El investigador Francisco Patiño Cardona lamentó que pobladores de Zimapán, Hidalgo, continúen con el consumo de agua potable contaminada con arsénico, pese a que ésta rebasa los limites permitidos por la Organización Mundial de Salud (OMS) de 100 partes por millón y en esa demarcación hay más de 100 veces este límite.
“Es un problema que existe en muchos lugares de México, en las zonas mineras y aquí en Hidalgo, en Zimapán, donde es un tema serio porque la gente sigue tomando el agua potable”, dijo.
Indicó que además se tienen estudios sobre la presencia, no sólo de arsénico, sino de varios metales, pero "no hay una solución seria".
El investigador señaló que aparte de arsénico hay presencia de plomo y cadmio en el líquido, por lo que es necesario limpiar las redes de agua que consumen los habitantes de ese lugar, ubicado en la Sierra Gorda de la entidad, en los límites con Querétaro.
En esa demarcación se tiene una población de alrededor de 50 mil habitantes y de la cabecera son 12 mil los que consumen agua contaminada, bombeada de cinco pozos, los cuales contienen arsénico que sale en forma natural debido a las condiciones mineras del sitio.
Actualmente se cuenta con plantas potabilizadoras; sin embargo, los límites de arsénico disminuyen apenas un mínimo, por lo que el investigador urgió a que se busquen otras opciones y se pueda ofrecer agua limpia a los habitantes.
Destacó que las potabilizadoras son una opción, pero éstas tienen que ser con la tecnología adecuada, de lo contrario no funciona y los pobladores tienen un grave riesgo de enfermar.
Así también se busca recuperar el agua que actualmente se envía a Querétaro, estado con el que hace 12 años se firmó un convenio y que dicha entidad incumplió. El agua que es trasladada a Querétaro sale de la presa El Infiernillo, la cual se encuentra libre de metales.
El convenio firmado incluía una planta tratadora, 10 pipas y pavimentación de caminos, todo ello por 200 millones de pesos, los cuales a la fecha no se llevaron a cabo.