Andrés Manuel López Obrador fija su mirada en el cuadro de Benito Juárez colocado al centro del salón de plenos de la Suprema Corte, sede de la justicia. El tabasqueño añora ser como él: uno de los presidentes que marcarán la historia de la nación y que también fue un destacado integrante del Poder Judicial.
En esa casa de la ley, en el corazón de México, el presidente electo se reúne con los ministros. El poder entrante se encuentra con el Judicial y el momento genera expectativas por la rispidez que existió durante la pasada campaña.
El tabasqueño llegó antes de las 9:00 horas. Ningún medio de comunicación lo apachurró, pasó directo y fue recibido por el ministro presidente Luis María Aguilar.
Se reunieron en privado durante 30 minutos. Conversaron temas controversiales como que ningún funcionario público podrá ganar más que el Presidente, ante los altos salarios de los ministros. Al salir, caminaron por los pasillos del histórico recinto, vestidos con murales de José Clemente Orozco.
Después desayunaron con los 11 ministros de la Corte donde hablaron de la austeridad y del plan de la Suprema Corte que pretende ahorrar 5 mil millones de pesos.
La sobremesa duró más de 30 minutos. Mientras, reporteros y camarógrafos esperaban en la sala de conferencias para conocer los pormenores de lo discutido.
Pasó el tiempo y llegó la foto oficial en el salón de plenos a espaldas del cuadro de Benito Juárez, la gran imagen que rinde un homenaje al Benemérito quien también fue ministro de la Corte. Ahí también estuvieron quien será secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el próximo consejero jurídico de Presidencia, Julio Scherer Ibarra.
Después de dos horas, el tabasqueño salió acompañado por el ministro presidente quien lo dejó hasta su automóvil, con la promesa de que se reunirán en un futuro.
Ni Andrés Manuel López Obrador ni ningún ministro dieron mensajes en conjunto, a pesar de la larga espera.