Han pasado dos años de que el presidente Andrés Manuel López Obradortomó las riendas del país y su gobierno se ha caracterizado por un nulo diálogo político con la oposición, sencillamente, porque más allá del respaldo de más de 30 millones de votos, cuenta con la mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores, de acuerdo con politólogos y analistas.
Así a 730 del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, expertos en ciencia política y analistas hacen un balance de claroscuros, con temas preocupantes el manejo de la pandemia o el poder que se le ha otorgado al Ejército mexicano, que ahora no solo ayuda a la presente administración a combatir la inseguridad, sino también en tereas de orden civil.
Mientras que en el combate a la corrupción, advierten, que muchos de los procesos están abiertos –Estafa Maestra, Odebrecht, García Luna-, y podía dejarse pasar la oportunidad de castigar al Estado corrupto y solo llevar a la cárcel algunos cuantos chivos expiatorios.
José Antonio Crespo, maestro en Sociología Política y doctorado en historia por la Universidad Iberoamericana, asegura que hay un balance negativo, en los primeros dos años del presidente López Obrador.
“No que no haya unas medidas positivos, pero es un abalance negativo en los resultados y en la dirección que se está tomando. Las metas pueden ser loables, porque quien no va a querer un sistema de salud como Finlandia o de Dinamarca, pero no lo tenemos: las metas son buenas, los métodos han sido erróneos”.
Maite Azuela, maestra en Políticas Públicas y Administración Pública por la Universidad Concordia, Canadá, coincide pues en términos económicos hay una moneda estable, la deuda no se ha incrementado, pero la apuesta al proyecto de nación son fallidas.
“Es decir, la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, Pemex, proyectos que son del pasado y no tendrán sustentabilidad en el futuro”.
Advierte que en seguridad mi preocupación de todos los días es la militarización y la concentración avasalladora de los recursos económicos y de operación política que el Ejecutivo le ha entregado al Ejército, porque eso podría revertirse.
Mauricio Merino Huerta, doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid, señala que en estos dos años hemos visto un proyecto personal político sumamente potente que conecta con el resentimiento, con el dolor, con la injusticia, con incluso el deseo de venganza de millones de personas que han sido excluidas o ninguneadas durante años.
“El Presidente encarna ese dolor social. Entonces ese es el proyecto, él lo encarna, tiene un enorme respaldo y mientras le dure, espero que sea hasta 2024, no dialogará con la oposición”.
La escritora y periodista Sabina Berman agrega que han sido dos años donde han “despegado” muchas cosas y viene el tiempo de afianzarlas, como por ejemplo la lucha contra la corrupción que fue la promesa de López Obrador ante el electorado.
“Hay muchas casos abiertos, en especial la Estafa Maestra que será como un rayos equis de lo que ha sido el estado corrupto, pero es muy importante que se resuelva en un juicio a todo el estado termina en casos aislados, de chivos expiatorios, de dos o tres personas en la cárcel, eso sería una oportunidad perdida”.
Berman insiste en que esta administración no puede dejar pasar la oportunidad para dar un escarmiento al régimen corrupto. “Quiero ver un juicio donde vayan desfilando muchos testigos, inculpados, pruebas, estamos en el momento para estar a una democracia más madura. La gran pregunta si el obradorismo tendrá la imaginación para hacerlo, pero ahí está la gran oportunidad para enjuiciar al Estado corrupto”.
Corrupción, más de lo mismo
Crespo advierte que, hasta ahora, en el combate a la corrupción hemos visto más de lo mismo que se hacía antes, es decir, agarras a dos o tres, casi siempre algún adversario como es el caso de Rosario Robles, y hacia más arriba, pues ya no.
“Como con Peña Nieto y la Casa Blanca, puso al secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, que evidentemente lo exoneró, hasta hoy estamos viendo el mismo esquema, por lo que se podría dejar desaprovechar la oportunidad de combatir la corrupción. “Hemos visto como exoneraron a Manuel Bartlett ahora a su hermano Pio López Obrador, todo eso se tapa o se hace una simulación de investigación”.
Merino dice que no se ha hecho nada para combatir las causas de la corrupción, porque la gente cree, porque así lo ha hecho creer los poderosos, que combatir la corrupción equivale a combatir corruptos y meterlos a la cárcel, pero en Perú han ido a prisión 18 presidentes y vicepresidentes y la corrupción sigue.
En este rubro, Azuela expresa que los casos emblemáticos Loyoza-Odebrecht siguen en proceso, sin embargo, el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerreo, es una buena señala la primera detención de un militar, eso es clave en un caso emblemático, sin embargo, “yo les daría el beneficio de la duda”.
La pandemia
Sobre el manejo de la pandemia de Covid-19, José Antonio Crespo dice que el discurso ha estado fuera de fuera de la realidad, ha sido contradictorio, se niegas las cifras, ha sido triunfalista, pero la realidad no corresponde lo que están diciendo.
No obstante, el académico reconoce que el Presidente mantiene un alto respaldo ciudadano por un fenómeno “psicosocial” donde la que lo ha seguido, la que votó por él, sigue esperanzada a la idea que esto va a cambiar en serio. “Te niegas a ver la realidad que pone en entredicho esa esperanza”.
Maite Azuela aduce que el Presidente ha sabido manejar bien e tema ante la opinión pública, pero han sido malos en resultados con más de 100 mil decesos, no obstante, “es impresionante que la gente sienta que lo ha manejado bien”.
Sabina Berman coindice es impresionante el apoyo que mantiene el Presidente, pero en la elección intermedia de 2021 se verá si lo que registran las encuestas puede sostenerse, porque el Presidente necesita mirar a dos sectores de su electorado: las mujeres y a la clase media, porque se sienten desatendidos por las políticas públicas del gobierno y la próxima elección será un plebiscito que pondrá eso a revisión.