Unos lentes de sol fueron la confirmación que necesitaban los estudiantes de la Preparatoria 9 de la UNAM para asegurarse de que el paro debía continuar hasta lograr una investigación inmediata y, en su caso, destitución de 13 maestros, acusados durante generaciones de acoso sexual, conductas abusivas contra los alumnos y venta de calificaciones.

A 65 días del inicio del paro en ese plantel universitario, el detalle de los lentes podría parecer poco, pero estos artículos que encontraron los estudiantes en la oficina de la Coordinación de Educación Física y Deportes no eran de cualquier tipo: tenían una cámara con memoria micro SD integrada y capacidad para grabar hasta cinco horas de video.

“Si expulsáramos a todos los maestros acosadores, nos quedaríamos sin maestros”, es la conclusión a la que llega Ana, alumna de tercer año.

Fue en la tercera semana del paro cuando los estudiantes encontraron cuatro cajas de lentes espía en las oficinas escolares: Mobile Eyewear Recorder se llama el producto; tiene micas polarizadas, una diminuta cámara oculta, y controles micro en las patas para una fácil operación.

“Grabación en tiempo real. No permitas que los momentos memorables de la vida se te escapen”, es una de las características que se resalta en las cajas que encontraron. Se pueden adquirir en la plataforma e-Bay por entre 300 y 400 pesos.

Los estudiantes se quedaron helados. De pronto, relataron Ana y su compañera Fernanda, cayeron en cuenta que cuando menos dos de sus maestros de Educación Física, a quienes identificaron como Daniel “N” y Luis “N”, utilizaban lentes de sol para dar clases de natación en una alberca techada.

También recordaron todas las veces que las pusieron a saltar la cuerda vestidas con shorts y playeras deportivos, mientras ellos las observaban fijamente y de frente.

“Caímos en shock. Fue cuando las niñas nos preguntamos: ¿Qué es lo que han estado haciendo?, ¿para qué han utilizado esos lentes? Recordé que mi profesor de Educación Física usaba unos lentes similares. La alberca está techada, no hay justificación para usar en interiores unos lentes como esos”, relató Fernanda.

Ana tomó clases con Daniel “N”, el docente de Educación Física que les exigía a sus alumnas cubrirse, incluso en natación, para que él no cayera en provocaciones.

Desde que se enteró que le iba a dar clases, en quinto año, sus compañeros le advirtieron que tuviera cuidado: Daniel “N” “morbosea a las alumnas, las manosea y les insinúa cosas”, le dijeron.

Cuando Ana olvidaba su sudadera o no llevaba con qué cubrirse para la clase de natación, el docente se negaba a tomarle asistencia. Esto la afectó, puesto que con tres faltas, los alumnos reprueban el parcial.

“Todos lo conocemos, la escuela lo sabe y el profesor sigue dando clases como si nada. Lo primero que nos dijo al iniciar el año fue que de preferencia trajéramos ropa que nos cubriera la mayor parte del cuerpo porque no quería caer en provocaciones, como en años pasados. Nos dijo que nosotras enseñábamos mucho y que eso a él lo provocaba, que necesitaba que nos cubriéramos”, contó a EL UNIVERSAL.

Lo que llevó a los estudiantes a tomar las instalaciones de la Prepa 9 es un vaso que durante generaciones escolares se fue llenando de denuncias y quejas desatendidas por las autoridades escolares.

Las denuncias y quejas se fueron acumulando contra profesores y alumnos que acosaban sexualmente a las alumnas de la preparatoria, quienes tienen un rango de edades de entre 14 y 18 años.

Hasta que una gota colmó el vaso: la serie de protestas que se desencadenó en la UNAM desde octubre pasado. En noviembre, 11 escuelas permanecieron cerradas simultáneamente en la Ciudad de México; hoy, tres se mantienen en esta situación: la Facultad de Filosofía y Letras, y las ENP 7 y 9. En la Preparatoria Pedro de Alba el paro se ha extendido durante 65 días.

