Expertos en seguridad ven inconsistencias en la estrategia de despliegue de la Guardia Nacional en las primeras 150 coordinaciones regionales del país en las que ya opera para combatir la delincuencia organizada y común.
Un total de 56 mil 191 agentes provenientes del Ejército, de la Marina y de la Policía Federal fueron distribuidos en diversas zonas, según el plan presentado en agosto por el comandante del nuevo cuerpo de seguridad, el general en retiro Luis Rodríguez Bucio.
Las entidades con más elementos son Estado de México (9 mil 141), Michoacán (3 mil 628), Jalisco (3 mil 470), Oaxaca, (3 mil 391), Ciudad de México (3 mil 47), Guerrero (2 mil 538) y Chiapas (2 mil 424).
Sin embargo, Zacatecas (mil 558), Querétaro (mil 260), Yucatán (673), Campeche (479), Baja California Sur (433) y Tlaxcala (410) cuentan con más guardias en comparación con las víctimas de homicidio doloso que registran las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Para el especialista en seguridad Ricardo Márquez Blas, esos estados no requieren de muchos miembros de la Guardia Nacional, debido a que sus cifras de muertes violentas son bajas.
“Podrían utilizarse en otras zonas donde la incidencia delictiva es más elevada, por lo que en varias entidades no coinciden los niveles de violencia con el número de elementos desplegados”, consideró.
Yucatán suma 18 asesinatos en lo que va del año y, según cálculos del experto, hay 32 efectivos por cada homicidio doloso que se comete, mientras que Campeche tiene 12.6 guardias; Querétaro, 10; Baja California Sur, 8.8; Tlaxcala, 3.9, y Zacatecas, 4.3.
De acuerdo con el plan de distribución, Querétaro, con 116 víctimas de homicidio de enero a julio, tiene más miembros de la Guardia Nacional que Tamaulipas, que cuenta con mil 215, una entidad asolada por la violencia del Cártel del Golfo y de Los Zetas.
“No hay por qué estandarizar con el mismo número de elementos las regiones que son distintas, tendrían que hacer un ajuste, un traje a la medida para cada caso.
“Quienes están en Yucatán, Campeche, Querétaro, Baja California Sur, Tlaxcala y Zacatecas podrían reforzar zonas de Veracruz, Tamaulipas, Jalisco y Michoacán, donde sí hacen falta”, sostuvo Márquez Blas.
A nivel municipal, las diferencias de personal son más notorias, ya que la presencia de la Guardia Nacional es escasa o nula en alcaldías afectadas por el crimen organizado.
En Tepalcatepec, Michoacán, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación avisó el ataque contra Juan José Farías, El Abuelo, no hubo agentes de la Guardia Nacional ni de las Fuerzas Armadas para prevenirlo.
A los municipios de Apatzingán y Múgica, en la Tierra Caliente de Michoacán, que conforman la coordinación regional uno, se enviaron 391 guardias, mientras que Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec no fueron incluidos en el despliegue, pese a los niveles de violencia que padecen.
En el caso de Veracruz, de los mil 59 miembros asignados en abril en Minatitlán, Coatzacoalcos y Cosoleacaque, a raíz de la masacre de 14 personas, se retiró a 770 guardias.
Es decir, al momento del ataque en agosto al bar El Caballo Blanco, en Coatzacoalcos, que dejó 30 muertos, sólo había 289 elementos distribuidos en los tres municipios señalados.
El gobierno federal prevé desplegar 450 guardias por coordinación regional. Al respecto, Alejandro Hope, experto en seguridad, consideró que no en todas las zonas se requiere el mismo personal, debido a que presentan condiciones diferentes.
A su parecer, la estrategia de despliegue no está diseñada para disminuir la violencia homicida que padece el país, sino para controlar el territorio.
“Lo que está guiando el despliegue es la inercia institucional, es decir, donde estaban ya los elementos y las instalaciones. Un cuerpo intermedio, entre policía y Fuerzas Armadas, normalmente se utiliza para fines de control territorial; mayoritariamente se le despliega en zonas rurales y pequeñas poblaciones”, mencionó en entrevista.
Hope Pinson refirió que el personal asignado en Yucatán, Querétaro y Campeche es un “desperdicio”, pues debería estar, por ejemplo, en Michoacán, Guanajuato, Jalisco y Veracruz, donde grupos del crimen organizado escalaron la violencia por el control de territorios.
“Este esquema no tendrá efecto en la disminución de la violencia, no lo creo. La Guardia Nacional no está donde están los homicidios.
“No hay ninguna lógica en el despliegue, todas las coordinaciones regionales van a tener un mismo número de elementos (500) y no creo que en todos lados se necesite el mismo número”, apuntó el especialista.
El exprocurador general de la República Ignacio Morales Lechuga afirmó que de nada sirve el despliegue de la Guardia Nacional si no hay un proyecto que lo respalde.
“Se carece de un programa de seguridad pública nacional que defina estrategias de prevención e investigación de los ilícitos. Está más que claro que los encargados de las policías no saben qué hacer”, indicó.