La falta de oportunidades, la inseguridad y el narcotráfico son algunos de los factores que generan la violencia en el país, la cual frena el desarrollo. Ante esa situación, los jóvenes alzaron la voz y urgieron a que les permitan participar en la construcción de un contexto de paz.
EL UNIVERSAL realizó un ejercicio con adolescentes que forman parte del programa Escuelas Construyendo Paz (ECPaz ), de la organización Save the Children, a quienes se les preguntó sobre esos temas para escuchar sus opiniones] y vivencias. Participaron en el Foro Latinoamericano para la Paz y la Participación Juvenil; ahí se unieron México, Honduras y Guatemala, por lo que formaron la red Homegua. Presentaron su posicionamiento y defendieron su rol “activo y protagónico” en los asuntos que afectan a la gente.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública(Envipe) del Inegi, en 2017, 8 millones 312 mil 720 jóvenes, entre 18 y 29 años, fueron víctimas de un delito en México, esto es, uno de cada tres integrantes de ese sector.
Para Cindy Yaneth Quiñones, de 18 años, “la paz es la construcción de bienestar para todos y es el medio para estar plenamente en una comunidad y en un contexto libre de violencia”.
Conny Madeleyne Junco Aquino, originaria de Chiapas, dijo que “la paz es el principal valor y en torno a él gira el resto”, por lo que considera fundamental que los jóvenes se involucren en este tema, porque en sus manos está el futuro del país y tienen la posibilidad de romper el ciclo de violencia. Coincidió con ella Gisselle Bustillo, originaria de Honduras: “La paz la puedo interpretar de la forma en que puedo salir libremente de mi casa, sin miedo a que vayan a hacerme daño en la calle, incluso a no sentir el temor de parte de las autoridades. La paz puede ser sentirme plena y libre, en total libertad en mi entorno”.
Por el contrario, afirmaron que la violencia y la inseguridad son una problemática que enfrentan diariamente en las comunidades en las que viven. Indicaron que esas situaciones son un obstáculo para que se puedan desarrollar libremente y sin temor.
“La violencia la vivimos día a día, es todo aquello que nos altera, que nos hace ser vulnerados, dentro de la violencia está la inseguridad y la falta de respeto hacia los derechos humanos”, dijo Yaneth Quiñones.
Las jóvenes perciben que existen diferentes aristas de la violencia, las cuales repercuten en su vida, y son conscientes de que la inseguridad es un problema que ha estado presente por generaciones, por lo que buscan que no continúe en el futuro. “La violencia es algo que nos ha marcado desde niños, es algo que nos arroja el entorno. Donde yo vivo es una violencia más, digamos, tranquila, no se ve tanto narcotráfico, pero es una más física y sicológica”, declaró Junco Aquino. Brandon Martínez Pérez, de Guatemala, indicó: “La violencia es bastante complicada porque podemos efectuar violencia sin siquiera saberlo, con sólo excluir a una persona o hacerle una mala mirada, eso ya puede ser violencia sicológica”.
Ellos defendieron su derecho a colaborar en la pacificación, a aportar sus ideas innovadoras, a presentar propuestas diferentes. Pidieron que los adultos los dejen de estigmatizar, que no los vean como rebeldes o apáticos, sino que les brinden su confianza. “No porque traigamos tenis significa que tenemos menor capacidad de actuar, no porque nos pintemos el cabello significa que no podemos opinar sobre la violencia”, indicó la joven.
“Sí es un llamado para que las autoridades y el mundo adulto nos volteen a ver y sean conscientes de que somos un grupo que quiere ser escuchado”, enfatizó Yaneth Quiñones.
El actor Osvaldo Benavides, quien es embajador de Save the Children, reconoció que la participación de los jóvenes es fundamental para cambiar la situación del mundo.
“Esa es la manera del cambio real, que las personas que vienen a construir el mundo que será tengan algo diferente en la cabeza, otra idea, otra educación, otra visión, es la única manera de cambiarlo a profundidad. Hay que empezar de cero con los jóvenes”, enfatizó.
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