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Frente a las elecciones de 2018, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) impartirá talleres de construcción de ciudadanía en las 93 Diócesis del país, que tienen como objetivo fortalecer las capacidades ciudadanas para la defensa de sus derechos, que los ejerzan y rechacen “todo acto de ilegalidad, corrupción, impunidad, violencia e injusticia”, asegura José Leopoldo González Obispo de Nogales.

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social-Cáritas Mexicana asegura —en el documento Transformemos nuestro entorno. Manual de construcción de ciudadanía— que a México le “urge una ciudadanía que fortalezca una democracia participativa y reconstruya el tejido social”.

Con los talleres, que pretenden tener impacto en millones de católicos y de otras congregaciones religiosas, “la apuesta es decirle al cristiano: ‘Hay que entrarle a la política, en el sentido amplio, no en el sentido partidista’, sino a la política que es la búsqueda del bien común, y en ese sentido involucrarse en lo público y cada quien asumir desde donde esté el participar, quienes tengan la posibilidad de entrar a lo partidista que le entren, pero quienes no, que lo hagan desde la junta de vecinos, asamblea de padres de familia y otras formas de asociación locales”, dijo Jimena Esquivel, secretaria ejecutiva de la Dimensión de Justicia, Paz, Reconciliación, Fe y Política de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social.

Explicó que la idea es a largo plazo, que los ciudadanos transformen su entorno social, pero una vez que inicie el proceso electoral rumbo a julio de 2018, la idea es que los obispos puedan hacer “un llamado a lo mejor, para que el voto sea razonado, reflexivo”.

En el documento, el obispo de Nogales reconoce que “la construcción de esta ciudadanía activa y participativa requiere procesos de formación para que las personas desarrollen las competencias que les permitan conocer y defender sus derechos y obligaciones, ejercerlos y rechazar todo acto de ilegalidad, corrupción, impunidad, violencia e injusticia”.

En la presentación afirma que los fieles y sacerdotes que tomen los talleres encontrarán “una herramienta oportuna para la animación de la pastoral social que busca, entre otras cosas, transformar su entorno y fortalecer la identidad de los cristianos como ciudadanos comprometidos en la construcción de una sociedad más justa y un país más democrático”.

La tarea que emprenden, agregó, está encomendada a “la intercesión de María Santísima de Guadalupe, que quiso venir a escuchar el clamor de sus hijos, especialmente, los más pequeños y necesitados de su maternal protección”.

El manual retoma una carta del papa Francisco enviada al cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina del Vaticano, fechada el 19 de marzo de 2016, en la que habla sobre el significado del trabajo de los pastores y laicos en la vida pública, el cual pretende alentar, acompañar y estimular todos los intentos, esfuerzos que se hacen por “mantener viva la esperanza y la fe en un mundo lleno de contradicciones. Significa, como pastores, comprometernos en medio de nuestro pueblo y con nuestro pueblo sostener la fe y su esperanza.

“Muchas veces hemos caído en la tentación de pensar que el laico comprometido es aquel que trabaja en las obras de la Iglesia o en las cosas de la parroquia o de la Diócesis y poco hemos reflexionado en cómo acompañar a un bautizado en su vida pública y cotidiana; en su quehacer cotidiano, con las responsabilidades que tiene se compromete como cristiano en la vida pública. Sin darnos cuenta hemos generado una élite laical creyendo que son laicos comprometidos sólo aquellos que trabajan en cosas de los curas, y hemos olvidado, descuidado al creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por vivir la fe”, resalta la misiva del pontífice.

Los módulos

En entrevista con EL UNIVERSAL Jimena Esquivel dijo que los obispos y el Episcopado pretenden con estos talleres que los católicos se involucren en la política y en los asuntos públicos para tener un voto razonado.

Comentó que desde hace cuatro años la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, ha apostado por la formación de los fieles más participativos, capaces de incidir en la transformación de su entorno y en la búsqueda del bien común, por lo que los talleres de construcción de ciudadanía es un proyecto que han preparado desde hace varios meses.

En octubre comenzaron a impartirse los primeros talleres a manera de proyecto piloto, en las diócesis de Tulancingo, Tula y Huejutla, en Hidalgo; en los primeros días de noviembre se llevaron a la diócesis de Tijuana, Ensenada, La Paz y Mexicali.

