El ex presidente del PAN, Gustavo Madero, afirma que la fórmula encabezada por Marko Cortés y Héctor Larios para presidir al partido, permitiría al “cártel de gobernadores” secuestrar a ese instituto político y a la dirigencia.
Madero señala directamente a la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional, integrada por Francisco Domínguez, de Querétaro; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Martín Orozco, de Aguascalientes; José Rosas Aispuro, de Durango; José Antonio Gali, de Puebla; Carlos Joaquín, de Quintana Roo; Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur; junto con Rafael Moreno Valle, ex mandatario de Puebla.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Madero, quien apoya al otro aspirante a dirigir el PAN, Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del partido, afirma que así opera el PRI y de ganar el bloque Cortés-Larios sería una gravísima amenaza y sumisión ante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a cambio de presupuesto a estados. Los gobernadores, agrega, no apoyaron la propuesta del PAN el 1 de julio y se rindieron anticipadamente al tabasqueño. Por sus errores, ganó López Obrador.
A dos meses del 1 de julio, ¿cómo ve al PAN?
—Con dos posibilidades de ser. El partido se está debatiendo en definirse frente a sí mismo en el momento que estamos viviendo en el país. Perdimos la elección, pero no sólo eso, sino que la gente votó por lo contrario a lo que estábamos proponiendo nosotros y eso, aparte de la derrota electoral, es la derrota ideológica-política.
La gente decidió para atrás, darle todo el poder a un solo hombre y a un solo partido. Esto es uno de los riesgos que va a enfrentar el país y ahí es donde el partido debe entender su rol.
Va a haber una renovación de la dirigencia el próximo 11 de noviembre, es la oportunidad de que los militantes definan. La foto en la que salió Marko Cortés y Héctor Larios con los gobernadores es lo más antiético en el PAN. Esa es la foto del PRI dentro del PAN, donde no son los militantes, con el voto libre y secreto, los que elegirían una nueva presidencia, sino son los factores reales de poder, ese cártel de gobernadores que estaría secuestrando al partido y su dirigencia a través de su peso específico, es la expresión del PRI, así funciona ese partido, el PAN no.
¿Acción Nacional está dejando de ser democrático?
—Esa es la vencida que estamos jugando. Yo estoy sorprendido desde el primero momento en que se nombró a nuestro candidato, Manuel Gómez Morin, y luego a su secretaria general, Mirelle Montes, es una fórmula que agradó y fue bien recibida; la otra, tú le ves la cara a esos batos y están como muertos en vida, porque están siendo los mascarones de un proyecto distinto, están siendo tripulados por otros intereses y actores que están detrás, se exhibieron en una fotografía indignante para el PAN.
—No, este es el proyecto que creemos más institucional. El respaldo del gobernador [de Chihuahua], Javier Corral, es el de uno de los personajes más identificados con la esencia del PAN, los otros gobernadores tiene un pecado original, son el GOAN, los que en la campaña no sólo no apoyaron la propuesta nuestra, sino que se fueron y anunciaron, antes de que terminara la campaña, una claudicación y una rendición anticipada, diciéndole a Andrés Manuel López Obrador que iban a trabajar con él sin problema.
¿Ricardo Anaya fue un mal candidato para el 1 de julio?
—No, pero la regó, el bato creyó que el proyecto era él, y no. Lo cierto es que él no convenció.
¿La coalición Por México al Frente fue un error?
—No, fue lo mejor que podíamos hacer, yo creo eso, eso es lo que más coraje me da, en el PAN decimos: ‘El bien mal hecho, es peor que el mal’.
¿Coincide con el ex presidente Felipe Calderón en que Marko-Larios es el fin del partido?
—Es una gravísima amenaza para la esencia del partido, yo en el fondo creo que hay una coincidencia con ese percepción, porque es una claudicación anticipada.
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