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Andrés Manuel López Obrador se nota alegre. Dice sentirse bastante bien y eso lo atribuye a que hace poco más de cuatro años le hicieron “un cambio de medio motor”, le colocaron un estent en el corazón (un tubo pequeño que va dentro de la arteria para evitar que se tape) tras sufrir un infarto.
Ese buen humor cambia a un semblante serio cuando habla con EL UNIVERSAL de la corrupción. Sin titubeos, afirma que será intransigente con ese tema, a tal grado que si alguno de sus hijos incurre en actos de corrupción o impunidad, será castigado como cualquier otro.
Durante su último día de precampaña, el precandidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PES-PT) dice que no quiere sentirse insustituible “o que piensen que somos milagrosos, pero sólo nosotros podríamos acabar con la corrupción en México”.
Si en este tercer intento logra llegar a la Presidencia de la República, dice, sus hijos no estarán en el gobierno, mucho menos serán sus sucesores como dirigentes de Morena. De perder los comicios, se irá a La Chingada, su quinta en Chiapas y no tomará avenidas, ni encabezará manifestaciones bajo el señalamiento de fraude electoral.
El balance para López Obrador es positivo en estos dos meses de precampaña y da la bienvenida a todos los que los apoyan, como la familia de la ex lideresa sindical Elba Esther Gordillo, si quieren cambiar al país, sin condiciones.
Adelanta que no habrá venganzas, ni investigaciones contra la administración del presidente Enrique Peña Nieto. “No va a ser iniciativa del Presidente entrante el perseguir al presidente saliente”, recalca.
Dice que hoy tiene más experiencia, conocimiento del pueblo y está mejor organizado para enfrentar un posible fraude electoral.
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Un balance positivo
¿Su balance de la precampaña?
—Nos fue bien, estamos por terminar la precampaña, pienso que crecimos, ya estábamos arriba al entrar a la precampaña y crecimos un poco más. Lo más importante es que no tuvimos contratiempos, fue muy agradable la precampaña, no fue tensa, no tuvimos problemas.
Las encuestas lo ponen arriba, pero está el peligro latente del exceso de confianza. ¿Qué tanto evitará confiarse para que no suceda lo de 2006? ¿Lo tiene presente?
—Son tiempos distintos. Ahora hay más apertura de los medios de comunicación, no es fácil introducir una guerra sucia a través de los medios, existen las redes sociales, además estamos mejor que en 2006 y 2012 y la gente está más decidida por el cambio verdadero.
¿Las redes sociales serán trascendentales para esta elección?
—Sí, porque nos sirven no sólo para comunicar, sino para replicar, para defendernos. Hasta 2012 había un control casi absoluto de los medios de información, bueno, el actual presidente [Enrique Peña Nieto] fue producto de una campaña publicitaria llevada a cabo a través de los medios de información y en particular por la televisión.
Ahora es distinto, ahora no hay un medio de información que tenga un compromiso con un precandidato o que vaya a tener compromiso con un candidato para encumbrarlo con publicidad y tampoco hay un pueblo que les vaya a creer después de los fracasos de quienes ofrecieron que iban a cambiar las cosas y hundieron más al país. Entonces, son otros tiempos completamente.
¿Cuál es la diferencia entre el AMLO de hoy y el de 2006, cuando estuvo más cerca de ganar la Presidencia de la República?
—Tengo más experiencia, conozco más al país, conozco más al pueblo, pero en esencia estoy proponiendo lo mismo. Si no nos hubiesen robado la Presidencia en 2006 no estaría el país como está, nos hubiésemos evitado todo este desastre y todo ese sufrimiento de la gente, porque yo no iba a pegarle al avispero a lo tonto como lo hizo [Felipe] Calderón para, supuestamente, enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia, yo no hubiese actuado de esa manera.
¿Tiene más experiencia, incluso para enfrentar un posible fraude electoral?
—Sí, estamos más preparados, hay mejor organización. Sin duda Morena es el partido con más ciudadanos conscientes, voluntarios, no sólo en México, en el mundo.
Los independientes no le preocupan
¿Qué opinión tiene de algunos de sus probables oponentes, por ejemplo José Antonio Meade?
—Siento que es un tecnócrata deshonesto, parte de un régimen corrupto, eso es lo que puedo opinar.
