Mientras sopla el viento, la Bandera monumental que se encuentra en la glorieta de San Jerónimo, una de las 75 que fabricó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el año pasado, se despliega y deja ver su enorme Escudo nacional.
Un águila real que fue pintada a mano por al menos nueve técnicos militares durante 10 días dentro de las Fábricas de Vestuario y Equipo (FAVE) del Ejército.
En esa imagen, que primero debió ser marcada en el lienzo blanco con lápiz, se emplearon 16 tintas textiles, a base de agua; 11 que son la base y cinco más para realzar los colores.
Colocados sobre el escudo, los militares pintaron durante cuatro días y esperaron otros cinco para que secara, explicó el jefe de la fábrica de Confección “C”, Rosalino González Aguirre.
Hasta después es cuando se realiza el ensamble de las otras dos piezas de la Bandera nacional, los lienzos verde y rojo, además de herrajes y reforzamientos.
El proceso de cada una de las banderas, que llegan a tener un precio de hasta 250 mil pesos, inicia en la Fábrica de Teñidos y Acabados.
Foto: Una vez que se pinta el lábaro patrio y se estampa, se verifica la calidad de los materiales, y se les aplican químicos para hacerlos impermeables.
Más de 16 mil metros de tela pasan por los rodillos, se inicia por el teñido, los acabados y el estampado para darles el color exacto de cada uno de los tres tonos necesarios.
Se verifica la calidad de los materiales y se les aplican químicos para hacerlas más resistentes al ambiente, dijo el oficial Rafael Huerta.
Posteriormente es necesario confeccionar los lienzos, a través de ensamblar tiras de hasta 38 metros de largo por 1.50 de ancho.
Esos artículos para astas, de más de 100 metros, llegan a tener dimensiones de 55 metros de largo y 31 metros de ancho, como la que se encuentra en Piedras Negras, Coahuila, la más grande en el país, aseguró el personal de las FAVE.
El ruido de los rodillos por los que pasa la tela contrasta con la calma y el silencio con que se realiza la parte final en la fábrica de confección, en donde se verifica que el escudo nacional, así como los colores de la tela sean los adecuados antes de ser enviada a cualquier sede en México.
Aunque la Bandera que ahora luce sobre el Anillo Periférico lleva poco tiempo instalada, ya que la anterior se desgarró por los fuertes vientos que se registraron en el sur de la Ciudad de México el 24 de enero; cada uno de estos símbolos patrios tienen una vigencia de por lo menos un año antes de ser reemplazados.
Cada año dentro de las FAVE, además de gran parte del vestuario que utilizan los militares mexicanos, se fabrican mil 200 banderas de todo tipo para interiores, o exteriores, de escritorio, de oficina y de guerra, que son colocadas en edificios o en astas bandera monumentales.
A diferencia de las más grandes, el Escudo nacional de las pequeñas debe ser bordado a mano, un trabajo artesanal que se realiza con mayor paciencia dentro de la fábrica de sastrería.
Foto: El águila real del Escudo nacional tarda en ser bordado y pintado por lo menos 10 días, y para ello nueve técnicos castrenses ocupan sus manos.
En ese lugar trabajan con lienzos finos y telas mujeres y hombres, quienes hacen los bordados a mano con hilos de oro para darle mayor relieve a los escudos, lo que representa un trabajo artesanal, con lo que al finalizar el proceso de elaboración, una pieza puede alcanza un precio de 65 mil pesos.
Aquí además se elaboran desde banderas pequeñas que miden 30 centímetros, y que son para escritorio, hasta de tres metros que son usadas en oficinas de dependencias del gobierno y de escuelas.
Una tarea para la que no todos los trabajadores de esta área están preparados o dispuestos, por la paciencia que demanda.
Su producción no está al alcance del público en general, a menos que alguna dependencia sea la que haga la petición, y sea la que las distribuya.
“Aquí tengo banderas de varios tamaños y precios, estas pequeñas están de a 20 pesos, pero también tengo estas de 250, ahorita no tengo tantas porque se venden más en septiembre”, comentó José Luis, vendedor en el Mercado San Ángel, en la Ciudad de México.
Ana, quien tiene un puesto de disfraces y banderas en el Mercado de Mixcoac, subraya que la gente se preocupa más por el precio que por la calidad del material, ya que según ella, las banderas se venden más cuando son para una tarea escolar o para un partido de futbol.
Las FAVE es un complejo con 11 fábricas, en donde trabajan por los menos 2 mil militares, de los que al menos 45% son mujeres, y en donde se producen alrededor de 4 millones de artículos como uniformes, botas, herrajes que utiliza el personal de cada una de las áreas de la Secretaría de Defensa Nacional.