“Como a las 9 y media de la noche empezó a meterse el agua. Puse mis cobijas en las puertas, pero no fue suficiente; se empezó a salir el agua del drenaje, ya no pudimos hacer nada. El patio de atrás se inundó, lo que hice fue apoyarme en la escalera para subirme a la azotea y ahí me quedé con mis hijos”, relata Patricia Martínez Pacheco, una de las afectadas por la inundación en la colonia Villas del Puente, mientras saca el agua y lodo de su casa, y lamenta que perdió muchas pertenencias.

Desde la mañana del sábado, su hermana, junto con su esposo y su hija, llegaron a ayudarla en las labores de limpieza. Lo más afectado son aparatos electrónicos y los colchones, a uno de ellos todavía le escurre agua.

El viernes, Patricia estaba en su casa con sus dos hijos, cuando escuchó que comenzó a llover. Los relámpagos y la tormenta eléctrica los hizo desconectar los aparatos y la luz, por si acaso había algún apagón; sin embargo, esta precaución no fue suficiente cuando comenzó a subir el nivel del agua.

Lo primero que hicieron fue tratar de quitar del piso los aparatos que pudieran mojarse; pero, al final, ningún lugar fue seguro. El nivel comenzó a subir y Patricia y sus hijos tuvieron que ir a la azotea para resguardarse, pues no podían salir de su vivienda.

“Estuvimos hasta la una y media de la mañana en la azotea. No fuimos los únicos, hubo más gente de Villas del Puente que hizo lo mismo, porque el agua estaba subiendo cada vez más y es un momento en el que uno decide que es mejor que las cosas ahí se queden, pero yo no iba a dejar a mis hijos en medio de la inundación”, platica respecto a las medidas que tomaron para evitar mayores afectaciones.

Ahora, lo único importante para ella es que la casa quede limpia y revisar lo que pueda recuperar; tiene confianza en que las autoridades apoyarán a las familias afectadas.

No obstante, le molesta que ya sea la segunda ocasión que sufre una inundación, pues también fue damnificada en 2010, cuando una lluvia torrencial dañó severamente toda esa zona e incluso hubo daños de consideración en el Hospital General, que tuvo que ser construido nuevamente.

Sin camioneta. Patricia representa solamente a una de las 80 familias de Villas del Puente que resultaron afectadas por la inundación. A unas calles de ahí, María Antonieta Reyes Vargas vio como la lluvia se llevaba su vehículo, que es su medio de transporte y de trabajo, pues con él logra llegar a los lugares en los que labora.

Ella y sus hijos se resguardaron de la lluvia del viernes en su casa, debido a que tiene una ligera elevación.

El agua generó encharcamientos en las habitaciones de la vivienda, que lograron limpiar rápidamente; lo que más les duele es la camioneta, que ni siquiera han querido encender por miedo a que no funcione.

“Yo trabajo haciendo limpiezas en casas y la camioneta es mi medio de transporte, porque luego voy a varias colonias que están lejos. Entonces, si ya no sirve, sí va a ser muy difícil para nosotros, para trabajar. También nos costó mucho trabajo comprarla, pero dentro de todo creo que lo bueno fue que a nosotros no nos pasó nada”.

María Antonieta y sus dos hijos limpiaron su vivienda y ayudaron a otros vecinos en estas labores. En la calle donde viven, el lodo impide el cruce de los peatones y lo único que se puede hacer es caminar sobre la misma acera. Los tres esperan que haya apoyos para sus vecinos que perdieron la mayoría de sus cosas, pues recuerdan que hace siete años las afectaciones fueron mucho mayores; en aquella ocasión sí fueron damnificados y perdieron muchas de sus pertenencias.

“Esa vez unos vecinos nos ayudaron y nos salimos, pero al otro día cuando regresamos encontramos todas nuestras cosas echadas a perder. Anoche cuando vimos que se metió el agua, mi hija y yo empezamos a levantar las cosas del suelo, era lo único que podíamos hacer”, precisó.

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