Después de tres horas de debate y con el respaldo de todas las fuerzas políticas en la Cámara de Diputados, los legisladores avalaron— con 463 votos a favor y uno en contra— la reforma constitucional con la que se crea la Guardia Nacional, que será un nuevo cuerpo de seguridad de carácter y mando civil, y que tendrá cinco años para desarrollar su estructura e implantación territorial.
Mientras la Guardia Civil se implementa, es decir, en los próximos cinco años, el Presidente podrá hacer uso de las Fuerzas Armadas para las tareas de seguridad de manera permanente y extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria.
Este dictamen recibió el respaldo unánime del Morena, PAN, PRI, PES, PT, MC, PRD y Verde. La única diputada que votó en contra fue la legisladora sin partido Ana Lucía Riojas, porque “se mantendrá la militarización otros cinco años”.
Este nuevo cuerpo de seguridad estará integrado por elementos de las policías Federal, Militar y Naval, y en tanto se expide la ley reglamentaria de la Guardia Nacional, asumirá los objetivos, atribuciones y obligaciones de la Ley de la Policía Federal con gradualidad.
Al aprobar esta reforma, que ya fue enviada a los congresos locales para su ratificación, distintos coordinadores parlamentarios reconocieron que con la simple creación de la Guardia Nacional no se va a terminar con el problema de la inseguridad que vive el país, pues es sólo una parte y aún falta atacar otros aspectos de la problemática.
Después de la ratificación de por lo menos 17 estados de la República y de su promulgación, viene el reto para el Congreso de la Unión de aprobar las leyes secundarias de la Guardia Nacional y que son: La ley orgánica de la Guardia Nacional (60 días); la ley nacional sobre el uso de la fuerza (90 días) y la ley nacional del registro de detenciones (90 días).
Al fijar la posición de su grupo parlamentario, el líder de Morena, Mario Delgado, dijo: “El apoyo político unánime es el arma de más alto poder con la que estamos dotando a la Guardia Nacional, porque es el poder que viene del pueblo y representa al pueblo. Hay muy malas noticias desde el Congreso para la delincuencia (...) No nos volverán a robar la tranquilidad”, dijo Delgado, flanqueado por toda su bancada.
Juan Carlos Romero Hicks, líder del PAN, felicitó a los senadores por haber actuado como contrapeso y mostrar su oficio político, debido a que pudieron componer el Frankenstein que salió de San Lázaro y que no satisfizo a nadie.