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México está preparado para la regulación de drogas, pero en esa tarea tiene que separar la lucha contra los cárteles que trafican hacia Estados Unidos, Europa, y los temas del consumo local de estupefacientes, no se puede mezclar todo en un paquete, afirma el ex presidente colombiano, César Gaviria Trujillo.
“Pueden empezar a mover la regulación, porque mucha de la violencia nueva que hay en el país y de los homicidios, tiene que ver con el consumo local de drogas y no con el tráfico internacional”.
Más que otorgar amnistía, México debe fortalecer su sistema de justicia penal para enfrentar la violencia criminal, de lo contrario seguirá “teniendo cárteles descontrolados y jefes de cárteles omnipotentes, eso no se resuelve sino con justicia local, dura y buena”.
Quien logró la captura del sanguinario capo, Pablo Escobar Gaviria, considera en entrevista con EL UNIVERSAL que la ola de homicidios que azota a nuestro país está relacionada con el consumo local y no con el tránsito de drogas hacia Estados Unidos.
De visita en la capital mexicana para presentar el informe Regulación: El control responsable de las drogas, elaborado por la Comisión Global de Política de Drogas, de la que forma parte, Gaviria Trujillo asegura que México está preparado para la regulación de las drogas, pero tiene que separar el combate a las organizaciones criminales que trafican drogas y los temas del consumo interno de estupefacientes.
Para el también ex secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), no se necesitan “miles de policías o de soldados” para combatir a los cárteles, sino grupos especiales bien preparados.
Gaviría Trujillo afirma que México carece aún de instrumentos jurídicos para ganar terreno a los criminales, como una legislación especial para las mafias. Falta claridad en la estrategia antinarco, puntualiza.
¿México está preparado para la regulación de las drogas?
—Sí, pero tiene que separar la lucha contra los cárteles de la droga que trafican hacia Estados Unidos, Europa y los temas del consumo local de drogas, no puede mezclar todo en un paquete porque puede tener problemas serios.
México es absolutamente clave para Estados Unidos en su política, buena, mala, como sea, pero es absolutamente clave.
Pueden empezar a mover la regulación, porque mucha de la violencia nueva que hay en el país y de los homicidios, tiene que ver con el consumo local de drogas y no con el tráfico internacional.
¿En la Comisión Global de Política de Drogas esperan un cambio de estrategia con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
—Lo que pasa es que todo mundo tiene que entender, yo particularmente lo entiendo porque viví una situación muy similar, que nosotros somos demasiado importantes para la política de drogas de Estados Unidos, tenemos un grado de autonomía limitada no para el consumo interno, no para ser mucho más flexible por el tema de la marihuana o para establecer tema médico, para cosas internas de la morfina, pero hay que dejar claro que México va a seguir luchando contra los cárteles de la droga con el mismo énfasis con que lo ha hecho hasta ahora, eso no se puede debilitar sin generar un problema grave con Estados Unidos, es probable que ellos acepten los tratamientos por el consumo local que hay en otros países y que están funcionando, y que los han tomado los propios estados de Estados Unidos.
¿Esto quiere decir que Estados Unidos no va a dejar que cambie radicalmente la política?
—No, sí va a dejar, pero que se deje claro que una cosa [son] las medidas para el consumo local de drogas y otras para el tráfico internacional.
En el tráfico internacional uno tiene que mantener la voluntad de combatir los cárteles, con su justicia, con su policía, inclusive lo que yo digo de la justicia habla de los capos del narcotráfico que son a los que se necesita que se les aplique justicia de verdad, y que la justicia difícilmente lo logra.
En el informe alerta del riesgo de la creación de narcoestados ¿Hay narcoestados en México?
—México está muy lejos de ser narcoestado, eso es una locura. En África empieza a haber problemas de Estados que tienen gobiernos muy débiles y que, digamos, son el conducto de la cocaína en la parte oeste y de la heroína en la parte este de África, allá sí hay problemas de Estados que empiezan a tener instituciones muy débiles. En Centroamérica hay algo parecido. Es difícil hablar de narcoestados, es exagerado.
Un proceso de amnistía para los pequeños productores, para los narcomenudistas, como propone el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ¿podría realmente ayudar a detener la violencia ?
—A mí me cuesta mucho hablar de una cosa que es tan abstracta, no sé de qué tipo de amnistía estén hablando y hasta dónde la quieran extender, lo que sí es que uno puede tener una justicia especial para enfrentar estos casos o para que la gente se someta a la justicia y el sistema acusatorio que adoptaron es uno que se presta para eso. Se presta para que se negocie con la justicia, la justicia se puede fortalecer mucho y es tan importante como los operativos antidrogas.
México tiene que fortalecer su justicia porque si no van a seguir teniendo cárteles descontrolados y jefes de cárteles omnipotentes, eso no se resuelve sino con justicia local, dura y buena.
¿Cómo define la situación de violencia que enfrenta el país ahora?
—Hay muchas cosas que no se han hecho todavía, eso es la verdad. Hasta ahorita van a tener procurador independiente, entiendo, nosotros en Colombia tenemos procurador independiente a pesar de que el presidente interviene en parte del proceso y eso es muy importante.
Hay una cosa que no han hecho y es la legislación especial contra las mafias, hay que darle instrumentos a la justicia, en Colombia tomamos de la experiencia italiana casi todos los instrumentos que eran tomables para tener una legislación especial.
Hay una cosa que en México causa seguramente mucho escándalo: no hay necesidad de que los legisladores pierdan su inmunidad, por lo menos frente a los crímenes de este tipo la deberían perder porque es una protección que no le hace bien al país, ni al Congreso ni a nadie.
arq