Escobedo, en la comunidad de La Palma, y desde ahí se trasladó a Neblinas para expresar de esa forma su fe, aunque a su esposa no le gusta mucho la idea.
“Mi esposa es la que principalmente me dice que no venga porque cree que vengo solo por los riesgos que hay, pero la convencí al comentarle que vienen más compañeros de Pedro Escobedo y no pasa nada; en últimas instancias que me sienta mal tomo el camión y me regreso, pero mientras eso pasa aquí estaremos paso a paso", externó Cliserio quien desde hace un año tuvo a bien incluir caminatas con las que preparó un poco su condición física para aguantar la peregrinación, que llegó a su edición número 127 varonil y 58 femenil.
“Principalmente vamos a dar gracias a la Virgen de todo lo que nos da y pedir por los familiares que tenemos enfermos que tengan una recuperación pronta y satisfactoria”, añadió.
El momento cumbre para Cliserio y todos los peregrinos es llegar frente al altar de la Virgen de Guadalupe “sólo por agradecimiento, por la familia, por la llegada de mi nieta, que mi hijo me la llevará para verla cuando lleguemos a Cadereyta, ahí me van a esperar pues al otro día es cuando salimos hacia Querétaro, pero esto es un acto de fe y agradecimiento”, aseguró el peregrino que camina con el grupo del magisterio guadalupano.
“Es una gran fe de los hermanos peregrinos, y cada año incrementa el número de personas, hay más jóvenes que serán los encargados de preservar esta peregrinación en el futuro, además de que con visitas como la de este año, del nuncio apostólico del Vaticano en México, Franco Coppola, esta muestra de fe ha cobrado mayor relevancia a nivel internacional, porque el que venga alguien de la Santa Sede da mucho de qué hablar de los peregrinos queretanos, ya llamamos la atención”, dijo.
Peregrinar refuerza lazos de unión entre asistentes
El nuncio apostólico del Vaticano, Franco Coppola, celebró la misa de 'Buen viaje' para los peregrinos queretanos con la que inició su andar desde la comunidad de Neblinas rumbo a la Basílica de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, acto de fe que llegó a 127 años ininterrumpidos de celebrarse, donde reconoció a los mexicanos como privilegiados.
“Vamos hacia Guadalupe, ustedes los mexicanos tienen un privilegio único, ustedes fueron los primeros ante los que la madre se develó, porque las otras develaciones y apariciones fueron mucho más tardías, y además se develó como su madre”, resaltó.
Consideró que llegar a 127 peregrinaciones “es importante, pues habla de la fe del pueblo de Dios que reconoce como importante en su vida el peregrinar hacia nuestra madre, muchas gracias por acogerme y dejarme caminar con ustedes.
“Esto nos enseña mucho de cómo debe ser nuestra vida, caminar juntos, ayudarnos mutuamente como lo hacemos durante la peregrinación. No es importante llegar primero, es importante llegar todos”, añadió Coppola, tras comentar que la unión entre los peregrinos refuerza los lazos de solidaridad y fraternidad, cualidades que se deben guardar y practicar durante toda la vida.
Más de 800 peregrinos, después de la misa de ‘Buen viaje’ y tomar los alimentos para cobrar fuerzas para su primera caminata, salieron pasadas las 10 de la mañana hacia el Tepeyac y su primera parada fue en la comunidad de Agua Zarca, un recorrido de 16 kilómetros aproximadamente donde pasaron la noche y hoy retoman su recorrido.
Los cantos guadalupanos resuenan en la Sierra. El eco que generan las montañas anuncia que la tradicional caminata de peregrinos ya va en camino a la Basílica de Guadalupe, con su inquebrantable fe, con su incansable espíritu que ayuda a que el cuerpo no desista.