En un camino despoblado de Xochimilco golpearon a Wilfred hasta matarlo. Él, indigente y adicto al solvente, acosaba a una mujer que gritó para pedir ayuda.
Es la colonia Ocotitla el lugar donde cuentan que el martes a las 3:00 de la tarde se escuchó la voz de auxilio de una mujer.
Ella, dicen los vecinos, “era joven, pedía ayuda y gritaba porque la iban siguiendo”.
Pero ahí, en el Camino a la Cantera nadie vio a esa mujer. Saben de ella porque la información les llegó de voz en voz hasta lograr reunir a unos 20 vecinos en la esquina del Camino a Cantera y la calle Aguacate.
En esa avenida sin pavimentar, con tres casas de concreto y algunas más de cartón, retuvieron al hombre. Lo acusaban de caminar detrás de la mujer y de exhibirse con la intención de abusarla.
Por eso, tras una voz que ordenó castigarlo, los lugareños lo golpearon y lo amarraron al poste, donde los policías lo encontraron muerto.
Dicen que aunque hubo voces que exigían que dejaran de golpearlo para entregarlo a las autoridades, no hubo ningún policía que contestara el llamado de auxilio. Y es que ahí es un lugar en medio de nada.
No hay vigilante alguno para recorrer las calles de polvo. Tampoco alumbrado público que guíe a quienes entran al camino para acortar distancias. Aseguran que en más de cuatro ocasiones los vecinos han encontrado cadáveres de mujeres sin ropa y golpeadas.
Los habitantes dicen que por eso son ellos los que vigilan, señalan y castigan. Hacen justicia.
Aunque lo llamaban Wilfred, su cadáver permanece sin identificar en el servicio médico forense de Xochimilco.
bft