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Hace 17 años, María Concepción Mandujano Olguín invirtió 3 mil pesos para comprar 350 codornices y comenzar a vender carne y huevos de éstas aves y con eso tener una oportunidad para poder salir adelante. Ahora es una pequeña productora del municipio de Colón, que distribuye su producto en los mercados de Querétaro y San Juan del Río.
María es una de las 14 mujeres que formaron un grupo de productoras de codornices para mejorar la economía familiar. Acudieron a las oficinas del municipio de Colón a pedir asesoría sobre algún empleo que pudieran realizar desde casa. Las opciones eran producir gallinas o codornices, tomaron la segunda opción.
“Iniciamos en esto porque nos juntamos un grupo de mujeres interesadas en hacer algo para salir adelante, nos acercamos al municipio y pedimos apoyo para criar gallinas, pero nos mencionaron que la codorniz se vendía bien, nos orientaron y la elegimos”, contó.
Sin embargo, no todo fue sencillo. Las primeras codornices que compró María Concepción murieron poco a poco, antes de que el pequeño negocio familiar dejara frutos, situación que se repitió con sus compañeras y fue entonces que pensaron no sólo en comprar y vender carne de codorniz, sino en criar a las pequeñas aves.
“Al principio lo vimos difícil porque estábamos invirtiendo en comprar, las traíamos de Celaya o Guadalajara, pero se estaban muriendo, la producción bajaba y nosotras invertimos más, se atoran en las mismas jaulas, se estresan por algún animal y nunca faltan las causas por las que se mueren, son caras, cuesta como 20 pesos una codorniz en pie, aquella vez gasté como 3 mil pesos en comprar 350 de éstas aves”.
“Nos desilusionaba ver que sacábamos pocos huevos, por ejemplo, al inicio eran mil y después sólo 500. No queríamos renunciar, fuimos a Sagarpa y Sedesol y nos propusieron la incubación, nos dieron 84 mil pesos para todo el grupo, con eso realizamos una sola incubadora, equipada y todas la usamos”.
María sacrifica aproximadamente 200 aves a la semana, después vende huevo y carne en los mercados y juguerías de Querétaro. La misma actividad la repiten otras 13 mujeres que forman parte de ésta pequeña empresa y al final del día se reparten las ganancias.
“Esto ha cambiado mi vida bastante, antes no me alcanzaba para nada, ahora tenemos nuestro dinero a la semana, es algo seguro. A veces recibo 5 mil pesos. En temporadas buenas hemos sacado más de 20 mil pesos, dinero que nos repartimos entre las 14 mujeres. Todas nos organizamos y llevamos la carne a distintos mercados, trabajamos en unidad. Nosotros soñamos con tener nuestro restaurante y seguir trabajando con nuestros productos, esto es muy bonito”.
La crianza de codornices y después la venta de carne y huevo se ha convertido en el negocio familiar, en donde el esposo y los tres hijos de María se involucran.
Éstas mujeres venden carne de codorniz adobada, en crudo e incluso venden la codorniz en pie. Los huevos del ave los venden frescos o los preparan en vinagre.
“Gracias a los técnicos que nos pone la Sagarpa aprendemos, porque a veces uno sólo no encuentra el camino”, asegura entre risas María Concepción.