La introducción del cadáver de un bebé al penal de San Miguel de la ciudad de Puebla tenía como móvil la disputa del control del reclusorio, aseguró el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
En conferencia de prensa, el mandatario dijo que no hay otra motivación más que la disputa por el control y la desestabilización de la penitenciaria.
Tras congratularse por la detención de dos mujeres y la solicitud de imputación en contra de tres sujetos, aclaró que hasta ahora no hay indicios que el cuerpo del menor Tadeo haya sido usado para la introducción de drogas al Centro de Readaptacion Social.
Además, expuso que tampoco existen indicios que los restos del menor, el cual había sido exhumado en la Ciudad de México, haya sido utilizado para prácticas esotéricas.
"Es un asunto de presión por la lucha por el control del reclusorio", insistió.
Se congratuló por la actuación de la Fiscalía General del Estado que esclareció cómo ocurrieron los hechos que calificó como "diabólicos, y malvados" y quienes participaron en los mismos y que derivó en la vinculación a proceso de 17 servidores públicos y la detención de dos mujeres más señaladas de la introducción del cuerpo.
Y es que con la detención de dos mujeres y la solicitud de imputación en contra de tres sujetos más, la Fiscalía General del Estado de Puebla declaró la noche de ayer jueves como "esclarecido" el caso del cuerpo del bebé.
Las autoridades ministeriales dieron detalles sobre la supuesta participación de distintos personajes en el caso del bebé Tadeo, cuyo cuerpo fue desenterrado de la Ciudad de México y llevado a la penitenciaria.
Según el relato de la Fiscalía, las cinco personas, presuntamente participaron en la introducción del cuerpo del menor de edad al reclusorio.
La mujer identificada como Nadia Carolina N. lo habría llevado al Centro Penitenciario y se le ubica como visitante frecuente del reo Antonio N. La mujer contó con el apoyo de los dos custodios.
Presuntamente Antonio N. es quien instruyó la introducción del cuerpo, lo recibió y lo ocultó, en tanto que Sergio N. lo habría depositado en el contenedor de basura.