El gobierno esconde que se desplomó la atención a recetas del IMSS

En cinco meses, casi el 10% de los derechohabientes del IMSS han dejado de recibir las medicinas de sus recetas, aunque sea incompletas. Es un desplome no visto en muchos años.

Son datos oficiales a los que tuve acceso, que no ha hecho públicos el gobierno federal, y que reflejan la dimensión de la crisis de abasto de medicamentos que el presidente López Obrador ha dicho que está superada. Sus propios datos lo desmienten.

El desplome en la atención a las necesidades de salud de la población fue paulatino. En septiembre de 2019, el porcentaje de recetas surtidas total o parcialmente fue 98.8%. Para octubre ya había caído a 96.7% y para noviembre estaba en 95.3%. Luego vinieron caídas más pronunciadas: en diciembre se registró 92.5% y en la segunda quincena de enero de este 2020 se vino abajo aún más, y cerró, según datos preliminares, en 89.8% de las recetas. Un desplome de 9 puntos porcentuales en tan solo cuatro meses.

La estadística no es muy estricta: se considera una receta surtida aquella en la que por lo menos uno de cada cuatro medicamentos es entregado en el momento en que el derechohabiente lo pide. Así se ha medido en los últimos sexenios, por lo que este dato es comparable históricamente.

Consultando los datos de años anteriores, el promedio anual de atención de recetas fue superior a este nivel. Los peores años fueron 2009, 2011 y 2014, en los que el promedio anual rondó 96%. Es un nivel sustancialmente mayor que el registrado en enero. Desde mayo de 2017 hasta agosto de 2019 el índice mensual de atención de recetas estuvo siempre por arriba del 99%

Así que por lo menos no se habían visto estos niveles de desabasto de medicamentos desde hace una década, quizá mucho más.

Estos datos se desprenden del Índice Nacional de Atención de Recetas, que construye semanalmente el Instituto Mexicano del Seguro Social. Se trata de una base de datos, a la que tuve acceso, elaborada por distintas áreas y delegaciones del IMSS. En la elaboración de la base de datos, me explican fuentes involucradas en el proceso, intervienen aproximadamente 50 funcionarios públicos. De ahí se desprende la presentación que llega al director del IMSS, Zoé Robledo, y a la que tienen acceso una veintena de mandos directivos del Seguro Social.

Según me reportan las mismas fuentes, a partir de que los índices internos empezaron a revelar la crisis en el sector salud por el desabasto de medicinas, se pusieron mucho más duros los controles sobre el manejo de esta información.

De acuerdo con el Índice, los cinco peores almacenes de las delegaciones estatales en términos de atención a recetas son: Sonora (83%), Michoacán (81%), Chihuahua (80%), Coahuila (79%) y Querétaro (78%). Los mejores son: Ciudad de México Norte (99.8%), Aguascalientes (99.7%), Estado de México Poniente (98%), Guerrero (97%) y Sinaloa (96%).

En términos de Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE), las peores son: Hospital General La Raza (88%), Especialidades Veracruz Norte (87%), Pediatría del Siglo XXI (86%), Especialidades Puebla (86%) y Especialidades Nuevo León (73%). Siendo los mejores: La Raza Obstetricia, Especialidades Guanajuato, Traumatología y Ortopedia tanto de Lomas Verdes como de Nuevo León con casi 100%.

Cómo maquillan las cifras en “El pulso de la salud” de la mañanera

El presidente López Obrador se refirió a mi columna del 4 de febrero, en su conferencia mañanera.

Irónicamente dijo: “ahora Loret de Mola está preocupado por el desabasto de las medicinas. Muchas gracias a todos, eso es la democracia, de que todos ayudemos”. De nada.

El presidente se enojó al leer en estas Historias de Reportero que su gobierno está escondiendo las verdaderas estadísticas sobre el desabasto de medicamentos. Denuncié que dentro del propio Instituto Mexicano del Seguro Social habían detectado un histórico desplome en la atención a las recetas de los derechohabientes: en cinco meses cayeron de casi 99% a aproximadamente 89%, algo que no se había visto en muchos años. Se trata del Índice Nacional de Atención a Recetas, que elabora el propio Seguro Social, al que tuve acceso pero que no ha hecho público.

Sin embargo, en el “Pulso de la Salud” que realiza todos los martes en la conferencia mañanera, el gobierno federal reportó que se estaban surtiendo 98% de las recetas.

¿Había entonces una contradicción entre los datos de la mañanera y los datos internos del IMSS que revelé en esta columna? ¿Por qué el gobierno federal decía que se surtían 98% de las recetas y lo revelado aquí señalaba que era nueve por ciento menos? En realidad, no.

