José (nombre ficticio) no aguantó más y echó a correr. Salió desesperado del área de confinamiento para casos de neumonía atípica o Covid-19 del Hospital Regional General Ignacio Zaragoza, del ISSSTE, y se mezcló entre las personas que esperaban fuera del centro médico.

El hombre de 58 años salió desenfrenado. Al verlo, familiares de otros pacientes se alejaron desesperados corriendo de un lado a otro. Titubeantes, dos guardias de seguridad intentaron calmarlo.

Fue hasta que uno de sus familiares se acercó cuando el paciente se tranquilizó y pudo regresar a la puerta de que da al área de confinamiento de pacientes diagnosticados con Covid-19 o neumonía atípica. Tras unos minutos de charla volvió a entrar al área especializada.

Minutos después, el paciente, aún en bata, salió acompañado de algunos de sus familiares y se dirigió al área de estacionamiento, donde abordó un auto y se retiró.

Más tarde, Guillermo “N”, yerno de José, dijo a EL UNIVERSAL que su suegro había ingresado hacía siete días por síntomas de un preinfarto, problema con el que vive desde hace 10 años.

Guillermo acusó al hospital de internar al hombre en un área de pacientes con Covid-19 sin antes haberle realizado una prueba. “A mi suegro lo internan en un área de Covid-19 y le comienzan a dar tratamiento para este padecimiento, en lugar de estabilizarlo por preinfarto”, dijo.

Y añade: “No entiendo cómo lo tratan para Covid-19 sin antes haberle hecho la prueba para ese padecimiento. Dicen que no hay pruebas disponibles, que porque son muy caras y sólo se la hacen a personas que tengan más de cinco síntomas de los 10 de la lista”.

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