Genaro García Luna, el superpolicía en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, es un manojo de nervios.

La seguridad que siempre mostró García Luna desapareció ayer cuando compareció en una corte federal de Dallas, en Texas.

Quien fuera apodado el superpolicía durante el gobierno de Calderón Hinojosa fue detenido el pasado lunes por cargos de conspiración para narcotráfico y falso testimonio, y se presentó este martes frente al juez David Horan.

La audiencia, programada para las 13:00 horas, comenzó con algunos minutos de retraso. El exsecretario mexicano de Seguridad Pública federal fue presentado en un acto que no duró más de 10 minutos.

Lejos quedaba su imagen de hombre fuerte y seguro. Visiblemente nervioso, serio y consternado, con la mirada fija y parpadeando constantemente, el exfuncionario mexicano, vestido con pantalón de mezclilla y suéter Hugo Boss, escuchó atento al juez, pero más aún a quien le traducía del inglés al español, tratando de comprender exactamente lo que se le decía. Sus respuestas fueron breves.

El juez Horan le informó que esta primera presentación era para confirmarle los cargos que pesan en su contra y preguntarle si entendía las razones.

También se le confirmó que tiene derecho a guardar silencio, a una representación legal de la corte en caso de no contar con recursos para pagarse un abogado y a una representación del consulado de su país.

Durante la corta audiencia estuvo un representante del consulado general de México en Dallas, Texas, quien prefirió mantener el anonimato.

No se le requirió declararse culpable o no culpable. Sólo se le anunció que volverá a comparecer en la misma corte el próximo martes 17 de diciembre.

La abogada del exfuncionario mexicano, Rose Romero, se negó a hablar con la prensa.

La fiscalía neoyorquina, que espera juzgar al acusado en la Corte Federal de Brooklyn, donde se llevó el caso de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, había pedido al juez Horan mantener detenido a García Luna por el riesgo de fuga, y así se decidió.

Al término de la audiencia, en medio de una pequeña multitud, entre integrantes de la prensa e interesados en ver y escuchar el caso, el exsecretario de Seguridad Pública federal fue sacado de la sala 1549, en el piso 15 del edificio federal y trasladado por custodios a una prisión local.

El otrora superpolicía, ya sin sus superpoderes e influencias, se quedará allí hasta el martes.

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