Ese 98% que presumieron en la conferencia mañanera es solamente de las farmacias del IMSS-Bienestar, lo que antes era IMSS-Prospera, que equivale a aproximadamente diez por ciento del IMSS.

La caída hasta 89% que le revelé tiene que ver con todo el IMSS, no solo un pedacito.

Cuestionado en la mañanera por mi colega reportera Rocío Jardinez, el director general del IMSS, Zoé Robledo, tuvo que aceptarlo: “el dato que se acaba de presentar (el 98%) es del IMSS-Bienestar, de las farmacias y el surtimiento del IMSS-Bienestar, no es del régimen ordinario”.

Y eso que según la estadística del IMSS, una receta “surtida” es aquella en la que la farmacia entregó al menos uno de cuatro medicamentos solicitados. Seguramente por eso desde hace muchos sexenios hay una brecha enorme entre las cifras triunfalistas que históricamente han reportado los gobiernos federales y las denuncias que los derechohabientes hacen en medios de comunicación sobre falta de medicinas.

Lo de ahora profundiza esa mala práctica: maquillar las cifras, esconder la realidad. El presidente López Obrador es el político mexicano que más éxito ha tenido en leer el ánimo de la sociedad, interpretar su coraje y traducirlo en votos. Es un grave error que se desprenda de esa virtud y su discurso en el poder se aleje de la realidad que vive la gente todos los días. Ha pasado en seguridad, ha pasado en crecimiento económico, ahora pasa con la atención en los servicios de salud.

Falta de medicinas crece 1000% y esconden el documento oficial que lo dice

Un reporte interno del Instituto Mexicano del Seguro Social exhibe el tamaño de la crisis vivida por el desabasto de medicamentos y las quejas de los derechohabientes por el mal servicio. Sistemáticamente, el presidente López Obrador ha tratado de minimizar el problema.

Tengo en mis manos copia de otra presentación oficial que se hizo al director del IMSS, Zoé Robledo (la primera fue publicada el martes en estas Historias de Reportero). Tuve acceso a ella gracias a fuentes de primer nivel dentro del IMSS. Funcionarios que están alarmados porque el gobierno está minimizando la crisis y eso cuesta vidas, pero que temen dar sus nombres por temor a represalias.

En dicha presentación, llamada “Informe de Quejas y Gestiones por Negativa de Medicamentos”, realizada por la Unidad de Atención al Derechohabiente, dos gráficas desnudan la versión oficial de que no hay tal crisis en el sector salud. Las gráficas que acompañan este texto muestran mes a mes, desde enero de 2018 y hasta diciembre de 2019, dos indicadores: quejas de servicio y gestiones (quejas por no atención médica).

Ambos indicadores se disparan dramáticamente en el segundo semestre del año.

Durante todo 2018, las quejas de servicio de los derechohabientes por no recibir las medicinas oscilaron entre 35 y 67 al mes. Sigue ese rango en los primeros meses de 2019, y a partir del segundo semestre se recrudece la situación: 159 quejas en julio, 174 en agosto, 197 en septiembre, llega a 220 en noviembre, escala a 294 en noviembre y alcanza la brutal cifra de más de 420 en diciembre (el cierre es sólo al día 22 de diciembre). En síntesis, en medio año las quejas por falta de medicinas crecieron más de 1000%, pues al arranque de 2019 tuvieron mínimos debajo de 40 mensuales.

No sólo es del desabasto de medicinas. También se disparó la falta de atención médica. La gráfica es casi idéntica: un buen mes fue julio de 2018 con sólo 62; un mal mes fue mayo con 271; pero a partir de agosto la desatención vuela: 343 en agosto, 547 en septiembre, 837 en octubre, 1154 en noviembre y 1309 en diciembre hasta el día 22.

Y para contrarrestar el discurso presidencial de que esto sólo sucede en hospitales de alta especialidad, que es un problema sólo del tercer nivel de la salud pública (enfermedades de alto riesgo), el mismo documento interno del IMSS, que no se ha hecho público, exhibe que los problemas se han disparado en el primero y segundo nivel (atención ambulatoria, y hospitales generales y de urgencias, respectivamente). Hay gráficas en el mismo sentido que pueden también consultarse en www.carlosloret.com

SACIAMORBOS

Me revelan doctores que en el Instituto Nacional de Rehabilitación las cirugías de Ortopedia han caído aproximadamente 70%. No hay dinero, tienen que decir los médicos a sus pacientes, a los que les quedan dos opciones: ir a la salud privada y, por ejemplo, para una operación de cadera, comprar una placa y unos clavos por más de 150 mil pesos… o aguantarse. Ya sin contar que el papel bond y el tóner de las impresoras lo compran los doctores con dinero de su bolsa.

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