El fin de semana, el Presidente volvió a externar justificaciones del por qué no funcionó su “sistema de salud” como los del primer mundo: la pandemia fue la responsable. Mas se compromete a que, en el tiempo que le resta y debido a las 16 horas de trabajo diario, el sistema de salud mejorará, habrá medicinas gratuitas, médicos generales y especialistas en todos los centros de salud y unidades médicas rurales. 3 años 6 meses prometiendo lo mismo, manipulando la esperanza de que todo mejorará y nada, todo empeoró. Jamás reconocerá que él ordenó la destrucción de lo bueno que existía para crear un nuevo sistema de salud que deterioró todo; las medicinas desaparecieron, no hay atención gratuita, despidieron a cientos de médicos para entrar al sistema de la “austeridad”, sacrificando la vida y la salud de millones de mexicanos.

Nadie pidió un costoso tren en el sur de México cuyo precio ascendió a miles de millones de pesos, dinero que bien pudo destinarse al sistema de salud y no pretextar que la causa del incumplimiento haya sido la pandemia. El presidente destruyó el Seguro Popular para crear el Instituto de Salud para el Bienestar. Ha sido campaña mediática de su administración. De pronto todo cambió, efectivamente, pero para empeorar las cosas. A grado tal que la pretensión de hacer creer sería un mejor sistema de salud, con la nueva fórmula, pasar al Insabi a formar parte del IMSS, quien no puede con la carga de sus afiliados, sin médicos ni medicamentos la situación se agravará.

La grandiosa idea del presidente López busca paliar el fracaso del Insabi, haciendo creer que el IMSS sí dará atención universal a los mexicanos que carecen de la prestación social de salud. Continuar manipulando la esperanza de los mexicanos haciéndoles creer que todo mejorará, será en vano, no cumplirá con otro de tantos ofrecimientos.

De ahí que López Obrador insista en el “éxito” de sus programas sociales, asegurando que ya nada podrá modificarlos porque están plasmados en la Constitución. Otra de tantas mentiras. Cualquier precepto de la Carta Magna puede ser reformado o abrogado, sea para mejorar o empeorar las cosas. Tal cual es su pretensión al pretender regresar el poder de manipulación de los procesos electorales, cederlo al gobierno federal, centralizar las atribuciones electorales de las Oples; que decir de la Guardia Nacional, López insiste en volver a reformar la Constitución, para pervertir funciones civiles en militares.

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