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Don Raúl Ramírez, de 76 años, notó que le faltaba mercancía en su tienda La Hormiguita. Las cuentas no le cuadraban y se preocupó porque se dice nuevo en el negocio.
Una persona le aconsejó que vigilara al repartidor de la compañía Bimbo, pues podía ser el responsable de los robos. Entonces, su hija Rosaura de 14 años, ideó un plan para atrapar al culpable y para tener pruebas usó una bolsa de frituras donde escondió una cámara.
“La idea de grabarlo fue prácticamente de mi hija, ella me preguntó ‘¿qué tienes?’ y le contesté ‘me están robando mercancía’. Entonces se las ingenió para grabarlo y nos dimos cuenta de que sí se llevaba la mercancía”, cuenta don Raúl con voz pausada mientras parpadea.
Un jueves de julio ella vació un empaque de frituras del tipo Incógnita, calculó el tamaño de su celular y cortó un pequeño recuadro en la bolsa para meter ahí el teléfono. También hizo parecer que el empaque estaba lleno y lo camufló en uno de los estantes, no sin antes apretar el botón de iniciar video.
Negocio familiar
Don Raúl dice que es inexperto en la venta de abarrotes. “Esta tienda tiene 50 años, fue de la abuelita de mi esposa y luego pasó por generaciones. Mi esposa tiene dos años y medio de fallecida, entonces yo me quedé con la tiendita. Soy nuevo, pero ahora me doy cuenta de que hay que estar bien abusado”.
Los vecinos de Iztapalapa saben que La Hormiguita está en el número 23 de la calle Diego García Salinas, en la colonia Juan Escutia. Don Raúl es conocido por muchos, pero ya no se fía de todos: “Lo más difícil de atender una tienda es estar al pendiente de la mercancía, porque hay gente en la que uno puede confiar pero hay otra que no sabes qué mañas traiga. Ya viví la experiencia”.
Abre la tienda todos los días, sólo la cierra durante dos horas para ir por Rosaura a la escuela y comer con ella; fuera de eso, siempre atiende a los clientes, con la ayuda de sus hijos.
A pesar de que desde hace un mes les asignaron a un nuevo repartidor de productos de Bimbo, que les surte todos los jueves, don Raúl dice que eso no es suficiente: “Más que nada yo pido una recuperación del daño, cosas que los de la Bimbo no aceptaron”.
A un mes de distancia de la detención y liberación de Ricardo N, el tendero asegura que aún desconoce cuál es la cantidad exacta de lo que perdió en mercancía y a pesar de eso, lo que más le duele es el daño moral a su hija.
La familia de don Raúl se enteró de que el video del robo que Rosaura grabó se hizo viral en redes sociales hasta el martes. Ellos aseguran que no lo compartieron en ninguna plataforma de internet, sólo lo entregaron como una prueba a las autoridades para hacer la denuncia, pero esto provocó que hasta los mismos repartidores de otras empresas comenzaran a hacer preguntas sobre la tiendita.
Don Raúl y su familia dependen económicamente de la tiendita
Ayer por la tarde un trabajador de una empresa de frituras llegó con sus cajas llenas de productos a La Hormiguita, éste le contó con gracia al tendero y a sus hijos que otros compañeros estaban interesados sobre la historia del robo, pero nadie conocía mayores detalles.
A raíz de la publicación de la grabación han aparecido también en internet otros videos de trabajadores de distintas empresas que roban la mercancía de las tiendas de abarrotes.
Por lo regular se esconden los productos en sus chalecos o entre sus ropas, con rápidos movimientos los repartidores intercambian los productos que ya están en los estantes y los revuelven con los que llevan en sus cajas o charolas.
En el caso del trabajador de Bimbo que robaba en La Hormiguita, don Raúl asegura que sabe que se llevaba mínimo tres productos en cada visita. El delito por el que fue señalado Ricardo “N” es robo a negocio sin violencia. Mientras el proceso avanza, “anda libre el señor”, como dice don Raúl sobre el ex repartidor.
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