El jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo, dijo que para alcanzar la meta de crecimiento de 4% del gobierno de Andrés Manuel López Obrador no hay más opción que invitar al sector privado.

Al participar en la reunión nacional de consejeros regionales 2019 de BBVA, Romo dijo que en proyectos como el tren Maya y el desarrollo del Itsmo de Tehuantepec, se está considerando la inversión privada liderada por empresarios nacionales pero abierta a capital extranjero.

En ese sentido, dijo que el Aeropuerto de Santa Lucía se está promoviendo como inversión pública sin que hasta el momento se haya considerado la inversión privada.

También dijo que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el de Toluca serán fortalecidos en su operación incluso antes de concluir la nueva terminal área y recalcó que la obra del Nuevo Aeropuerto de la CDMX ya no está en los proyectos del nuevo gobierno.

“A Texcoco no se le mueve ni un pelo”, dijo.

Romo declaró que el gobierno tiene un año para no perder la calificación de Pemex y dijo que la pérdida del grado de inversión en la petrolera mexicana representa perder 8 de cada 10 pesos que llegan de inversión a la empresa.

“Pemex es una obligación, es un deber, es parte de la columna vertebral, pero lo queremos más productivo. Pemex no puede solo, tenemos mucho rezago de muchos años”, dijo Romo.

Sobre la baja de calificación por parte de Fitch Ratings en la nota crediticia de México, el cambio de perspectiva por parte de Moody’s y la pérdida del grado de inversión en Pemex, Romo dijo que se trata de una buena oportunidad para el sector privado.

“El susto de los aranceles y la Moody’s es una oportunidad para que el sector privado tenga la fuerza y nos ayude a convencer que en el sector energético sino hay participación de la iniciativa privada nacional y extranjero no habrán los recursos que se necesitan”, explicó.

El jefe de la presidencia dijo que en las negociaciones con Estados Unidos, el gobierno mexicano privilegió la estabilidad económica sobre cualquier otra cosa.

De igual manera, destacó que la amenaza del presidente Donald Trump generó un shock inesperado, ante lo cual el gobierno mexicano, si bien es consciente de los derechos humanos en el tema de inmigración, se tenía que cuidar el ambiente para privilegiar el crecimiento del país.

Romo recalcó que está muy contento en trabajar con el presidente Andrés Manuel López Obrador pero el día que sienta que no hay confianza dejará el cargo.

“El día que sienta que no hay confianza me regreso a Monterrey a caballo”, sentenció.

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