Pocas veces el gremio periodístico y la intelectualidad mexicana se han unido con convicción en torno a una causa, como ahora en la exigencia para que las autoridades encargadas de la procuración de justicia identifiquen y castiguen a los autores de las amenazas de muerte que desde hace meses viene recibiendo el periodista Héctor de Mauleón.
La última de ellas le llegó al periodista el 16 de agosto en forma de un estridente video de 15 segundos a través de Twitter. En él se observa la mano de un hombre con un arma que dispara, en al menos seis ocasiones, en contra de una fotografía de De Mauleón adherida a una silueta humana de las que comúnmente se utilizan en prácticas de tiro.
La imagen del informador estaba acompañada por el siguiente mensaje: “El Gallo con Ojos al Patrón… Usted está muerto, Perro”. Y remataba: “Sr. Héctor, la sentencia está por cumplirse, la muerte le ha llegado”.
El inventario de intimidaciones contra el columnista de EL UNIVERSAL comenzó a cobrar forma hace mucho. El propio De Mauleón, en una columna publicada en este diario el 17 de agosto, ubicó tanto el inicio como las que, presume, son las razones de la intimidación en su contra.
“Desde hace más de 14 meses, cada vez que esta columna aborda el narcomenudeo en la CDMX –pasó al tocar ladelegación Cuauhtémoc, ocurrió más tarde al hablar de Tláhuac–, me llegan amenazas proferidas desde las redes sociales. Por terquedad informo que ahora más que nunca seguiré escribiendo sobre el tema y esperando que las autoridades den por fin con los responsables de este inaceptable intento de amedrentamiento”.
El llamado hizo eco de inmediato en varios compañeros de oficio de De Mauleón y en no pocos intelectuales.
El mismo 17 de agosto, la revista Nexos, de la que De Mauleón es subdirector, publicó un texto en el que recuerda que, hasta ese momento, estaban abiertas tres investigaciones por el caso: una a cargo de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, una más a cargo de la Procuraduría General de la República y otra iniciada por Comisión Nacional de Seguridad.
Sin embargo, el texto hace notar que, hasta hoy, las autoridades no han dado “resultado alguno”.
“Vemos crecer la intensidad y la frecuencia de las amenazas contra De Mauleón sin que mejoren los resultados de esas investigaciones. Las amenazas deben ser tomadas seriamente por la autoridad, investigadas y castigadas”, dice el escrito.
“El caso de De Mauleón no es el único de periodistas amenazados que las autoridades conocen y a los que brindan protección bajo la forma de custodia y atención prioritaria de sus casos. Pero, como decimos, la protección no es seguridad y la atención prioritaria no encuentra ni castiga a los culpables.
“Declaramos nuestra solidaridad fraterna con Héctor de Mauleón y nuestra exigencia a las autoridades de que encuentren y castiguen a los responsables de las amenazas”.
El texto de Nexos incluía las firmas de Héctor Aguilar Camín, María Amparo Casar, Jorge G. Castañeda, Soledad Loaeza, Denise Maerker, Ángeles Mastretta, Luis Rubio, Rafael Pérez Gay y Leo Zuckerman, entre muchos otros.
El periodismo necesario
El 21 de agosto, en su columna del periódico Reforma, Jesús Silva Herzog-Márquez escribió: “Héctor de Mauleón no cede al miedo pero tampoco a la vanidad del perseguido. Continúa su trabajo sin subirse a un pedestal. Con terquedad sigue buscando la horrible verdad cuando muchos quieren ocultarla y pocos quieren conocerla. No le regala su silencio a los criminales”.
En el mismo artículo, el analista vaticinó: “(De Mauleón) No callará el horror porque sabe que en el silencio está la victoria de los bárbaros”. Y luego, con contundencia, hizo notar la relevancia del aporte del periodista amenazado: “Sus breves noticias del crimen son cátedras del periodismo necesario”.
En su columna El Asalto a la Razón del 18 de agosto, el director de Milenio Diario, Carlos Marín, machacó en el tema de la falta de resultados por parte de la autoridad.
Las amenazas contra De Mauleón acumulan meses ya, escribió Marín: “Pero su familia, sus amigos, quienes lo leemos en EL UNIVERSAL y De Mauleón seguimos ignorando por qué ningún sesudo servicio de ‘inteligencia’ o policía cibernética ha sido capaz de descubrir quién o quiénes y de qué pandilla lo vienen intimidando y, en consecuencia, se impida una evitable muerte anunciada”.
Marín cerró su columna apropiándose de la frase que dedicó en agosto de 2008 el empresario Alejandro Martí, cuyo hijo fue secuestrado y asesinado ese año, a prácticamente todas las instancias de gobierno: “Si no pueden, ¡renuncien!”.
La organización defensora de la libertad de prensa Artículo 19 también exigió a la Procuraduría capitalina agilizar las investigaciones para dar con los responsables y garantizar las medidas cautelares para salvaguardar la integridad de De Mauleón.
Instó también a la Comisión de Derechos Humanos capitalina a investigar la falta de la debida diligencia en las investigaciones.
“Ante el conocimiento de los ataques reiterados en contra del periodista Héctor de Mauleón, las autoridades deben actuar de manera objetiva y diligente para dar resultados inmediatos que eliminen cualquier oportunidad e incentivo para que los perpetradores sigan amedrentando y pugnando por el silencio y la desinformación en temas de interés público”, señaló en un comunicado la directora regional de Artículo 19, Ana Cristina Ruelas.
Los datos varían dependiendo de la fuente, pero en cualquier lista que dé cuenta de los periodistas asesinados en México desde el año 2000, la cifra rebasa ya las 100 fatalidades.
El último nombre que se agregó al prontuario de fatalidades fue el de Cándido Ríos, periodista veracruzano asesinado apenas ayer, martes 22 de agosto. Tan sólo en lo que va del año, 10 periodistas han sido asesinados en México.
El caso de De Mauleón provocó incluso muestras de solidaridad poco usuales, como la de la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson. Un día después de que le llegara a De Mauleón el video de su foto acribillada, la diplomática escribió en su cuenta de Twitter: “Condenamos todo acto de intimidación y defendemos nuestra prensa libre. Nuestra solidaridad con Héctor de Mauleón y con periodistas de México”