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¿De Ricardo Anaya?
—Un ambiciosillo vulgar, corrupto, sin ideales ni principios.
¿De los independientes, qué opinión tiene de Margarita Zavala o Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco?
—Pues respeto a la señora Zavala, no puedo decir nada de ella, no tengo por qué decirle nada u ofenderla.
En el caso del señor este, [Jaime] Rodríguez [Calderón], pues es una gente sin principios, ayudó para que se supiera que los llamados independientes no lo son, aunque son independientemente del pueblo, no de la mafia del poder.
¿Alguno de los independientes le preocupa por su crecimiento en encuestas?
—No, porque pertenecen a la misma mafia del poder. No plantean transformar a México, no podrían acabar con la corrupción. No quiero sentirme insustituible o que piensen que somos milagrosos, pero sólo nosotros podríamos acabar con la corrupción en México y lograr el renacimiento del país.
En los últimos días ha endurecido el tono contra críticos en algunos medios. ¿No es peligroso develar el AMLO rijoso que en 2006 perdió la elección, de acuerdo con analistas, por esa actitud?
—No, los adversarios se frotan las manos pensando en que yo voy a irrumpir con un insulto, que me voy a permitir exhibirme y afectarme políticamente. No. Lo que dije lo sostengo: soy un estudioso de la Historia y sé que muchos intelectuales y periodistas son convenencieros, profundamente conservadores, defensores del régimen, pero actúan con apariencia de liberales, entonces eso para mí es [Jesús] Silva-Herzog, Enrique Krauze y otros, pero eso es parte del debate, de las ideas. Si digo eso no los estoy insultando, ellos me dicen populista, Krauze acuñó lo de mesiánico, que tampoco es nuevo, eso lo usaban mucho los periodistas conservadores del porfiriato para descalificar a los dirigentes revolucionarios.
Entonces, Krauze pensó que estaba describiéndome y para mí es un disparate. No es un concepto y término que se ajuste a lo que yo represento, pero respeto su crítica, pues la democracia es pluralidad.
No es insulto. Que se rasgan las vestiduras, pues sí, fue nada más una frase, la de que son conservadores con apariencia de liberales y me dedicaron como siete artículos y no sé cuántas caricaturas. No aguantan nada (risas).
Usted criticó en los últimos años férreamente a Elba Esther Gordillo, ahora lo apoya su familia, seguro con el aval de La Maestra. ¿No hay una mínima incongruencia en esta postura?
—Puede ser que se piense que estamos actuando con oportunismo, pero lo cierto es que hay una causa que amerita buscar la unidad de quienes estén dispuestos a luchar por una transformación. Si los maestros y la gente cercana a la maestra Elba Esther está dispuesta a ayudar la transformación del país, sin condiciones de ninguna índole, bienvenidos todos.
Parece que el postulado es: todo suma, de donde venga. ¿Es así?
—Sí, sumar y no ver a nadie como enemigo. Si acaso, considerarlos adversarios. México requiere la unidad de todos. Lo único que se va a respetar, lo único que no está a negociación es el combate a la corrupción.
No vamos a establecer ninguna relación de complicidad con nadie, ni con familiares.
Familiares, ¿a quién se refiere?
—Cualquier hermano, hijo, cualquier familiar. Aunque sea muy cercano, que se dedique a actos de corrupción, va a ser castigado.
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¿Inclusive sus hijos?
—Inclusive mis hijos.
Usted ha dicho que Napoleón Gómez Urrutia volverá del exilio, ¿también podría impulsar la salida de Elba Esther Gordillo de prisión?
—Hay un proceso legal, no va a haber injerencia del Ejecutivo, no va a haber consigna de perjudicar a nadie, no vamos a utilizar el Poder Ejecutivo para perseguir a adversarios.
¿Ni para apoyarlos?
—No, va a ser la ley. Va a haber un Estado de derecho que no ha habido, un verdadero Estado de derecho, pues lo que hay es un Estado de cohecho, un Estado de chueco.
No va a haber consigna para perseguir a nadie. Lo que pasó con muchos que son víctimas del régimen es que se les acaba la protección, caen de la gracia y a muchos los usan como chivos expiatorios, eso no va a ser una práctica pública y política.
