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“Sin ellos no somos nada”, afirma Jorge Medina, superintendente general de Obra del Hospital Regional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en El Marqués, sobre los albañiles y trabajadores que edifican esta construcción, que por su naturaleza es de las más complejas para concretar.
Apuntó que a las 350 personas que trabajan en la obra, con motivo del día de la Santa Cruz se les hará una comida, “carnitas, sus mañanitas y su misa, con un comité de seguridad, para que no se me vayan a emborrachar mucho, no sé si vaya a ver alcohol, creo que no, nada más su refresco y una cerveza”.
Dice que el trabajo se suspende a las 14:00 horas y las que no se laboren las pagarán entre semana para que la producción y los trabajos sean los correctos.
Indicó que es una costumbre muy arraigada entre el personal de la construcción. “Es una fiesta para los albañiles, para nosotros también, porque sin los albañiles no somos nada, son los ejecutores de la obra. Es la manera en la que uno alterna más con la gente, porque normalmente va de paso, de vez en cuando les pide uno un taco de esos riquísimos que traen, pero realmente la fiesta es de ellos”.
Agrega que en obras tan grandes se convive poco con los trabajadores, no así en las que son de menor tamaño, donde incluso podía convivir y pedirles un taco de huevo con frijoles y se disfrutaba más. En las grandes construcciones es más impersonal la interacción.
Asevera que la construcción de un hospital es lo más complejo que hay, “muy similar a un hotel”, pero en el caso de un nosocomio se tiene que pensar en las instalaciones para oxígeno y otras más para los aparatos médicos.
Actualmente trabajan 350 personas, entre albañiles, acabados e instalaciones, así como 30 arquitectos, pues la obra es muy compleja: las especificaciones del IMSS son rigurosas, a tal grado que han sido tomadas para la construcción de otros hospitales en el mundo.
Norberto Cabrera Mendoza, ingeniero arquitecto residente de obra por parte del Seguro Social, señala que la construcción de una obra de esta envergadura es compleja y multidisciplinaria, pues desde que se origina el proyecto —en el cual intervienen especialistas en diversas ingenierías y arquitectura— hasta que se termina el contrato colaboran profesionales de más de 30 especialidades.
“La delicadeza de este proyecto lo guarda porque las ingenierías son meramente finas, pues contiene instalaciones importantes, como gases, electricidad que en su momento tenemos partes que no tienen variables de electricidad, para los cuales se necesitan equipos especiales y una serie de ingenierías más que se requieren”, precisó.
Por su parte, Jorge Medina asevera que tiene más de 40 años edificando hospitales, entre ellos de los más grandes del país, en Monterrey, Estado de México y el actual, que se espera que esté terminado en febrero de próximo año, pues son 35 mil metros cuadrados de construcción, más grande incluso que el Hospital General del IMSS en 5 de Febrero.