El hato ganadero de Jalpan ha disminuido en al menos 50% derivado de la sequía, sin embargo, se estima que al término de la temporada de estiaje se tendrá sólo el 10% de las 14 mil cabezas de ganado con las que contaba esta demarcación, señaló Efraín Muñoz Cosme Payín, alcalde con licencia del municipio, quien busca la reelección.
Señaló que el abastecimiento del líquido vital en la demarcación depende del Río Ayutla y la Comisión Estatal de Aguas, pues aunque la presa de Jalpan tiene 28.9% de almacenamiento, es agua que, indicó, no es apta para consumo, pues tiene mal olor.
“El agua es un problema que tenemos no sólo en Jalpan, en el estado, en México y el mundo. Es una preocupación muy grande en la cual estamos haciendo pláticas de concientización hacia los ciudadanos de cuidar el agua lo más que podamos. El que diga que va a llevar el agua a Jalpan o a Querétaro miente. La única razón es hacer pláticas de concientización y hacer programas del cultivo de agua”, dijo.
Para ello, explicó, se deben aprovechar todas las techumbres, tanto de escuelas, lugares públicos, de las casas, y apoyando con ferrocementos, con depósitos de agua y tinacos.
Indicó que actualmente el 90% de las comunidades jalpenses se están viendo afectadas por la sequía, pero informó que en su gestión se sacaron mil 500 viajes de azolve de la presa para garantizar que en temporadas de lluvia se pueda tener más almacenamiento.
“El agua (de la presa) no sirve, huele mucho. Tenemos un problema muy fuerte, quién sabe qué vaya a pasar. En el Río Jalpan los sabinos se están secando por falta de agua. Inclusive ha muerto mucho ganado y se está vendiendo todo el ganado, porque ya no hay agua. Yo ya le llamo perdería, ya no es ganadería, porque estamos perdiendo”, afirmó.
Indicó que previo a esta sequía el hato ganadero de Jalpan ascendía hasta las 14 mil cabezas de ganado, sin embargo, hoy sólo se cuenta el 50%, sin embargo, los becerros que están naciendo ya están vendidos, ya que los productores están prefiriendo vender antes que perder más cabezas.
“Nos vamos a quedar posiblemente con un 10% de la ganadería en la sierra queretana, no hay para darles de comer y no hay agua”, explicó.