Quien se dedica a la industria de la cannabis en Colorado enfrenta una paradoja: paga impuestos más elevados que cualquier empresario que se dedique a otro giro comercial (21.7% contra 7.1%); sin embargo, no puede tener acceso a los instrumentos bancarios, ni depositar sus ganancias en un banco debido a que éstos son regulados por la legislación federal, que considera ilegal la producción, venta y consumo de la yerba.

Peter (nombre ficticio), quien es banquero y subrepticiamente brinda asesoría financiera a varios empresarios de la cannabis, accede a hablar sobre el tema con EL UNIVERSAL con la condición de que no se revele su identidad.

“Debido a la contradicción entre las leyes estatales y federales, quienes invierten en el negocio de la cannabis son considerados como delincuentes fuera de Colorado”, dice como preámbulo.

Detalla: “Los bancos no aceptan ese dinero, pues se rigen por las regulaciones federales y tienen miedo de que los multen y los penalicen. Incluso, si se prueba que realizan transacciones monetarias con este tipo de empresas pueden ser clausurados. Eso explica porqué todas las operaciones en dispensarios médicos y tiendas de marihuana recreacional son en efectivo. No puede haber cuentas bancarias ni acceso a líneas de crédito, chequeras o tarjetas de crédito o débito”.

El banquero señala que ese dinero ganado legalmente en Colorado tampoco se puede invertir, pues para la ley federal se incurriría en lavado de dinero.

“Una alternativa sería sacar esos recursos del país, pero tampoco es fácil, pues legalmente se encuentran imposibilitados para enviar un giro, y sacarlo físicamente no es algo fácil, pues el límite son 10 mil dólares. Sacar una cantidad mayor sería contrabando”.

—¿Cuáles son las consecuencias de esta falta de armonización entre las leyes?

—Muchos están guardando sus ganancias debajo del colchón; otros, han tenido que hacer hoyos en sus casas para meter el dinero. Ante esto, en Colorado hay al menos dos empresas que funcionan como bóvedas y que guardan el dinero de estos empresarios.

Por supuesto, no dan intereses y cobran una cuota mensual, que depende de la cantidad guardada, pero de esta manera la gente puede estar más tranquila, pues estas compañías tienen escoltas de seguridad y sistemas de monitoreo.

El banquero enfatiza todas estas dificultades; sin embargo, descarta que los altos impuestos y el no acceso a los servicios bancarios acabe por desestimular la inversión en este negocio.

“Las ganancias son muchas. Un invernadero promedio como el de G Elements, por ejemplo, tiene ganancias netas de 80 mil dólares a la semana (un millón 600 mil pesos) y vende la libra entre 600 y mil dólares al mayoreo. En un dispensario esa misma yerba se oferta al menudeo a 3 mil 200 dólares la libra, en promedio”.

—A seis años de la legalización de la marihuana medicinal y a dos de la recreativa, ¿cuál es su balance?

—Colorado se ha vuelto un imán. Son cada vez más las personas que llegan al estado para trabajar en este negocio, ya sea como inversionistas o empleados. Muchos también llegan a radicar aquí, pues sus hijos tienen problemas de salud.

Lo positivo es que hay más dinero y más trabajo; lo negativo, es que las rentas y el precio de los inmuebles han aumentado más del doble. La renta de un local pequeño costaba hace dos años 2 mil dólares, ahora está en 5 mil o más.

Mientras que un departamento que valía 150 mil dólares, actualmente cuesta hasta 500 mil.

Cuando se le pregunta sobre si el consumo de cannabis o los delitos relacionados con esta yerba han aumentado, Peter despliega sobre la mesa varias gráficas con estadísticas oficiales de Colorado y comienza a explicar:

“Entre los 18 y 25 años sí aumentó el consumo de marihuana, al pasar de 24.2% en 2009 a 29% en 2013; sin embargo, entre el rango de 12 a 17 años, el incremento no fue significativo como algunos temían, pues pasó de 10.2% a 11.2%.

“Hay otros datos interesantes. Las expulsiones en las escuelas por motivos de drogadicción se redujeron, al pasar de 90 en el periodo 2009­2010 a 50 en el 2014­ 2015.

“Uno más: aunque los arrestos en Denver por manejar bajo el influjo de drogas aumentaron 100% entre 2013 y 2014, sólo 2.4% de los casos tuvieron que ver con marihuana.

“Y otro: la marihuana solamente está involucrada en 0.4% de los delitos que tienen lugar en Denver”, destaca Peter.

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