La impunidad y corrupción en el sistema de justicia lleva a que en seis estados en los que se renovarán las gubernaturas suceda una escalada de violencia complicada porque existe “una esclerosis” en la administración de justicia que hace que los delitos de grupos criminales requieran un diagnóstico preciso de lo que ocurre en cada municipio, señalan especialistas.
Coinciden en que para enfrentar la problemática es necesario hacer una evaluación del alcance que ha tenido la presencia de cuerpos de la Marina y el Ejército en el interior de esas entidades, fortalecer a los cuerpos de policía locales y tomar en cuenta “de qué manera ha variado la actividad delictiva en los municipios y sobre eso tomar estrategias específicas”.
Al renovarse las gubernaturas de Jalisco, Guanajuato, Tabasco, Chiapas, Veracruz y Morelos, Rodrigo Soto, investigador de Seguridad Nacional de la Universidad Panamericana, indicó que en los casos de Veracruz y Morelos son la corrupción y la impunidad dos de los aspectos relevantes.
Planteó que Guanajuato, por ejemplo, “debe buscar blindar sus fronteras con Michoacán y Jalisco para evitar flujos y ‘efecto cucaracha’, que seguro se darán si se acomete de forma contundente el caso que hoy se vive ante la escisión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“El arraigo de años de una esclerosis en la administración de justicia así como arcas públicas vacías, ponen en entredicho la vida institucional de ambos estados [Morelos y Veracruz]. La indigencia presupuestal y los señores feudales de la delincuencia ya han hecho del secuestro, el tráfico de drogas, de personas y la extorsión un negocio de proporciones industriales. Ahí la estrategia es también de tipo económica”, destacó.
Gustavo Urbina Cortés, investigador de El Colegio de México, coincidió con Soto; señaló que en el caso de estados como Guanajuato, ubicado en el Bajío, “durante los últimos años se ha intensificado la actividad criminal, porque es uno de los puntos de trasiego”. El tema también se relaciona con Morelos y Jalisco, “donde la presencia de grupos criminales se ha intensificado y sobre todo como puntos de reclutamiento de jóvenes”.
Migración, un eslabón más
Explicó que en Chiapas, Tabasco y Veracruz también hay grupos criminales, pero en esos estados “se suma la presencia de migración centroamericana, que implica no sólo un reto en la tarea de seguridad, sino además todo un desafío en la gestión del gobierno federal para poder darle atención y asilo a quienes se desplazan”.
Un diagnóstico preciso
Elena Azaola, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, dijo que la situación en los estados es “muy complicada, particularmente en Guanajuato, Jalisco y Veracruz. Los niveles de inseguridad son muy altos y desafortunadamente no vemos que los candidatos tengan claro cuáles deben ser las políticas más apropiadas, ni a nivel nacional ni estatal, para enfrentar estos grados exacerbados de violencia”.
Agregó que también hay una enorme desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones y la única manera de recuperarla es con hechos. Para la especialista “cada localidad requiere un diagnóstico preciso. Lo que llama la atención es el crimen organizado, pero lo que padece diariamente la población son los robos en el transporte y en la vía pública”.