El efecto del descuido, la falta de mantenimiento y el enojo de los estudiantes es evidente en la infraestructura del plantel: varias oficinas administrativas y cubículos de profesores fueron destruidos y vandalizados; los botes de basura están desbordados y los desechos, junto con hojas de árboles, se acumulan en las esquinas y en el suelo.

En las paredes de prácticamente todos los edificios que rodean la explanada principal hay murales elaborados por los alumnos, en los que se denuncia la violencia, fotografías de profesores y alumnos acusados de agredir a las alumnas, y también grafiti.

“Daniel, macho de mierda”, dice una de las pintas.

“Morty, mírame, me convertí en una preparatoria encubridora y corrupta”, dice otra, que hace referencia a la caricatura Rick y Morty.

Al busto de Pedro de Alba, quien fue director de la Escuela Nacional Preparatoria entre 1929 y 1933, los alumnos le pegaron estampitas de hamburguesas en la frente y en las solapas del chaleco de cobre.

Así continuarán las cosas hasta que no se cumpla el pliego petitorio de los alumnos, que incluye medidas generales como reforzar el programa Sendero Seguro hacia la estación del Metro Deportivo 18 de Marzo, la renovación del cuerpo jurídico del plantel, y el reforzamiento de actividades y espacios culturales para los estudiantes.

La mayor parte del pliego se basa en la demanda de medidas urgentes de protección para los integrantes de la comunidad que denuncien haber sido víctimas de violencia de género, una definición clara de las agresiones y sanciones específicas para los profesores, trabajadores y alumnos que reincidan.

Y es que las denuncias contra los mismos profesores llevan años sin que a las alumnas se les atienda. En el mejor de los casos se ha logrado la suspensión sin goce de sueldo de algunos profesores, pero sólo durante unos días.

En el peor de los escenarios, las alumnas fueron intimidadas por el cuerpo jurídico de la ENP 9, con la amenaza de que el procedimiento las podría afectar más a ellas que al maestro, en su rendimiento académico o que les iban a hablar a sus papás.

“Cuando tú intentabas ir y denunciar, lo que hacían era cansarte. La abogada del plantel te decía: ‘¿Segura que quieres denunciar? Es un proceso muy largo que te va a afectar académicamente, ¿ya les avisaste a tus papás?’. Te sacaban la boleta: ‘¿Ya viste tus calificaciones?’. Todo para hacerte dudar de si querías denunciar. En un país como este, la culpa siempre la vas a tener tú”.

Mientras tanto, alumnos ven lejana la posibilidad de regresar a clases, luego de que la Universidad se negara a retirar las denuncias de hechos que presentó la semana pasada en contra de “quienes resulten responsables” por los daños a la infraestructura y mobiliario del plantel, entre ellos la estatua del Tótem, antes insignia de la Prepa 9, que fue derribada la semana pasada.

La institución les pide que denuncien formalmente a sus agresores y les ha dicho, a través de las autoridades del plantel, que esa es la única manera en la que se pueden iniciar investigaciones en contra de los profesores acusados de acoso sexual, desestimando otros métodos de los estudiantes, como los tendederos de acoso, por ejemplo.

Ante esta solicitud, las alumnas cuestionan por qué la institución no puede tomar en cuenta sus denuncias por vías informales, pero sí tomó conocimiento “a través de imágenes difundidas en redes sociales de que existen severos daños a la escuela, afectaciones en infraestructura, bienes, suministros y al patrimonio cultural”, según informó la UNAM en un comunicado de prensa el 4 de enero.

“Es coraje de saber que tuviste un profesor así y que lo respalda su sindicato, saber que te vulneraron de esa manera y se aprovecharon de tener el control de ti”, comentó Ana.

“Perdimos la esperanza de ser escuchadas por las autoridades, por eso recurrimos a hacer un paro y a manifestarnos, por la forma en que se manejan”, finalizó Fernanda.

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