¿En la escala del 1 al 10 qué tan feliz vive usted? Uy vivo al 10, yo siempre estoy sonriendo, soy una sonrisa andando, bueno, ya no puedo caminar, pero soy una sonrisa en silla de ruedas. ¿Y se siente apoyada por sus familiares? ¿Son comprensivos con usted? Uy sí, mis hijas son un amor, todas me cuidan. ¿Cuántos cuartos tiene en su casa? Tres cuartos. ¿Tiene luz, agua, drenaje? Sí. ¿Se ha quedado algún día sin comer por no tener dinero? Nunca, bendito sea Dios.

Luego de responder un breve estudio socioeconómico, María de la Luz de 72 años y su hija Patricia, pasan a una segunda área en el Centro Cívico, donde continuarán con pruebas auditivas para saber qué tipo de aparato se necesita. María de la Luz y su esposo Guillermo de 82 años, son algunos de los más de cien beneficiarios del programa Ponte Oreja, impulsado por el gobierno capitalino en colaboración con la Fundación MVS.

La mañana es fría, como las últimas que se han sentido en Querétaro desde hace semanas, pero eso no le quita el ánimo a María, que a pesar de estar en silla de ruedas y padecer de una deficiencia renal, tiene ganas de vivir plenamente, por eso la oportunidad de escuchar mejor a través de un auxiliar auditivo, es una experiencia que no se opaca por el frío o por una mañana ajetreada.

Ella y su esposo esperan en un área donde el sol llega directamente, esperan su turno para ser evaluados, después de eso se moverán al auditorio, donde personal de la fundación tomará medidas de sus oídos y sacará un molde único sobre el cual construirán su auxiliar. Una vez creado le ajustarán el volumen adecuado.

Los trabajadores de la fundación hacen pruebas con cada uno de los beneficiarios. ¿Escucha ese sonido? ¿Si subo el volumen lo escucha mejor? Explican a los adultos que el dispositivo tiene que cambiar de baterías cada cierto tiempo, que se escuchará un pitido cuando las pilas deben ser sustituidas. Los beneficiarios, con su auxiliar en el oído responden que sí, que lo entienden todo, se retiran del lugar sonriendo y hablando con sus familiares que los acompañan.

Patricia es una de 10 hijos, fruto del matrimonio entre María y Guillermo, dice que el hecho de que sus padres reciban auxiliares auditivos significará un cambio radical en la comunicación de la familia, pues como es común en personas con pérdida de audición, sus padres a menudo se aíslan en reuniones familiares, pues no entienden de lo que hablan sus hijos.

“Se aíslan, mi papá tiene más tiempo con ese problema y se aparta de nosotros, estamos todos platicando y luego ellos dos discuten porque mi papá no escucha lo que decimos y mi mamá que escucha un poquito más se desespera porque tenemos que repetirles las cosas, ella tiene un año con este problema, mi papá cinco.

“Nunca hemos ido con un médico antes, ni sabemos el nivel de pérdida de audición que tienen. Nosotros identificamos que mi papá de un oído escucha un poquito mejor y del otro de plano no escucha. Mi mamá se enfermó hace unos meses de insuficiencia renal y eso le afectó para su oído”, dice.

A diferencia de otras personas con problemas de audición, Guillermo y María de la Luz reconocieron que tenían un problema y pusieron su disposición para ser atendidos. María está contenta porque es la primera vez que tendrá un auxiliar auditivo, Guillermo ya ha usado, pero su auxiliar se descompuso hace un año.

“Mis papás nunca tuvieron resistencia para usar estos aparatos, él sí quería oír bien, le fue de mucha ayuda cuando le pusieron el primero y cuando se le descompuso volvió a apartarse. Ella también se interesó mucho, para escuchar mejor”. comentó Patricia.

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