Con Andrés Manuel López Obrador hay un concepto nuevo de hacer política en un régimen democrático que suscita el debate nacional, expone el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo.
Afirma: “Les guste o no, [Andrés Manuel] López Obrador es una persona totalmente abocada al servicio público, que tiene un ideal del país, el cual está persiguiendo”.
Muñoz Ledo, en entrevista en su oficina de la Mesa Directiva, subraya que “necesitamos un sistema de gobierno eficaz y democrático”. Hacia esta meta tiene dos objetivos: acabar la reestructuración de la Cámara Baja y dejar una agenda de realizaciones, de cambios fundamentales, como la Guardia Nacional, señala.
Del proceso de sucesión en el grupo gobernante, cuestión que ocurre cada sexenio, Muñoz Ledo dice: “Será distinto. Me encantaría que la primera candidata sea mujer”.
¿Cómo va el desarrollo de la Cuarta Transformación?
—Las ideas están en el aire y a punto de concretarse. Es una forma distinta de gobernar y todavía no se entiende muy bien. Todavía se cree que estamos en la época pasada.
¿Todavía no hay un nuevo régimen?, ¿el que hay se agotó?
—Así es. Por el momento es un régimen presidencial nuevo, pero si aspiramos a una nueva Constitución, naturalmente supone un nuevo régimen (...) que puede ser visto desde muchos lados, desde el punto de vista del federalismo, los derechos humanos, la forma de gobierno.
¿La 64 Legislatura tiene tiempo para una nueva Constitución?
—No, pero nuestras reformas son muy profundas.
Por ejemplo, la de la Guardia Nacional toca ocho artículos constitucionales: el 10, 31, 35, 36, 73, 76, 78 y 89. En los que se menciona esta figura que viene desde la Constitución de 1857, prevista por Valentín Gómez Farías. Habrá ocho reformas a la Constitución o cuanto menos, varias.
¿Cómo describe el modo de gobernar del Presidente?
—Hay un concepto nuevo de hacer política. En la entrevista mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya planteó cinco nuevos problemas que la gente comienza a digerir, y [el asunto] se empieza a decantar. Ejemplo de ello es la Guardia Nacional, que es motivo de audiencias públicas.
Ya a la gente ‘le cayó el veinte’ [sobre la Guardia Nacional], que debe ser híbrida, y ya todo mundo está en el debate. Nadie va a decir ‘no’ a la Guardia Nacional, ningún gobernador se va a negar, aunque es de esperarse que estén a favor con condiciones.
Este es un régimen democrático distinto. Todavía nos falta conceptualizar. En un primer sentido suscita debate nacional.
La gente está hablando de los temas, de las iniciativas presidenciales, es el involucramiento de la ciudadanía al debate público.
Se señala que el Presidente actúa por decisión propia, en una expresión presidencialista, en los casos del aeropuerto, el Tren Maya y la Guardia Nacional, como en los tiempos de José López Portillo.
—Es una apreciación totalmente errónea. Conocí, fui miembro de gabinete y jefe de campaña del licenciado López Portillo.
Son personas completamente distintas. [El ex presidente] López Portillo gobernaba de un modo juguetón y a Andrés Manuel [López Obrador] le pesan y le significan mucho, moral y personalmente, las decisiones que toma, preocupado por la transformación del país.
Pasará el tiempo y lo entenderán.
Les guste o no, [el presidente] Andrés Manuel López Obrador es una persona totalmente abocada al servicio público, que tiene un ideal del país, que lo está persiguiendo.
Es un gobernante muy serio, si se quiere, mucho más serio que los últimos del viejo régimen.
¿Con su estilo se coloca arriba de las instituciones? Por ejemplo, sobre el Tren Maya no hay estudios de factibilidad económica ni de impacto al medio ambiente.
—Conoce muy bien la región. Lanzarlo ahora obedece a razones políticas. Es uno de los grandes proyectos que van a significar su mandato, es símbolo de una recuperación del sureste que venimos soñando desde hace tiempo. Siempre tendrán peros.
El tono y el lenguaje del presidente López Obrador sigue siendo de personaje en campaña.
—[En México] tenemos a un Presidente que se comunica con la gente y todo el tiempo va a estar en campaña, todo el tiempo.
Ese estilo no lo va a perder, porque es su estilo de trabajar y porque es útil a sus propósitos: lanzar las ideas, que la opinión pública las decante.
Siempre va a estar gobernando y opinando. La [conferencia] mañanera no la pierde. Es su estilo. No le ha ido mal, creo que le ha ido muy bien. No tienen ninguna razón para opinar en contra.
Con la mayoría en el Congreso, ¿empezaron la tarea legislativa avasallando a la oposición?
—Eso no es avasallar [señala el monitor que transmite una reunión de las audiencias públicas sobre la Guardia Nacional]. Los primeros días y hasta el día del cumpleaños del Presidente, hasta moderaron a sus bancadas en la toma de posesión. Vamos a ir al concepto, no a la anécdota.
¿Cuál es el estado en que se encuentra la oposición en la Cámara de Diputados?
—Aquí no avasallamos, aquí convencemos o no. Hay diálogo absolutos, sin forzar. El trabajo no es perfecto.
¿Satisfecho de su papel en la actual Legislatura?
—Sí. Para mí, haber pasado la banda [presidencial] al primer mandatario que concreta nuestra lucha histórica es muy importante. Tengo 30 años en esto, de 1988 para acá. En términos generales hemos triunfado. Por lo demás, estamos organizando el trabajo, tratando de depurar muchas cosas en la Cámara, de reorganizarla. Refundar es nuestro propósito.
Usted alzó y sostuvo la banda presidencial ante sí, antes de pasarla a López Obrador.
—Obviamente ya lo había pensado y qué mejor que extender la banda y decirle: ‘Es tuya’.
¿Gran cierre, después, incluso de la Constitución para la Ciudad de México?
—Ya estaba revisando libros, preparando algunos ensayos, trabajo más bien intelectual, y esto me ha regresado a una vida intelectual, pero con actividad política.
No me he excedido. Tengo normas, patrones de vida que corresponden a mi edad. Estoy muy cuidado desde el punto de vista médico y familiar. Quiero trabajar.
Tengo que lidiar con dos tareas: acabar la reestructuración de la Cámara. Hay cosas que tenemos que componer, dejar una agenda, realizaciones y cambios fundamentales. La Guardia Nacional es uno de ellos. Contribuir a la transformación constitucional en el país, y si fuera posible a una nueva Constitución y democratizar a esta Cámara.
¿Se puede pensar en un sexenio en el que en la toma de protesta empieza la carrera por la sucesión en el equipo del Presidente?
—Las reglas van a ser distintas y las va a determinar Andrés Manuel. Él las va a consultar.
Será distinto, no puede ser la pasarela ni el tapadismo, ni puede ser el favoritismo, ni puede ser el paisanaje, ni puede ser el nepotismo.
¿Entonces qué debe ser?
—Democracia.
¿Ha hablado de la sucesión?
—Sí. Ya he comentado que me encantaría que la primera candidata sea una mujer.
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