La forma en que las sociedades han percibido a los tatuajes a lo largo de la historia humana no siempre ha sido positiva, sin embargo, en la actualidad es una forma de expresarse y dar libertad a la imaginación. Símbolos, logotipos, citas, dibujos o frases que lo dicen todo. Una huella de por vida que representa y plasma un sentimiento profundo en la piel de las personas.

A pesar de que hoy en día pudiera parecer que está de moda tener algo que adorne la piel, todavía existen muchos prejuicios y cierta discriminación al momento de acudir a alguna entrevista laboral o para ingresar a ciertos centros educativos, razón suficiente por la que personas recurren a la eliminación del tatuaje.

¿Cómo es borrada la tinta de la piel?

De acuerdo con Sandra Castellón, especialista en pigmentación y directora del Instituto de Micropigmentación Bajío (Imiba), existen dos formas para eliminar tatuajes, la primera es con el uso de ácidos especiales que remueven los pigmentos, la segunda y que es más utilizada hoy en día, es el uso de la pistola láser, que a lo largo de los años ha logrado grandes avances.

“El láser lo preparas a una distancia y potencia, haces el disparo y das el choque, lo que se hace es que la potencia de energía con lo térmico fractura la molécula interna del pigmento, se oye hasta un chasquido, a nivel visual se ve como algo blanco, como una lesión que te hace (…) Se fragmenta la molécula y se puede ir a través del sistema linfático o macrófagos que son los que detectan cuerpos extraños y cuando se desfragmenta es más fácil que lo ataque, también a nivel externo provocaste una costra y haces que lo elimine”, explicó.

Para determinar el número de sesiones necesarias, Castellón explica que debe ser analizado el tipo de tinta utilizada, así como el lugar y la zona donde fue realizado.

“Son muchos factores lo que determinan el tiempo de eliminar el tatuaje si alguien utilizó cualquier tinta o pigmento puede ser que cueste menos trabajo eliminarlo, que un pigmento hecho por un profesional, porque tiene más profundidad e incluso nitidez”, aseveró Castellón.

El dolor que se siente, dijo, dependerá del umbral de dolor de la persona, así como la zona donde se hizo, es decir, si es en un área en la que hay más grasa dolerá menos comparada con aquellas que la piel sea más cercana al hueso, como las costillas, los dedos, el cuello, el cráneo, entre otros.

¿Quién acude más?

“Curiosamente nosotros recibimos más mujeres quitándose los nombres de los ex novios, es en serio, es lo que más se quitan; algún dibujito muy infantil que se hicieron de adolescente y no estaban conscientes, muy infantil o muy feo una rosa o las iniciales”, señaló.

Los costos y sesiones.

Para una eliminación de tatuaje con láser los costos van, en la clínica de Castellón, de los mil a los tres mil pesos por sesión, dependiendo del color y el tamaño.

“Mientras más concentrado está el pigmento más difícil, pueden ser de una hasta 10 sesiones promedio, el color del pigmento negro y azul son los que más rápido se quitan a diferencia de los claros como blancos y beige”, puntualizó.

Añadió que para ayudar al cuidado de la piel de la persona, cada sesión esté separada por un periodo de dos meses.

Castellón hizo un llamado para que quienes busquen removerse un tatuaje acudan con gente capacitada que haga la valoración correspondiente del tatuaje a eliminar, así como del tipo de piel del paciente.

Tatuaje eliminado.

Francisco Jaramillo Quiroz tiene 24 años y acudió a una clínica dermatológica a eliminar un tatuaje que tenía en la mano derecha, la razón: al entrar a la Universidad Aeronáutica de Querétaro (Unaq), pensó que no podía ingresar con tatuajes.

“Me habían dicho que no podía entrar tatuado, iba a entrar a la carrera de Técnico en Mantenimiento Aeronáutico en la Unaq, me dijeron que no podía entrar tatuado ahí y me habían espantado, por miedo e ignorancia me fui a quitar el tatuaje, y el primer día que entré vi que todos estaban tatuados”, narró Francisco a EL UNIVERSAL Querétaro.

El tatuaje que se quitó, en tan sólo dos sesiones, era un dragón con las iniciales de la Fuerza Área Mexicana que se había hecho a los 17 años.

Confesó que el dolor que sintió cuando la dermatóloga lo removía con la pistola láser fue mucho peor que el que sintió cuando se tatuó.

Evolución de la percepción del tatuaje.

Mario Torres, artista plástico graduado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y tatuador, refiere que hoy en día quienes acuden más a tatuarse son jóvenes entre 18 y 25, y anteriormente eran personas cercanas a los 30 años.

“Yo pensaría que la gente no se tatúa tanto como antes, pero sí, todo el tiempo hay gente que se está tatuando y por lo mismo ya no saben ni qué hacerse, no encuentran un diseño original (…) Así como está de moda existe todavía el prejuicio, pero dependiendo el tatuaje y la persona que porta el tatuaje”, externó el artista sobre la dinámica de tatuajes actual.

Aseguró que la percepción de los tatuajes ha cambiado en menor grado, pero siguen exististiendo actos de discriminación o asociación con comisión de delitos.

“Si te vas a miles de años atrás representaban el estatus social o si eras un guerrero. Después, cuando se comercializó el hecho de marcar tu piel, la gente que empezó a hacérselos más, se los realizaban porque vivían más cosas, si estuviste en la cárcel tienes tatuajes más obvios como la lágrima”.

“Los que tienen más esta iconografía son aquellos que vienen del barrio, estuvieron en la cárcel. Si ves a alguien con tatuajes ya lo estás juzgando, pero si es un tatuaje que tienes el conocimiento de su significado es más el prejuicio”, puntualizó.

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