No voy a tener necesidad de legitimarme metiendo a la cárcel a un personaje de la política o del sector empresarial, no soy [Carlos] Salinas que para legitimarse, porque se robó la elección presidencial, metió a la cárcel a La Quina. No voy a actuar así. No tengo por qué proceder de esa manera.
O como Calderón, que no ganó la Presidencia y para legitimarse le declara la guerra al narcotráfico de manera irresponsable y convierte al país en un cementerio. Pero sí, aclaro, desde el primer día del nuevo gobierno habrá cero corrupción y cero impunidad.
Ante el resultado de las encuestas, ¿No teme que los sectores que no lo quieren a usted fortalezcan a Anaya? ¿Qué va a hacer al respecto?
—Lo van a intentar [unirse todos], esa es una maniobra de los operadores de la mafia del poder, andan peleándose el segundo lugar.
Dijo en 2012 que si no ganaba se iba a La Chingada. ¿Por qué se podría suponer que usted cumple su palabra si no se dan las cosas en julio?
—Lo dije ya, sólo tengo dos caminos: a Palacio Nacional o a Palenque, Chiapas. A Palacio Nacional o a La Chingada y la gente lo va a decidir.
En caso de que se imponga al próximo Presidente por un fraude electoral, ¿lo veremos tomando avenidas o manifestándose?
—No. Pero eso a lo mejor lo harían los simpatizantes, no me metería y ya sería un asunto de los que cometan el fraude de resolver el problema.
¿Sufragio efectivo, no reelección? Por aquellas voces que dicen que si usted llega, ya no lo sacan del poder…
—No me voy a reelegir. No creo en eso, tengo principios, tengo ideales, sería ir en contra de mis principios.
Sus hijos, ¿qué papel jugarán en su gobierno?
—Ninguno. No va a haber en mi gobierno nepotismo, ni influyentismo, ni amiguismo, ninguna de esas lacras de la política.
¿Sólo serán los hijos del Presidente? Ya hoy tienen un poder que les ha dado Morena. ¿Cómo van a interactuar con su gobierno?
—Sí, son mis hijos y a ver qué deciden ellos. No van a estar en el gobierno.
¿Ve a alguno como el próximo líder de Morena, su sucesor?
—No podrían estar en la actividad política porque son mis hijos. No soy [Miguel Ángel] Yunes que quiere dejar a su hijo en la gubernatura, yo nunca he propiciado esas cosas.
¿Habrá investigación a algún área de la administración de EPN una vez que usted gane?
—No. Sólo que los ciudadanos planteen o que haya investigaciones en curso, va a corresponder a las instancias judiciales. No es mi fuerte la venganza.
¿Investigará directo a Enrique Peña Nieto?
—Los ciudadanos [lo decidirán], no va a ser iniciativa del Presidente entrante el perseguir al presidente saliente.
¿La amnistía a delincuentes en verdad la llevará a cabo o sólo es un eslogan de campaña?
—Si hace falta para conseguir la paz lo vamos a hacer. Todo lo que ayude a acabar con la violencia se va a explorar, no descarto nada. Lo más importante es que haya tranquilidad y paz.
¿Serán suficientes sus propuestas para acabar con décadas y décadas de narcotráfico?
—Sí, porque no se han atendido las causas, no se pueden resolver los problemas de origen social sólo con el uso de la fuerza o medidas coercitivas.
A bote pronto
¿Habla ruso?
—No. No hablo ruso.
¿Qué canción les dedicaría a sus adversarios?
—Las Golondrinas (risas).
Usted dice que es todoterreno, ¿cómo anda de motor?
—Ando bien, me hicieron un cambio de medio motor y me he sentido bastante bien.
¿Un cambio de medio motor?
—Sí, porque me dio un infarto y me pusieron un estent y estoy bien.
¿Anda ahora tirando aceite?
—No, ya no (risas).
¿A quién va a mandar a La Chingada si su plan es vivir en Palacio Nacional al ganar la elección?
—A nadie, yo voy a ir de vez en cuando (risas), cuando tenga tiempo. No voy a ir a vivir allá, voy a rentar una casa cerca de Palacio Nacional, voy a vivir hasta junio de 2019 en donde vivo, porque tiene que terminar Jesús [su hijo] la primaria, el sexto año. Después me voy a cambiar a una casa más cerca de Palacio, no voy a vivir en Los Pinos.