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A los diez años, un paso en falso provocó la caída de Reynaldo de una azotea de dos metros de altura. Como resultado del golpe, sufrió un traumatismo en el nervio ocular y desarrolló glaucoma, perdiendo la vista.
A partir de ese momento, todo lo que había asimilado a través de la visión lo sustituyó por el sentido del tacto y otros métodos de aprendizaje, como el uso de bastón, la regleta y el abecedario en braille.
“Hubo un rebote de luz en una losa de color blanco, me deslumbró e hizo que no distinguiera la orilla, y es ese momento que me voy al vacío. Pierdo el sentido de la impresión y la cabeza impacta contra el suelo. Cambia mi vida y mi forma de realizar mis actividades, porque todo lo que aprendí a través de la vista lo tenía que hacer ahora de una manera más directa”, comenta.
Reynaldo Lugo Escobar tiene actualmente 30 años de edad y trabaja en la Cooperativa “El rayo de la limpieza”, una empresa conformada por personas con discapacidad visual, que elaboran productos para la higiene del hogar, con entregas a domicilio. A la par, estudia la licenciatura de Comunicación y Periodismo en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y trabaja como guía de turistas en el Museo de Arte ubicado en el antiguo claustro de San Agustín.
Poco después del accidente, Reynaldo continúo su vida académica, desde los ocho años, los medios de comunicación le despertaban curiosidad y elegir una carrera especializada en ellos, representaba un sueño.
“Ya tenía pensado lo que quería estudiar. Antes lo tomaba como algo que podía haber hecho, pero finalmente se abrieron las puertas hasta acercarme a la licenciatura”.
“El periodismo es la herramienta, parte de mi sueño era estudiar comunicación para estar frente de los medios. No sabía cómo lograrlo y desconocía toda la parte académica; pero ahora, que estoy en la parte educacional y formativa, me doy cuenta que no es estar enfrente de un micrófono y hablar lo que quieras, es saber decir las cosas, con coherencia, fundamentos y tener una preparación profesional”, comenta.
No obstante, menciona que a través de su trayectoria académica se ha topado con diferentes obstáculos, la falta de material didáctico y en el peor de los casos, la no aceptación de algunos profesores que consideraban que no podría concluir sus estudios en una escuela regular.
“Me pasó en la primaria, una maestra me rechazó y por ese motivo mis papás decidieron sacarme de la escuela. Ella (la maestra) decía que tenía que asistir a una escuela especial para personas con discapacidad visual y no a una regular”, dice.
La segunda ocasión que enfrentó a un profesor fue en la secundaria, quien impartía el curso de historia y cuestionaba constantemente su permanencia en clase. “Me dijo con otras palabras, que qué hacía yo ahí…. Con ese tipo de personas, que tienen ese pensamiento, me he topado a lo largo de mi trayectoria escolar, sin embargo, lo he ido enfrentando, pero no de una manera violenta, porque al final estamos en desventaja físicamente y violencia genera más violencia, a mi parecer no podía entrar en ese contexto”, menciona el joven.
Asistir a escuelas regulares con discapacidad visual para Reynaldo, ha sido encontrarse con la falta de material didáctico; no contar herramientas de aprendizaje como libros en braille, audiolibros o lectores de texto, sin embargo; la principal fuente de información ha sido la ayuda de sus compañeros de clase.
“A través de ellos he podido conocer las lecturas de diferentes temas o de materias que nos han dejado estudiar de algunos libros. Ellos han sido el puente de un libro a mi persona y esa información contenida en las obras ha viajado hasta mí, a través de los compañeros”, dice.
La movilidad es un problema.
“Cuando pierdes la vista por primera vez, además de tener dificultades de orientación, se cuenta con problemas de equilibrio, con facilidad te puedes caer y con un bache un obstáculo, te descontrolas”, señala que la movilidad en Querétaro, es mejor que otros lugares como la Ciudad de México.
“Es común encontrarte en Querétaro que por obras el adoquín o la grava estén sueltas. Para los normovidentes no les afecta, pero para las personas con discapacidad y de la tercera edad, es una problemática…. Lo que me pasó con la remodelación total de la banqueta de la Universidad entre la UAQ y la primaria Bicentenario, me tuve que bajar de esa área, irme por toda la vialidad vehicular, arriesgándome a que me atropellaran”, relata.
Menciona que aunado a la reparación de las banquetas, otra situación es el transporte público y el respeto a los espacios preferenciales “cuando voy con mi esposa, ella es baja visión y utiliza el bastón, hay ocasiones en las que voy guiándome de ella, subimos al camión y le dan el espacio a ella, pero a mí no y la gente dice: él si ve”.
Actualmente, Reynaldo tiene una hija de tres años y explica que en el caso de su pareja, ella presenta baja visión, es decir, tiene una disminución en la vista que varía de un 30% a un 5% ,puede percibir colores, siluetas, pero no rasgos.“ Las dificultades de la vista para ella fueron por una negligencia médica. Una mala aplicación de gotas por parte de un médico, quien no midió la cantidad de dosis y la llevó a perder la vista, por la destrucción del nervio óptico”, relata.
Acercarse a las instituciones.
“La ciudadanía no debe de encerrarse, hay situaciones que transforman la vida y tienes que estar preparado para los cambios físicos, mentales y emocionales”, menciona Reynaldo.
Quien ahora cursa los últimos semestres de la carrera de Periodismo y Comunicación, señala que le gustaría ser locutor, afirma que en algún momento podría buscar un cargo como funcionario público, pues dice, existen representantes de los grupos vulnerables, no hay políticos que viven una discapacidad.
“Tenemos personas representándonos, en las cámaras de diputados y en el senado, hay gente que no sabe lo que es la discapacidad visual, no la ha vivido, pero están ahí, creando leyes con base en su creencia… debería hacerlas alguien que la tenga”, mencionó
“A todos nos puede suceder, es importante saber que hay instituciones de las que puedes aprender y apoyarte. También que hay cursos de orientación y movilidad, de aprendizaje de braille,para saber utilizar una silla de ruedas, un bastón para esquivar obstáculos y aprender a utilizar el oído”, dice Raymundo próximo graduado de la UAQ.