En las profundidades de la tierra, donde la luz del sol se desvanece y sólo la oscuridad abraza las paredes de piedra, yace un mundo misterioso lleno de maravillas y secretos.
En el corazón de Cadereyta de Montes, un grupo de intrépidos exploradores de la Asociación de Espeleología de Querétaro (AEQ) descubrió un tesoro arqueológico que ha dejado al mundo boquiabierto: un conjunto de herramientas de caza prehispánicas, incluido un átlatl y dos dardos de madera, que yacieron ocultos en la Cueva del Tesoro durante casi dos milenios.
El hallazgo fue un golpe de suerte y producto de la determinación. Paulo Campos, líder de la AEQ, junto con Héctor Fuentes, Carolina Camacho y Luis Ramos, se adentraron en la oscura caverna de Rancho Quemado, guiados por la curiosidad y el espíritu de aventura. Lo que encontraron dentro impactó la historia arqueológica de la región.
Te interesa: FOTOS muestran el tesoro arqueológico hallado en Cadereyta, Querétaro
“Notamos que era diferente, que era tallado, que no eran simplemente unos palitos de madera, sino que alguien los había manipulado, de cuánto tiempo era no lo sabíamos hasta después de que tomamos las fotografías y las compartimos”, destaca Paulo Campos.
El átlatl, un arma ancestral utilizada para cazar, y los dardos de madera fragmentados, junto con las herramientas de excavación, son testigos silenciosos de una época olvidada. Estas reliquias prehispánicas nos transportan a un tiempo en el que la caza y la recolección eran la base de la subsistencia humana en estas tierras áridas.
El descubrimiento no sólo revela la habilidad técnica de las antiguas civilizaciones que habitaron la región, sino también la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural y arqueológico.
El átlatl y los dardos cuidadosamente embalados y preservados por los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), son ahora una ventana al pasado que nos permite vislumbrar la vida de aquellos que vinieron antes que nosotros, en un constante estudio histórico.
Explorando las profundidades de la tierra
La espeleología no es sólo descubrir tesoros antiguos. Es una pasión que impulsa a los aventureros a explorar lo desconocido, a desafiar los límites de lo posible y a descubrir los secretos que la naturaleza ha mantenido ocultos durante milenios.
La exploración de cuevas es una actividad que requiere habilidad, preparación y, sobre todo, respeto por el entorno natural. Los espeleólogos se adentran en el oscuro mundo subterráneo armados con equipos especializados y un profundo conocimiento de las cuevas que exploran.
Pero incluso con toda la preparación del mundo, siempre existe un elemento de riesgo. Las cuevas son entornos inhóspitos y traicioneros, donde un paso en falso puede llevar a consecuencias desastrosas. “No hay estándares en México, tenemos que tener nuestro sistema de entrenamiento, lo basamos en la experiencia de Portugal, de la Federación Portuguesa.
“El equipo individual cuesta unos 20 mil pesos, más o menos, y necesitamos el equipo colectivo”, dice Paulo. Es por eso que la AEQ se toma muy en serio la seguridad de sus miembros. Desde el entrenamiento inicial hasta las expediciones más avanzadas, se enfocan en enseñar las técnicas adecuadas y promover una cultura de seguridad en todas sus actividades.
El respeto por el medio ambiente también es fundamental, con prácticas como el uso de tornillos de piedra, en lugar de taquetes, para minimizar el impacto en esos espacios.
Explorando lo desconocido
La espeleología es un estilo de vida que atrae a personas de diversos orígenes y disciplinas. Desde ingenieros hasta biólogos, cada miembro de la AEQ aporta sus habilidades únicas a la mesa, enriqueciendo la experiencia de exploración y promoviendo un ambiente de aprendizaje continuo.
“Muchas veces se dan cuenta porque son lugares inexplorados, donde entraste por una rendija muy estrecha, lugares en los que para poder entrar se queda una huella, a veces hay lodo, lugares donde hay poco movimiento, donde no hay agua y te das cuenta que cualquier cosa que haya sucedido ahí, al menos tiene cientos de años”, señala Luis.
La AEQ no sólo busca descubrir nuevas cuevas y tesoros ocultos, sino también crecer y expandirse como organización, y con el objetivo de convertirse en una asociación civil formal, trabajan arduamente para establecer estándares de entrenamiento y promover la espeleología como una actividad accesible y segura para todos.
La espeleología es una pasión que une a personas en la búsqueda de descubrir los misterios que yacen bajo nuestros pies.