Río de Janeiro.— Brasil decidió ayer dar un giro radical a su futuro y eligió al ultraderechista Jair Bolsonaro como próximo presidente del país.
Casi tres horas después del cierre de las primeras casillas, el Tribunal Superior Electoral anunció que el ex militar había ganado los comicios.
Con 99.96% de los votos contabilizados, Bolsonaro encabezaba los resultados con 55.14%, mientras que Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), tenía 44.86% a su favor.
El panorama parecía haber demostrado que los votantes del país más grande de América Latina optaron por ignorar las advertencias que aseguraban que este ex militar podría erosionar la democracia en el país sudamericano y en lugar de eso eligieron un cambio total después de años de agitación.
Tras darse a conocer los resultados, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió en su primer discurso que “todos los compromisos asumidos serán cumplidos”.
En una transmisión por video a través de Facebook, y desde su vivienda en Río de Janeiro, el candidato ganador aseguró: “Hicimos una campaña diferente de las otras. Nuestra bandera, nuestro eslogan, la fui a buscar en aquello que muchos llaman la caja de herramientas para arreglar al hombre y la mujer: la Biblia sagrada”.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL) afirmó que “lo que más quiero es, siguiendo las enseñanzas de Dios, al lado de la Constitución brasileña y con una buena asesoría técnica, sin indicaciones políticas, comenzar a hacer un gobierno que pueda realmente colocar a nuestro Brasil en un lugar de destaque. Lo tenemos todo para ser una gran nación”, destacó.
“Vamos a cambiar el destino de Brasil. Sabíamos para dónde íbamos, ahora sabemos hacia dónde queremos llegar”, agregó Bolsonaro, de 63 años de edad.
Por su parte, el candidato derrotado Fernando Haddad exigió respeto para sus 45 millones de electores y dijo que ser la oposición al futuro gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro será una “tarea enorme”.
El presidente Donald Trump llamó ayer a Jair Bolsonaro para felicitarlo por su victoria en las elecciones presidenciales, informó la Casa Blanca.
“Ambos expresaron su fuerte compromiso de trabajar en conjunto para mejorar la vida de los habitantes de Estados Unidos y de Brasil”, dijo Sarah Sanders, portavoz del ejecutivo estadounidense.
Celebración.
Pasadas las 19:00 horas, tiempo local, un grito de júbilo contagió a los miles de seguidores reunidos frente al departamento de Bolsonaro, en Barra de Tijuca, zona oeste de Río de Janeiro.
Con lágrimas en los ojos, Ana Beatriz Freitas, una fisioterapeuta de 53 años, apenas podía hablar: “Esto representa una libertad, una justicia (...) Tengo la sensación de que las cosas van a mejorar”. Para ella, Bolsonaro consiguió “representar la frustración del pueblo diciendo la verdad”.
“Se acabó la ilusión de que todo estaba perfecto en el país, vamos a asumir nuestros problemas para intentar resolverlos”, agregó.
Tras la publicación de los cómputos que mostraban al candidato ultraderechista consagrándose como presidente de Brasil, los seguidores del Mito (como llaman a Bolsonaro) comenzaron a gritar y saltar. Incluso efectivos policiales responsables del tránsito levantaban los puños celebrando con la gente, y poco después inició un show de fuegos artificiales mientras la multitud gritaba “¡Mito! ¡Mito!”.
La tarde de ayer, el presidente Michel Temer dijo que su gobierno estaba listo para entregar el poder a quien resultara ganador.
En una de las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos, que estuvieron marcadas por un clima de descontento por la crisis económica y un hastío con la clase política luego de la revelación de un enorme esquema de corrupción, los brasileños votaron por su próximo presidente.
Sin embargo, los partidos de izquierda fortalecieron su presencia en las regiones al obtener el mandato de nueve de los 27 estados en Brasil.
El Partido de los Trabajadores, fundado por el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, preso y condenado a 12 años por corrupción, obtuvo cuatro gubernaturas, el mayor número de mandatos regionales ganados por una formación, y el Partido Socialista de Brasil (PSB) ganó en tres estados.
Muchos brasileños llegaron a los centros de votación desde que abrieron, divididos entre la expectativa de un cambio político para el país después de cuatro elecciones ganadaspor el PT y el miedo por lo que podría ser un gobierno autoritario con el triunfo de Bolsonaro.
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