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Norma Guadalupe Barajas Pedroza ingresó a las Fuerzas Armadas en septiembre pasado, motivada por una niña de año y medio, su hija, para quien quiere una vida mejor.
Norma sostiene la bandera de uno de los planteles militares de educación superior. A unos meses de ingresar, dice que se siente muy bien y contenta de servir a su país.
Norma porta el uniforme azul de la Fuerza Aérea con orgullo. La mujer de alrededor 1.75 metros de estatura y figura esbelta, conserva la vertical a pesar del calor y el sol que cae de manera severa sobre la capital queretana.
Señala que ingresó a las Fuerzas Armadas porque tiene familiares que han abrazado la carrera de las armas, además de que quiere una mejor vida para su hija.
Hasta antes de ingresar a la Fuerza Aérea, Norma Guadalupe era estudiante de preparatoria, pero al concluir la misma tomó la decisión de ingresar a la milicia.
“Me llamaron la atención muchos aspectos. Tengo familiares militares, entonces me agradaba desde antes”, abunda.
Sin embargo, precisa que a ella no le llamaba la atención la carrera de las armas, pero hace unos años, cuando sus hermanos ingresaron también al Ejército, al verlos les llamó la atención.
La joven se muestra un tanto tímida. Su rostro está detrás de unos lentes. Mientras habla mira fijamente, no se distrae con nada, a pesar de que alrededor todo es ajetreo y movimiento, pues apenas minutos atrás llegaron los transportes del Ejército que llevaron el equipo necesario para montar la exposición 'Fuerzas Armadas… Pasión por servir a México’.
Norma formará parte de esta exposición que estará abierta al público a partir del 17 de mayo y hasta el 17 de junio, en el Querétaro Centro de Congresos, con entrada gratuita al público.
Comenta que siente mucho orgullo al portar el uniforme de la Fuerza Aérea, pues sus vecinos y amigos se sienten orgullosos de ella, además de que sienten admiración y respeto por su trabajo.
“Siento bonito, porque la gente se admira de que sea militar, principalmente los niños que me ven con respeto”, señala.
Actividades. Explica que su día comienza temprano, pues debe de entrar a laborar muy de mañana, y vive lejos de su centro de trabajo (su unidad). Por la noche, añade, llega un poco tarde a casa, juega y está un rato con su hija para convivir con ella luego de un largo día.
Poco a poco Norma ríe cuando recuerda a su hija y lo que podrá decir dentro de unos años, cuando tenga más edad y presuma a su mamá, la de la Fuerza Aérea.
Añade que si su hija se quiere dedicar a la milicia la apoyará, pero a ella le gustaría que estudiara una carrera.
Precisa que su idea es crecer y superarse en su carrera dentro de las fuerzas armadas, seguir creciendo, aunque sea poco a poco.
Por el momento, Norma Guadalupe Barajas dejó sus estudios, pues se dedica en cuerpo y alma a su trabajo, empleo que disfruta y vive con intensidad.
Puntualiza que aunque sea personal de oficina le dan clases por dos meses donde les dan instrucción sobre derechos humanos, obligaciones, además del adiestramiento en el uso de las armas, dejando su vida de civil.
“Nos enseñan muchos aspectos, nos enseñan a tener más disciplina, algo que nos sirve para la vida diaria”, puntualiza.