Con 18 años, Melanie de Jesús Vázquez es una promesa del tenis de mesa nacional. Nació en el Distrito Federal, pero a los ocho meses llegó a Querétaro con su familia, su hermano mayor fue el que inició la práctica del tenis de mesa, posteriormente Melanie y su hermana; todo comenzó cuando estaba en la primaria, pero a la joven no le llamó mucho la atención y optó por otros deportes: voleibol, baloncesto, gimnasia e incluso actividades como estar en la banda de guerra y en la escolta.
Finalmente, su hermano entró a la escuela de Talentos Deportivos, y cada que competía y en sus entrenamientos, Melanie acudía a apoyarlo, fue entonces que, como amor a segunda vista, el tenis de mesa entró en su vida y ahora es una de sus prioridades.
“Es algo que amo demasiado y le agradezco tanto por entrar a mi vida, es un sentimiento muy fuerte, quiero estar en esto hasta que me muera, antes no me gustaba, pero no lo dejo. Cada que gano me siento feliz, siempre es muy emocionante”, expresó la deportista.
Melanie destacó muy rápido en el deporte, con un estilo de juego muy raro en México; tan sólo en Querétaro no hay alguien que juegue defensivamente, el tipo de juego que tiene la joven; cuando le toca competir contra alguien similar a su juego, se pone un tanto complicado, pero aún así, Melanie ha sido medallista nacional y ha representando a México en torneos centroamericanos y panamericanos.
“Aquí en Querétaro como no hay alguien que sea defensivo era algo nuevo para mí, algo que además no estaba entrenando y siempre que me ha tocado, intento todo, pero es como mi talón de Aquiles”, comentó.
Más que las medallas, Melanie está consciente de todo lo que tuvo que pasar para lograr los resultados que ahora tiene y poder aspirar a más. Cuando recién llegó al equipo queretano, la aceptación fue uno de los puntos más frágiles que experimentó, ya que realmente no había un equipo, eran jóvenes compitiendo unos contra otros, pero sin unidad.
“Al principio sentía como un rechazo, y me confundía porque al principio me hablan bien y luego no me hablaban, entonces a mí eso no me gustaba, pero yo siempre era igual con todos, porque también me dejaban de hablar si les ganaba un juego y mi mamá me decía que no pensara en eso, que no me preocupara, aprendí que sí hay amistad, pero no todos son tus amigos”, compartió la joven.
Pero todo el esfuerzo y dedicación tuvo grandes recompensas; Melanie es una chica sencilla y muy amigable que se preocupa por su rendimiento, ayuda a los demás y ahora menciona que este deporte le ha dejado cosas muy valiosas para su vida.
“Lo mejor ha sido la unión de mi familia, siempre mi mamá está apoyándome, mis hermanos también porque prácticamente toda mi familia tiene que ver con el tenis de mesa, gracias a mi hermano es que estamos aquí. El compañerismo que tenemos en el equipo. Siempre intento ayudarlos en lo que pueda, es una ayuda mutua”, aseveró.
Hace un par de años, el tenis de mesa estaba olvidado en Querétaro, no había resultados, inclusive las instalaciones eran decadentes. Hace poco más de un año, llegaron los entrenadores y ex seleccionados nacionales Guillermo Muñoz y Mónica Miramontes, quienes le dieron un giro a esta disciplina, tanto así que están posicionados en el tercer lugar general a nivel nacional, cuando antes no se figuraba ni en el top ten, a la par trabajan con la profesora Maricel Ramírez.
Melanie vivió un proceso de cambio con la llegada de estos entrenadores, pero platica que ha sido lo mejor para el crecimiento de este deporte en Querétaro y los resultados individuales y por equipo.
“Ahora con el profesor Guillermo y las profesoras Mónica y Maricel todos somos iguales. Siempre ponen atención a todos, se siente un ambiente diferente porque todos nos hablamos, en las mesas hay mixtos, el profesor llegó y nos observó el estilo, tratando de mejorarlo porque nos decía que estábamos muy mal, entonces todos empezamos a no faltar al entrenamiento, fue algo más motivador”, dijo.
Melanie llegó a la secundaria de Talentos Deportivos en su segundo año, y actualmente cursa el último semestre de la preparatoria. Si bien tiene la oportunidad de estar becada por una de las universidades privadas más importantes del país, al término de su bachillerato quiere darse un tiempo para dedicarse de lleno a entrenar, ya que su principal objetivo es quedar como seleccionada nacional en la categoría mayor.
“Este año se renueva la selección mayor, cambiaron las reglas de la federación y se va a renovar cada dos años. Por eso quiero este año que no estudiaré, dedicarme a entrenar, el objetivo es quedar dentro de las ocho mejores del país y seguir subiendo, los Juegos Olímpicos siempre es lo más alto a lo que un atleta apunta”, expresó.
El diseño gráfico es otra de sus pasiones, por ello, cuando decida comenzar la universidad, será la carrera que elegirá.
“La profesora Maricel que está encargada de tenis de mesa en la Anáhuac me dice que me ofrecen una beca allá de 90%, sí la voy a aceptar, pero dejaré un año sabático porque quiero entrenar de lleno y meterme a unas clases de inglés. Me gustaría estudiar diseño gráfico”, comentó.
A pesar de ser un deporte olímpico, el tenis de mesa sigue siendo menospreciado, se piensa que más que un deporte es una distracción, hecho con el que tiene que lidiar Melanie, por ello, hizo una atenta invitación a todas las personas que quieran conocer lo que se hace en el lugar de entrenamiento y que descubran que el tenis de mesa es igual de importante y requiere de mucha disciplina como cualquiera de los deportes tradicionales.
“Siempre bromean, me defienden mucho mis compañeros cada vez que me echan burla. Pero se les invita a conocer y más que aquí en Querétaro hay un lugar de alto rendimiento, hay que acercar a la gente para que lo conozcan, las puertas están abiertas para todos y que vean que lo que hacemos es difícil como todos los deportes”, finalizó.