La misma tragedia que marcó su vida, lo llevó a Cannes el año pasado y a los próximos premios Ariel este 2020.
En el semáforo, entre el cambio de colores de rojo a verde, Ángel Leonel aprovecha para limpiar cristales de los autos y dar alas a sus sueños de ser una luminaria del cine internacional.
“Tengo un plan para recuperar mi brazo, quisiera que nos ayudaran”, es la frase que retumba una y otra vez en su mente y lo lleva al inicio de su participación en el filme "Cómprame un revólver", nominada a ocho premios Ariel.
Relata a EL UNIVERSAL que un día cualquiera, sus amigos le avisaron que lo andaban buscando en el crucero donde trabaja. ¿Quienes? Unos productores de cine. Pero no lo creyó, incluso cuando los tuvo enfrente y le propusieron un contrato.
Necesitaban un niño con sus características: que le faltara un brazo.
Nunca imaginó que aquella desgracia que lo ensombreció a los 12 años, el martes 6 de junio de 2017 (cuando le explotó un transformador mientras jugaba) iba a ser meses después una gran oportunidad para cambiar su vida... por lo menos, conocer y convivir con personas famosas.
No se lamenta de algo, pero sus días han sido complicados.
Ángel Leonel Corral Valenzuela nació el 25 de julio de 2005. Apenas tenía tres años cuando perdió a su padre y desde entonces se quedó a cargo de Carmen, su tía abuela.
Después del accidente, todo cambió, en su inconsciente buscó dejarlo todo atrás, también la escuela donde cursaba quinto año de primaria.
Estuvo viviendo en una casa de cartón con algunos amigos de la calle donde despertaba “bolseado”, sin un peso, porque siempre le robaban.
Cuando se le presentó la oportunidad de actuar, necesitó regresar a la casa de su mamá Catalina como parte del contrato; desde ahí empezó a cambiar su vida. Entre noviembre y diciembre de 2017 estuvo participando en las filmaciones que se hicieron en un parque deportivo ubicado al norte de Hermosillo.
“Fue una experiencia divertida, pero no lo entendía, yo hacía lo que me decían, pero cuando estuvimos en el cine –en mayo del 2019—, en el estreno con el productor y actores, no me la creía, entonces empecé a pensar cómo lo hubiera hecho mejor”.
La cinta, filmada en Sonora, donde Ángel Leonel aparece en el reparto principal, se estrenó con éxito en el Festival de Cine de Cannes 2018.
La película dirigida por el cineasta Julio Hernández Cordón representó a México en la semana de realizadores del Festival de Cannes; es una historia de narcotráfico, violencia de género y resistencia, con toques de amor y fraternidad.
La trama inicia con el diálogo de una niña llamada Huck y el encuentro con sus amigos, donde uno de ellos aparece sin brazo, se lo cortaron los narcotraficantes, entonces idean un plan hasta poder encontrarlo.
Ha sido un lapso corto y vertiginoso pero Ángel Leonel puede decir ahora que vive del recuerdo y la gloria que le ha dado su participación en la cinta, pues hay personas que le preguntan si él es el actor de la película.
Saber que el filme está nominado a ocho premios Ariel lo ha motivado para el futuro.
“La gente me dice que si soy yo el que sale en la película, casi casi como si me quisieran pedir un autógrafo, pero para mí todo sigue normal”.
Dice que quiere terminar la primaria y secundaria en el sistema abierto, y continuar hasta donde pueda.
En sus planes está un día juntar dinero para estudiar actuación, sin embargo, las posibilidades de salir adelante por sí solo, no son suficientes.
Días de sol quemante de más de 45 grados centígrados y días de lluvia, dan igual, trabaja de limpia vidrios por largas horas en el crucero de la carretera internacional a la entrada sur de la capital de Sonora. Y mientras el semáforo cambia, protagoniza la historia de su vida.