Éric es miembro de La Rebel, la fanaticada radical de los Pumas, desde los 14 años de edad. Ha visto su evolución y conoce los argumentos de los detractores, quienes han calificado al grupo de animación auriazul como un negocio conformado por gente violenta.
En entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes, este fiel felino aclara la forma de operar de una de las barras bravas más emblemáticas de la Liga MX,que hoy cumple 20 años de haberse conformado y que tiene entre 3 mil 500 y 5 mil integrantes.
—¿Qué significa ser miembro de La Rebel?
“Se convirtió en un estilo de vida. Sin Pumas, ya no existe la forma de concebir los 365 días del año. Sólo nos damos un break cuando los jugadores tienen vacaciones”.
—A La Rebel se le identifica por los Pumas ¿ustedes sienten que es recíproco?
“Los jugadores que nacen en Cantera tienen esa identidad con la barra: [Alfredo] Saldívar, por ejemplo. Se criticó que fuimos a hablar con ellos; fue una charla entre camaradas. Le fuimos a decir que si no querían jugar, que mejor nos dejaran, porque había apatía de los jugadores. Hay camaradería entre futbolistas y los barristas”.
—¿Cómo ha sido la evolución de La Rebel?
“La autonomía rebelde se va transformado. Dejas de ser un niño para ser adulto. Antes teníamos de referente a Salvador Reyes el Nariz, ahora es el Yon. La evolución ha ido con mosaicos, mantas y el domingo va a ser colorido espectacular. Siempre es para bien. Ya siendo adultos, no caemos en provocaciones, sino queremos diálogo. A todos nos espera un trabajo, una esposa, un hijo, después de ver a Pumas. Nos da gusto volver bien a casa. No buscamos la guerra con otras barras o con la policía”.
—Los detractores señalan que La Rebel es un negocio...
“La Rebel es un negocio, porque el futbol lo es. No es de lo que vives. Generas gastos para ir a ver al equipo, porque pagas un camión y hospedaje. Si vas a Tijuana, son más de 30 horas. Como hincha del equipo, vendes un souvenir. Es un negocio por amor al equipo. Los detractores son celosos de lo que hacemos, causas envidia. No te bajan de delincuente, marihuano o drogadicto. Somos adultos y ya te alejas de todo eso. Es más lo que se dice, que lo que es. Nos ven como barra brava en el estadio, pero en casa estás lavando los trastes”.
—Dicen que la directiva les regala los boletos...
“El boletaje es un apartado. El Patronato lo tiene registrado. Estamos credencializados para tener un control del boletaje. Los boletos se pagan a la directiva. Nos dan ese privilegio, porque estamos ahí cada 15 días. Tenemos el pase asegurado, no regalado”.
—¿Es seguro ir al Pumas-América en CU?
“La violencia está súper controlada, por parte de la Secretaría de Seguridad Pública. El estadio será seguro y si hay brotes aislados se dan en otros lados”.
—¿Por qué te tatuaste al delantero Nicolás Castillo?
“Decían que era una tontería, pero fue un acto de fe. Lo hice cuando Pumas era último de la tabla y se hablaba que Nico se iba. Yo confié en que no y así fue. Sólo he tenido como ídolos a Jorge Campos y a Nico, que entiende lo que significa ser un hincha de Pumas”.