En medio de empujones, jaloneos, llanto y tristeza fue frenada la sexta caravana de migrantes centroamericanos por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y antimotines de la Policía Federal (PF), quienes los detuvieron luego de haber ingresado de forma irregular a territorio mexicano por el río Suchiate.
El contingente de más de 300 personas partió de San Salvador el pasado domingo y cruzó a territorio guatemalteco hasta llegar al poblado de Tecún Umán, donde permaneció dos días esperando a otros migrantes para ingresar a México y viajar en caravana a Estados Unidos, como había ocurrido con los anteriores grupos.
Las primeras horas de ayer, el grupo integrado en su mayoría por hombres jóvenes y un mínimo de mujeres y menores decidió cruzar caminando por el río Suchiate. Por espacio de cinco horas y a una temperatura de 35 grados, el contingente caminó unos 18 kilómetros desde el poblado de Ciudad Hidalgo —frontera con Guatemala— a la entrada de Metapa, donde pretendía descansar, pero en la localidad ya los esperaban agentes de Migración y federales.
El grupo de salvadoreños fue encapsulado por efectivos antimotines, mientras agentes migratorios trataban de calmar a los centroamericanos: “Lo primero que tenemos que hacer es entablar un diálogo”, dijo Samuel Guerrero Mares, subdelegado del INM zona sur. “Nadie puede venir a irrumpir en ningún país, hay leyes y normas que se tienen que respetar”, abundó.
“Sólo les pedimos que nos dejen pasar, vamos en forma pacífica, somos la caravana más organizada”, respondió uno de los migrantes que portaba parte de una bandera de El Salvador y se entrelazó de los brazos con otros extranjeros.
“El gobierno de México quiere que entren de forma ordenada, regulada y segura, no pueden avanzar, están de manera irregular en el país”, respondió el jefe migratorio.
“No podemos regresar a nuestro país; hay pobreza, no hay trabajo y los mareros nos van a matar”, reviraron varios centroamericanos.
“Pidan asilo o refugio, con todo gusto se lo vamos a dar, la ley así lo marca. Tienen que acompañarnos a la estación migratoria, tenemos que regularizarlos, es la única forma de que avancen, de otra manera no va a ser”, advirtió Guerrero Mares.
Ante la negativa del contingente, los policías federales hicieron varias cápsulas de migrantes, mientras algunos agentes del INM jalaban a los centroamericanos para romper la cadena humana. En medio del llanto y desesperación, los extranjeros se resistieron a subir a los camiones del gobierno federal, pero una hora después, aceptaron ser llevados a la estación migratoria Siglo XXI.
En tanto, ayer comenzó a circular en Honduras un panfleto en el que invitan para el 15 de enero de 2019 a salir en una “megacaravana” de San Pedro Sula y, al igual que las otras, pretenden llegar a Estados Unidos para solicitar refugio.
Se desvanece mujer embarazada. En medio del jaloneo entre migrantes y autoridades federales, la joven salvadoreña Helen Yamileth, con siete meses de embarazo, sufrió un desmayo cuando más tensa era la situación con los centroamericanos.
La mujer —quien viaja con su esposo y su hijo de dos años—, había hecho la caminata de cinco horas con el contingente y tras quedar desvanecida fue apoyada por agentes migratorios y federales. Ante la emergencia, los uniformados improvisaron, usaron escudos de la corporación como camilla y llevaron a la mujer hasta una camioneta del INM, para trasladarla al hospital general de Tapachula.
Los médicos reportaron que la salvadoreña se quedaría internada y se encontraba estable, sin complicaciones, pero que realizarían una segunda valoración a través de ultrasonido para saber el estado de su bebé.
bft