Son iguales o casi iguales. El avión que trajo de China a México 10 toneladas de guantes y cubrebocas la noche de este martes ante la contingencia por Covid-19, es un modelo igual al del avión presidencial que el gobierno mexicano intentó vender y rifar.
Se trata de un Boeing 787-8, pero el avión de esta noche es una versión comercial, con una disposición de asientos diferente a la del avión presidencial, que fue adaptado para tener mayores medidas de seguridad y compartimentos distintos.
Esta aeronave, conocida como "Misionero de Paz", llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) llegó desde Shanghái, una de las ciudades más importantes del país asiático, con el propósito de abastecer al Insabi, IMSS e ISSSTE con insumos para enfrentar la contingencia por coronavirus.
Este tarde, el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, explicó que el vuelo de esta tarde, será el primero de 20 que el avión hará hasta China, con el fin de cumplir con las necesidades sanitarias de los diferentes institutos de salud del país.
En tanto, el avión presidencial, José María Morelos y Pavón, actualmente se encuentra estacionado en un hángar del mismo aeropuerto a la espera de su venta, la cual fracasó durante su exposición en Estados Unidos, la cual, según el presdente Andrés Manuel López Obrador, falló porque nadie ofreció los 130 millones de dólares en los que es valuado.
Compado durante el gobierno de Felipe Calderón y utilizado en el sexenio de Enrique Peña Nieto, López Obrador se ha negado a viajar en este avión por considerarlo una ofensa contra millones de personas que viven en pobreza en México, razón suficiente para que en todas sus giras aborde vuelos comerciales.
Para el avión, sin embargo, se han barajeado desde su regreso a México diferentes alternativas. El presidente en sus conferencias matutinas no ha descartado la posibilidad de rentarlo, venderlo y, la última de ellas, rifarlo.
Ésta última causó polémica ya que el mandatario ofreció a la sociedad mexicana ganar el avión presidencial, si participaba en una rifa de 500 pesos en la que se venderían seis millones de boletos. No obstante fue desechada por la imposibilidad operativa y constitucional del ejercicio, aunque el sorteo sigue en pie, cambiando la aeronave por cien premios de 20 millones de pesos cada uno.