Durante la 104 Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano se dieron a conocer los talleres y el manual para la construcción de la ciudadanía, que se empezó a difundir esta semana en las 93 diócesis.

Hasta ahora han recibido solicitudes de las diócesis de Zamora y Apatzingán, en Michoacán; de la Provincia Eclesiástica del Bajío, integrada por la Arquidiócesis de León y las diócesis de Celaya, Irapuato y Querétaro; las del estado de Oaxaca, así como de la Morelos. Se prevé que en las primeras semanas de enero los talleres se impartan en esas regiones.

El documento, elaborado en coordinación con el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), detalla que el taller de construcción ciudadana se compone de cinco partes: inducción, tres módulos temáticos y evaluación, que en total comprenden 12 horas de trabajo presencial; durante la inducción se presentarán los objetivos, así como su contenido, se establecerán los acuerdos para su desarrollo y se integrará al grupo.

“La metodología de capacitación recupera experiencias de los participantes; incluye la resolución de problemas a través de actividades individuales, grupales y en plenaria; propone referentes teóricos para el desarrollo de habilidades de autorregulación, colaboración, diálogo y participación”, señala el manual.

El primer módulo se titula Práctica religiosa y participación ciudadana, en el cual se analizará la influencia de las comunidades religiosas en la promoción de una cultura de la legalidad con justicia y dignidad. En él se plantean reflexiones para que el participante analice su grado de corresponsabilidad en la construcción de una sociedad corrupta, ilegal e injusta, “de tal modo que sea capaz de asumir una actitud responsable en la construcción de una cultura de la legalidad”.

Para el segundo módulo, que lleva por título Personas y compromiso social, que tiene como objetivo valorar los derechos humanos como fuente del compromiso social, se establece la dignidad humana como punto de partida y de llegada para el ejercicio de la ciudadanía; se explican los derechos humanos, una cultura de la legalidad con justicia y dignidad como base del Estado democrático de derecho.

En el tercer módulo, Transformación social cristiana, se busca generar estrategias para promover la transformación social a través del ejercicio de la ciudadanía, los participantes propondrán acciones que puedan incidir en la transformación positiva de su entorno.

Durante las 12 horas del taller los participantes realizarán 15 actividades en las que reflexionarán sobre la relación entre la religión y la participación ciudadana, la corrupción, así como la incidencia de la fe religiosa de los cristianos en su comportamiento.

También se analizarán las diferentes formas de gobierno, los elementos que conforman a un Estado de Derecho Democrático y su diferencia con el gobierno autoritario, con el objetivo de que los talleristas concluyan que “la participación ciudadana es un elemento fundamental para fortalecer el Estado democrático de derecho”.

Generación de liderazgos

Jimena Esquivel comentó que la Iglesia católica siempre se ha preocupado por la construcción de la ciudadanía. “No nos queremos quedar en dar un taller para reflexionar sobre el voto analítico, sino generar liderazgos comunitarios que atiendan las necesidades y problemáticas de la comunidad; la apuesta es no hacer la bifurcación entre la fe y la política, no van separadas, sino que para ser un buen cristiano hay que ser un buen ciudadano, y ser un buen ciudadano significa involucrarte en lo público y participar”.

Al término del taller se realizará una evaluación que permitirá identificar las competencias desarrolladas durante la capacitación en función de los conocimientos, actitudes y aptitudes aprendidos por los asistentes. En el documento se anexa una “boleta” de autoevaluación para los participantes, en la que calificarán en una escala del uno al tres los conocimientos adquiridos, donde uno es nada, dos es poco y tres es mucho.

El texto de 125 páginas incluye materiales de lectura para los talleristas, uno de ellos es la Declaración para la paz y justicia, de los Cristianos Evangélicos Unidos en un Clamor por México, de agosto de 2015, en el que se exigía a los candidatos a diputados federales la aplicación de la Ley General de Protección a Víctimas del Delito o agilizar la aprobación y aplicación de la Ley de Participación Ciudadana. A los miembros del crimen organizado los invitaban a “convertirse al amor y la justicia. Es posible regresar a la honestidad. Algún día enfrentarán la justicia de Dios, por eso antes de que sea tarde, abran sus corazones a Dios, quien los está esperando”.

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